La Factoría de Ultramarinos Imperiales ofrecerá a sus clientes, a través de la guillotina-piano —su dispositivo más acomodaticio—, un sinfín de discusiones vehementes sobre el arte y la cultura, y nada más. Josep Izquierdo es recargador de sentidos, contribuyente neto al imperio simbólico que define lo humano. Y si escribe, escritor.
Soy un lector 1.0, lo cual no significa que lea sólo libros impresos (esos lectores son más bien un lector 0.37) sino que leo lo que sea y como sea: desde la fenomenología del espíritu en edición de coleccionista a la etiqueta de la Schweppes de limón, manuscritos, impresos, libros electrónicos, en el ordenador, en el iPod, y si me enseñan una foto, primero leo lo que se pueda leer, y luego miro qué guapa está mi chica —lo cual provoca un delay de décimas de segundo que siempre es malinterpretado. El formato me la suda, como el medio o la tipografía. Y ello no significa que sea insensible a las beldades de un excelente diseño gráfico, sino todo lo contrario: lo aprecio precisamente porque como —intelectualmente hablando— de casi todo. Es lo que tiene haber pasado hambre.
Pero mi hija ya progresa rápidamente hacia una lectora 2.0, todavía en fase beta: no entiende de hambrunas ni de sus subsiguientes empachos, y, ya que puede, prefiere leer cómodamente y sin otro sufrimiento o esfuerzo que el que derive del propio ejercicio lector. Hace un par de años que pidió un ebook, pero la oferta de libros electrónicos era tan raquítica en castellano y en catalán, que ni siquiera me lo planteé seriamente. Ahora sí, hace días que le doy vueltas a su regalo de reyes (o de cumpleaños, días antes), y un lector me pareció la opción más adecuada, dada su afición a las sagas mamotréticas y lo mal que se adaptan a su estilo de vida los volúmenes de más de trescientas páginas (la transportabilidad es un valor que intento inculcarle). Todavía es demasiado pronto para un iPad, y probablemente sea demasiado pesado para sus manos, así que ando entre el Kindle y el Nook, y para ella va ganando el último porque, por lo menos, Barnes and Nobles ha abierto recientemente una tienda decente de libros en español, no como Amazon.
Pero ¿y sus lecturas en catalán? Si las editoriales en castellano ya se han adaptado aunque tarde y mal, a la segunda revolución de la escritura —tras la invención de la imprenta—, las editoriales en catalán (que, oh paradoja, en su mayoría son subsidiarias de las anteriores), parece que ni siquiera han atisbado la envergadura del reto que tienen por delante, en el cual no está en juego solamente su salud económica o su supervivencia, sino la de la entera lengua catalana. Con la invención de la imprenta como una de las primeras maquinizaciones del trabajo humano, nació la explotación mercantil de la cultura: las consecuencias inmediatas en Europa fueron la reducción de la variedad de la oferta para optimizar el gasto que comporta la producción y la distribución: menos libros, sobre menos temas, y en menos lenguas. Una de las lenguas que más sufrió esa primera formulación de la ley de la oferta y la demanda cultural fue el catalán, seguramente por el súbito contraste entre una cultura manuscrita esplendorosa y el colapso editorial sufrido con la llegada de la imprenta. Es cierto que esa no es la única razón que explica la mal llamada “decadencia” de la lengua y la cultura catalana, pero su mención suele evitarse.
La tienda en línea http://edi.cat/ recoge los libros electrónicos de las principales editoriales en catalán. ¿Número total de libros disponibles? 774. ¿Libro más vendido? Un libro de poesía. Entre los cinco primeros, dos de políticos independentistas, y otro para boletaires. Y juraría que, así, a ojo, como el treinta por ciento es de contenido religioso. Es decir, que la tienda on-line de libros electrónicos en catalán refleja que el lector medio en esta lengua se corresponde punto por punto con los tópicos más manidos sobre la identidad y la cultura catalana.
Joan Fuster dijo una vez que “un cálculo estadístico sobre la masa total de la literatura catalana desde la Renaixença nos da como resultado que, en cuanto a la temática,
a) el 60 por 100 es una glosa más o menos académica de aquellos versos de Verdaguer, que dicen:
Todo sea por vós
Jesusito dulcísimo,
Todo sea por vós,
Jesús amoroso.
b) Un 30 por 100 trata sobre el Ampurdán.
c) el 10 por 100 restante se ocupa de los temas habituales en cualquier literatura civilizada.”
Fue en el 68. Y, según este muestreo, seguimos allí, y en el siglo XVI: pocos libros, sobre pocos temas. Y si las editoriales catalanas no son capaces de introducir el catalán en toda su diversidad intelectual y cultural como lengua de negocio en el mercado del libro electrónico, puede que las consecuencias las pague la lengua.
2010-11-21 14:41
Molt interessant, Josep, i alliçonador.
Abacus, per cert, ha obert una línia de comercialització de lectors i llibres. Essent una cooperativa catalana senyera, nascuda al ram de l’ensenyament, és possible que provin d’oferir un catàleg digital per a nens i joves. No ho sé del cert, però ho podries mirar.
2010-11-21 17:12
Aquesta afirmació no és exacta, per no dir falsa:
“La tienda en línea http://edi.cat/ recoge los libros electrónicos de las principales editoriales en catalán.”
Edi.cat agrupa unes quantes editorials petites i mitjanes en català. No és ni de bon tros el gruix principal de l’edició en català, que es troba concentrat en el Grup62.
