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Pura Coincidencia por Santi Pagés

Un telefilm sin historia ni interés. Un culebrón con actores atroces y maquillaje pésimo. Una serie cancelada por falta de audiencia. Una novela gastada por los bordes. Una canción en repeat desde el lunes. Una pared cubierta con fotos de estrellas. Cada sábado, verán descomponerse una vida cuyo parecido con la ficción es pura coincidencia.

Ese robot gigante me recuerda mucho a ti

He aprendido que preguntar “cuál es tu favorito” siempre funciona. Un restaurante, una ciudad, un disco de Fleetwood Mac, una novela de ciencia ficción, un giallo. Pedirle a alguien que te nombre su favorito es como apuntar con el cañón de luz al mejor trapecista del mundo, pedir un redoble de tambores y oscurecer la sala. Un éxito seguro. He aprendido que preguntarle a alguien por los detalles de su profesión surte similar efecto. Si le interesa lo que hace, claro. Porque si no le interesa entonces no me suele interesar tampoco a mí, y he aprendido que entonces es mejor pedir directamente la cuenta. Por eso cuando inquiero a Hanna sobre su videojuego favorito, se recoloca en el asiento y acaricia su pelo de bruja escandinava, sé con certeza que las piezas han encajado. Que estoy siendo encantador. Que la táctica ha funcionado. Porque Hanna, según me cuenta, está escribiendo una tesis sobre videojuegos y haberle preguntado por su favorito ha sido como pronunciar silaba a silaba la definición formal de la expresión “matar dos pájaros de un tiro”.

He aprendido también a estudiar a las personas mientras hablan. A prestar atención a intervalos. A saber que las inflexiones de tono anuncian puntos importantes, palabras que habré de repetir para hacerles creer que comprendo lo que dicen. Hanna me habla con pasión de Baudrillard y de su concepto del “circulo mágico” y yo le respondo entusiasmado “qué interesante”. No tanto por el concepto en sí, sino porque me he visto por un instante tumbado a su lado, desnudo, acariciando su piel blanca y sus senos que adivino dormidos, mientras hablamos de comics y filósofos en la oscuridad de un cuarto. Mi sonrisa le gusta y le reafirma. Y mientras elabora la continuación de su argumento, yo ratifico mentalmente que el guión ha resultado impoluto.

¿Te apetece que vayamos a cenar? Conozco una pizzería muy buena aquí al lado.

Claro, le respondo, es una idea estupenda.

Perfecto. Pues voy al baño un momento y vamos para allá. ¡Hasta ahora!

Me apoyo en el respaldo del sofá y presto por fin atención a este café en el que Hanna y yo estamos teniendo nuestra primera cita. Mullido y perezoso, a media tarde, los clientes esperan leyendo a la hora de la cena. O despliegan sin pudor la presunta importancia de sus portátiles. Una sacudida estremece la calle, como si un camión pesado acabara de cruzarla. Miro a través del cristal. Los coches han dejado de circular y se acumulan en fila. El humo se eleva lentamente desde sus tubos de escape. La impaciencia aparece. Los primeros bocinazos. Muchos conductores vuelven a casa del trabajo, deseosos de despegarse de la piel las trifulcas y el hastío que les cubren. Al cabo de un minuto algunos comienzan a salir de sus vehículos. Justo en frente de mi un hombre con traje y corbata suelta abre la puerta de su coche, sale, se quita las gafas de sol muy despacio y señala hacia lo alto. Hay algo. Su rostro muestra una incredulidad evidente. Pronuncia unas palabras que desde aquí no puedo escuchar. Pero no es necesario. Puedo imaginarlas. Una segunda sacudida. Es inútil negarlo. Ha ocurrido otra vez. Miro a la puerta del baño. Hanna aún no ha salido. Qué lástima.

He aprendido que una moto potente es el mejor medio para escapar. Su rugido hace apartarse a los peatones paralizados por el pánico. Una moto te permite reaccionar rápido, evitar el caos, colarte entre los coches acumulados y los camiones atravesados. Dejar atrás la ciudad en un instante, en busca de la siguiente, continuar huyendo de ti, intentarlo de nuevo, con la esperanza de que no llegue el día en que consigas encontrarme.

(Santi Pagés se despide hasta el primer sábado de Octubre, en el que comenzará la segunda temporada de Pura Coincidencia. Aquí, en Libro de Notas, su canal favorito. Permanezcan en sintonía.)

Santi Pagés | 22 de agosto de 2009

Comentarios

  1. Celia
    2009-08-25 13:40

    Voy a echar de menos tus relatos hasta octubre. ¿Hay más sitios dónde pueda leerte?.

  2. Santi Pages
    2009-08-25 14:54

    Me puedes leer en

    http://drzito.wordpress.com/

    aunque tambien o cerrare por vacaciones. Pero el archivo esta ahi.

    Un saludo y muchas gracias por tu interes!

  3. Ana Lorenzo
    2009-08-26 11:51

    Te dejamos cerrar porque vuelves en octubre, que si no…
    ¡Buenas vacaciones!


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