Ya lo decía Marisol, cuya vida, ciertamente, lo parecía aunque no lo fuese, hasta que mandó parar y se bajó. Lo dice ahora Duncan Watts, profesor de la Universidad de Columbia y líder del grupo de investigación en Dinámicas sociales de Yahoo! Research: viene a decir que tanto las empresas como la sociedad persiguen la predictibilidad de los acontecimientos y las tendencias, pero pretenden que esa predictibilidad les sea dada con métodos cuasi mágicos. Esto es, carentes de todo fundamento racional o científico, sin investigación seria y rigurosa. Viene a decir, pues, que el mundo actua como si la vida fuese una tómbola (predecible: cuantos más boletos compras más posibilidades de que te toque el perrito piloto) sin ser conscientes de que, como todas las tómbolas, está trucada.

¿Y cual es el truco? Que pese a que proclamemos la muerte de los media, sin ellos no hay viralidad, ni predicción ­­–que en cualquier caso es autocumplida–, ni influencia, ni siquiera información, que para que sea tal debe producirse y difundirse en un espacio compartido que sólo está a su alcance. Las redes sociales nos mantienen royendo el hueso de una supuesta visibilidad que, para lo que importa, sigue estando donde siempre: fuera de nuestro alcance.