Se publican aquí críticas de libros que por algún motivo —pequeñas editoriales, escasa distribución, desconocimiento del autor, fuera de modas— no aparecen en los medios y publicaciones tradicionales.
Marcos Taracido
Título: Nunca máis
Género: Ensayo
Autor: Suso de Toro
Editorial: Xerais (en gallego), Ara Llibres (en catalán), Península (en español)
Año de publicación: 2003
Va pasando el tiempo y todo se diluye, mucho más deprisa de lo que tarda en degradarse el aceite sobre las rocas; es la habilidad de los políticos, que saben que la ira es impulso pasajero que, como el fuego, se apaga si no tiene madera. Por eso el libro de Suso de Toro es imprescindible; porque llega en el momento justo en que el otro chapapote, el de la política más sucia y oscura, intenta cubrir el que ya extendieron por las costas. Este, el aceite muerto de la ballena, ya no tiene solución, pero la sombra del desgobierno, del caciquismo, de la mentira, sí puede ser limpiada.
Nunca máis recopila las crónicas que Suso de Toro fue escribiendo a raíz del accidente para distintos medios de comunicación, La Vanguardia sobre todo, pero también El País y El Cultural de El Mundo. Además, añade un prólogo, un epílogo y, como apéndice, el Manifiesto da Burla Negra.
El seguimiento cronológico de los artículos desvela el estado de ánimo del autor, parejo al del pueblo gallego: incredulidad, pasmo, indignación, esperanza y tristeza. De la desolación inicial, Suso de Toro va pasando a un uso del sarcasmo y la ironía imprescindible para poder escribir sobre hechos de un carácter tan alucinante: abandono absoluto por parte de las administraciones, desprecio por la catástrofe, ocultación, censura, irresponsabilidad…
Nunca máis, claro, es un libro político, pero en el buen sentido de la palabra: cívico, ciudadano y que, básicamente, reclama un estado que hasta ahora ha sido inexistente. Y además, esta crónica del desastre es también una historia de Galicia, una radiografía antropológica del pueblo gallego y de sus gobernantes y, dentro de la angustia, una grito de esperanza por un pueblo que parece despertar de los siglos oscuros. Quizás demasiada.
Uno está ahora en casa al abrigo de este temporal de lluvia y viento, el océano trae los restos del gran bicho que no ha muerto y nos acosa desde su tumba en el fondo del mar. Mientras escribía reparé en que tenía alquitrán en la suela de la bota, con cuidado arranqué el pegote y lo arrojé por el váter. Bajará por el río hasta el océano. Y volverá, hacia las playas, con sus hermanos.
Suso de Toro