En aquesta pàgina pots trobar molts més llibres en català: http://www.ebook62.cat. Només en l’apartat de novel·la/ficció (el de més pes) ja s’ofereixen 1687 llibres electrònics.
La cultura catalana no està tan bé com ens agradaria, però tampoc tan malament com la pintes ací.
2010-11-21 20:15
Benvolgut Jaume,
Lamente, ben sincerament, no poder-me’n retractar, del que hi he escrit. Entre el llistat d’editorials d’edi.cat hi figura Edicions 62. És més: tots els llibres electrònics que hom pot trobar a http://www.ebook62.cat també hi són a edi.cat. D’on ve, doncs, la discrepància en les xifres? De què ebook62.cat inclou un bon grapat de llibres de l’editorial però, oh sorpresa, sense versió electrònica, tot remetent a webs on pots adquirir el llibre físic. Tant és així que de les 1687 novel·les que assenyales (entre les quals s’hi poden trobar els dos volums publicats de les memòries de Jordi Pujol! però només el primer en ebook, i novel·les en castellà, no sempre traducció d’un original català), només 151 estan en format electrònic (sí, sí, les he comptades, una per una). Enganyifa? Màrqueting? Posicionament en el mercat?
I lamente encara més no poder ser més optimista sobre la situació de la cultura catalana escrita: el llibre electrònic és una oportunitat impagable per dotar-la d’avantatges competitius en el mercat, per exemple, reduint els marges de guanys en favor d’un llibre barat i en català. Però repassant els preus de les dues webs hom s’adona que aquesta és, a hores d’ara, una batalla perduda. Com a l’època de la invenció de la impremta, on el més barat era llegir en llatí o en castellà, ara mateix el més barat és llegir en anglès.
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Querido Jaume,
Lamento sinceramente no poder retractarme de lo que he escrito. Entre el listado de editoriales que contribuye a edi.cat figura Edicions 62. Es más: todos los libros electrónicos que pueden encontrarse en http://www.ebook62.cat también están en edi.cat. De donde proviene, pues, la discrepancia en las cifras? De que ebook62.cat incluye un buen puñado de libros de la editorial pero, oh sorpresa, sin versión electrónica, y remite a webs en donde puedes adquirir el libro físico. Y, además, de las 1687 novelas (entre las cuales se encuentra, por cierto, los dos volúmenes editados de ¡las memorias de Jordi Pujol! pero solo el primero en ebook, y novelas en castellano, no siempre traducción de un original catalán), solo 151 están en formato electrónico (sí, sí, las he contado, una por una). Engañabobos? Marketing? Posicionamiento en el mercado?
Y lamento aún más no poder ser más optimista sobre la situació de la cultura catalana escrita: el libro electrónico és una oportunidad impagable para dotarla de ventajas competitivas en el mercado, por ejemplo, reduciendo los margenes de beneficios en favor de un libro barato i en catalán. Pero repasando los precios de las dos webs uno se da cuenta de que esta es, ahora mismo, una batalla perdida. Como en la época de la invención de la imprenta, en donde lo más barato era leer en latín o en castellano, en estos momentos lo más barato es leer en inglés.
2010-11-22 00:31
Josep,
Gràcies per la resposta. Tens raó. Feia temps que no mirava amb calma aquestes webs, i clarament he confós desitjos i realitat.
Ací s’obren molts temes de debat, tant pel costat de l’oferta com pel de la demanda. Les innovacions tecnològiques són una oportunitat, evidentment, per al català. Les limitacions del mercat, però, són si fa no fa les mateixes de sempre.
Coincidisc amb tu que al català li convindria fer un esforç per la banda de l’oferta. Supply-side economics.
2011-01-31 14:07
Una vez más vemos como nos seguimos dando cabezazos contra el mismo muro. Las reivindicaciones en relación a la lengua catalana, aun siendo legítimas y legales, obedecen, las más de las veces, a romanticismos decadentes pasados de fecha, dicho sea sin pretensión alguna de ofender a nadie. Quiero decir con ello que, a principios del XX sí podía tener sentido la reivindicación, pero a finales de siglo XX con el auge de las telecomunicaciones, la reivindicación perdía fuerza frente a corrientes imparables como la inglesa o la castellana (mucho mejor la primera en tanto su implantación en todos los ámbitos técnico-socio-económicos). El inglés se convirtió en la lingua franca pero, en nuestro entorno, en lugar de potenciar su aprendizaje, nos columpiamos entre agravios que provenían de grupos cavernarios y ensimismamientos umbilicales, y así, 30 años después de que se pudiera hablar catalán con normalidad nos encontramos con que no lo usan de manera continua toda la población que quisieran algunos, y con que no se han formado en inglés a las nuevas generaciones que hubiera podido ser una alternativa interesantísima. Porque yo siempre me he preguntado ¿un argentino deja de sentirse argentino porque habla español? Es más, ¿creéis que los holandeses se sienten menos holandeses por dominar el inglés? Hace mil años la gente de mi entorno hablaba alguna lengua propia originada en alguna de las múltiples invasiones, junto con la oficial que chapurreaba más macarrónicamente que la propia y que dio lugar a catalán, castellano, portugués, etc.
Todo este circunloquio para deciros que la oferta en inglés en relación con el castellano a nivel literatura y más concretamente sobre soporte electrónico está en 100 a 1, maomeno. Así que ¿porqué no plantearse un objetivo a 20 años vista en el que las nuevas generaciones dominen casi como lengua materna el inglés? Salutacions