La Factoría de Ultramarinos Imperiales ofrecerá a sus clientes, a través de la guillotina-piano —su dispositivo más acomodaticio—, un sinfín de discusiones vehementes sobre el arte y la cultura, y nada más. Josep Izquierdo es recargador de sentidos, contribuyente neto al imperio simbólico que define lo humano. Y si escribe, escritor.
La burbuja inmobiliaria, por atroces que sean sus consecuencias, no es el único ejemplo, ni siquiera la única causante, de la desídia, la ignorancia, la avarícia y la insolidaridad que ahoga a España en estos momentos. Que en estos momentos la cultura sea el chocolate del loro con el que intentamos hacer economías, tanto los particulares como el estado, no es solo una consecuencia de la crisis, sino que cabe preguntarnos si no ha existido una burbuja cultural que ha desaprovechado la oportunidad durante los años de bonanza para poner la casa en orden y poder afrontar los malos tiempos con fuerzas y estrategias renovadas. Un ejemplo palmario es la SGAE, pero no será necesario que me extienda en él, y en la industria de la música y el espectáculo porque es de sobras conocido.
Prefiero centrarme en la industria del libro en España, y hacerlo desde el punto de vista del consumidor. Es decir, yo. Les cuento. Con los sucesivos recortes en los sueldos de los funcionarios, calculo, así a ojo de buen cubero, que en estos momentos estoy percibiendo alrededor de 400€ mensuales menos de lo que debería. Hasta hace un año, podía mantener un ritmo de compra de libros que me suponía un gasto aproximado de entre 100 y 150 euros mensuales, lo cual me colocaba en la banda alta de los consumidores de libros en España (como mínimo, me cuento entre el 8,9% de españoles que tienen más de 500 libros y entre el 6,9% que compra más de 20 libros al año, según las estadísticas del gremio de libreros). Ahora, mis hábitos lectores han variado, y mis compras de libros se han reducido drásticamente. Y no sólo debido a la disminución de mi poder adquisitivo, sino a las nefastas políticas de formatos y precios de los editores españoles.
Ahora leo preferentemente en inglés y francés, y secundariamente en castellano o catalán. La razón fundamental es que sólo el precio de los libros en inglés (en general) y francés (la actualidad y módico precio de los libros de bolsillo, especialmente el ensayo, mucho más baratos que los españoles) me permite alimentar el vicio. El único que jamás me he planteado dejar.
Lo ilustro con una comparativa, aprovechando que la operación de marketing conocida como “lista de los mejores libros del año” se acaba de producir. Se me ocurrió comparar los precios de la lista de los mejores libros del año del New York Times y la de El País, y los resultados creo que ponen sobre la mesa los términos del debate. He utilizado como fuente Amazon.com y Amazon.es, para el precio de los libros en USA y en España.
Si decidiese comprar, en estos momentos, los cinco mejores libros de ficción del año en inglés, en sus mejores ediciones (ya saben, hardback), el dispendio sería de 70,24€. Si hiciese lo mismo con la lista española (aunque las mejores ediciones españolas no son precisamente en hardback) el precio seria 103,91. Una diferencia de 33,67€, un 32,4% más caros. Como ahora no puedo ir de sibarita librario, precisamente, optaría por las ediciones más baratas. Curiosamente, en ese caso estaria mezclando peras con manzanas, pues los más baratos en inglés són sobre todo paperback, mientras que en castellano debería acudir a las ediciones digitales. La diferencia se reduce, pero aún así gastaría 55,66€ frente a 72,14. Seguiría ahorrándome 16,48€, un 22,84%. Si hacemos lo mismo con la lista de no ficción (de hecho, leo más ensayo que novela), la diferencia es de un 43,99% en el primer caso, y del 44,06%, respectivamente.
Y claro que obvio muchas cosas. Para empezar el precio único del libro en España (pero Francia también lo tiene, ¿por qué su paperback es más barato y más diverso?). Y la fidelidad a una cultura, y que mi lengua es mi patria, y bla blá. Mi fidelidad es para una tecnología de lectura i escritura, no para la lengua que vehicula. Si es para leer, definitivamente me declaro apátrida.
2013-01-12 10:47
Hace mucho que no compro libros; no me caben más en casa y he llegado a una edad en la que uno ya no puede permitirse el lujo de leer; solamente queda tiempo vital para releer. Por eso no he investigado la recomendación que voy a hacerte: echa un vistazo a alguna librería digital de Luxemburgo, simplemente porque allí el iva de los libros electrónicos es del 3%.
Un cordial saludo.