“La incertidumbre de un paisaje depende de la variedad de estados diferentes en los que se puede encontrar. En el fondo de las simas marinas, a 10.000 metros de profundidad, la incertidumbre es muy baja: la temperatura es casi constante, nunca hay luz… En la superficie del mar, en cambio, la incertidumbre es mucho mayor: importantes fluctuaciones de temperatura, períodos de diferente insolación, turbulencias… La incertidumbre de un homínido primitivo en la sabana africana era mayor que la de un homo sapiens en una ciudad de hace cinco mil años y ésta, a su vez, es menor para un hombre contemporáneo equipado con aire acondicionado. Actualmente, la mayor incertidumbre para los humanos procede de los propios humanos.”