La Factoría de Ultramarinos Imperiales ofrecerá a sus clientes, a través de la guillotina-piano —su dispositivo más acomodaticio—, un sinfín de discusiones vehementes sobre el arte y la cultura, y nada más. Josep Izquierdo es recargador de sentidos, contribuyente neto al imperio simbólico que define lo humano. Y si escribe, escritor.
>En 1998 decía Marc Fumaroli que el liberalismo necesitaba un suplemento de alma. Los acontecimientos que se han vivido en los últimos días en València confirman que, catorce años después, los que nacieron en aquel año comprueban en sus carnes que lo sigue necesitando.
Hemos retrocedido mucho si la España de 2012 es incapaz de ver con simpatía (con actitud crítica, pero con simpatía) la fe de una parte de su población adolescente en un mundo mejor. Si es incapaz de ver con simpatía una actitud ante la vida y el mundo que alumbró a la España que salía de la dictadura. Ellos son nosotros en el 77, el 78, el 79. Deberíamos tenerles, al menos, el respeto que creímos merecer.
Y aprovechar para enseñarles que nuestros errores han traído estos lodos. Que al menos intenten no repetirlos.