Un telefilm sin historia ni interés. Un culebrón con actores atroces y maquillaje pésimo. Una serie cancelada por falta de audiencia. Una novela gastada por los bordes. Una canción en repeat desde el lunes. Una pared cubierta con fotos de estrellas. Cada sábado, verán descomponerse una vida cuyo parecido con la ficción es pura coincidencia.
…
… Pfff
… Grrr… Aggh… Alimento… El Alimento.
Lo siento, lo huelo. Es El Alimento. Lo sé, lo sé sin necesidad de verlo, lo sé gracias a ellos, los que vienen conmigo. Llegan más y se nos unen. Nos agolpamos a las puertas. Dentro, El Alimento camina nervioso. Lo sé aunque no pueda escucharlo. Muchos de Nosotros sí pueden. En cambio, otros de Nosotros son necios. Otros cometen el error de querer seguir siendo. Como aquel sin piernas y ese otro, pequeño y con gorra. Se quedan fijos mirando la pared transparente y señalan las figuras quietas detrás de ella buscando nuestra atencion. Pero yo sé, todos los demás sabemos, que en ellas no reside El Alimento, porque su olor no es caliente ni promete, porque su olor no nos excita ni despierta. Escudriñamos el interior con nuestras cuencas vacías y nubladas, y aunque yo tampoco pueda verlo, sé por ellos que El Alimento habita ahí, más allá de la fuente de colores, de las plantas sin aroma y las escaleras móviles, tras las rejas, en los recintos repletos de objetos. El Alimento nos teme, nos aguarda, nos espera. Palpa su cuerpo, que pronto será nuestro. Porque Nosotros solo necesitamos crecer, ser más, acumularnos. Entonces las puertas se romperán. Y nos saciaremos.
(Dedicado a George y a Diego)
2009-07-18 11:28
Me gusta. Una historía bonita pero eficaz.