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La guillotina-piano por Josep Izquierdo

La Factoría de Ultramarinos Imperiales ofrecerá a sus clientes, a través de la guillotina-piano —su dispositivo más acomodaticio—, un sinfín de discusiones vehementes sobre el arte y la cultura, y nada más. Josep Izquierdo es recargador de sentidos, contribuyente neto al imperio simbólico que define lo humano. Y si escribe, escritor.

La “Visión de España” de Sorolla, capítulo tres

En el capítulo anterior les había acompañado con el pensamiento hasta el umbral mismo de la primera de las salas de exposición, justo sobrepasado el vestíbulo, que ocupa toda la segunda planta del edificio. Como había comentado anteriormente, las salas de exposición no cuentan con iluminación natural, y se han pintado con un sombrío tono azul oscuro. Puede que sólo yo aprecie la contradicción de contemplar con luz artificial la obra de un pintor que se vanagloriaba de haber roto con la querencia de los pintores españoles de su tiempo por el estudio, y que hizo del a plein air no sólo un hábito de oficio sino un distintivo conceptual.

Pero antes de seguir, y para quienes no estén familiarizados con la obra de Sorolla, les reporto a continuación los 14 cuadros de la exposición por orden cronológico, aunque encabezados con el número de orden en la exposición.

12) La fiesta del pan. Castilla. 1913. 351’5×1393’5cm.
6) Los nazarenos. Sevilla. 1914. 355’5×303’5cm.
1) La jota. Aragón. 1914. 353×304cm.
2) El concejo de Roncal. Navarra. 1914. 355×234cm.
4) Los bolos. Guipúzcoa. 1914. 354’5×232’5cm.
11) El encierro. Andalucía. 1914. 358×766’5cm.
8) El baile. Sevilla. 1915. 355’5×306cm.
5) Los toreros. Sevilla. 1915. 353’5×233’5cm.
3) La romería. Galicia. 1915. 355×302’8cm.
13) El pescado. Cataluña. 1915. 353’5×488’5cm.
14) Las grupas. Valencia. 1916. 355’5×488’5cm.
9) El mercado. Extremadura. 1917. 354×303cm.
10) El palmeral. Elche. 1918-1919. 356×232’5cm.
7) La pesca del atún. Ayamonte. 1919. 351×487cm.

La justificación oficial para que las obras no se hayan mostrado según el orden cronológico de su ejecución es que el tamaño de los lienzos hacía imposible ubicarlos según ese orden. La explicación, una vez visitado el espacio expositivo, es cuanto menos peregrina. En primer lugar porque no había ninguna necesidad de mostrar los cuadros cronológicamente, y ya se sabe que Excusatio non petita…. En segundo lugar porque excusarse por ello y aducir como razón final del orden las necesidades del espacio expositivo me induce a pensar que no ha habido un criterio (o varios, me da igual) para ordenar la exposición. En cualquier caso, no es el orden de la sala Sorolla de la Hispanic, en donde está determinado por las dimensiones de la sala en función de las cuales el pintor tuvo que determinar el tamaño y por tanto la disposición de los cuadros y los temas de los panneaux. Pero mientras que el pintor sabía los condicionantes básicos antes de pintar (por ejemplo, que habría cuatro cuadros pequeños que irían en las esquinas), la actual exposición parece hacer gala de su caos y de la necesidad de no tener criterio, como si de una sucesión de anuncios publicitarios en la pausa de una serie de éxito se tratase. Pero que sea caótico no impide que haya una razón.

No percibí en la sala de exposición de cada uno de los pisos elementos arquitectónicos que hubieran impedido tratar de reproducir la disposición de los cuadros en la Hispanic. Ni nada que hubiese impedido exponerlos como lo que realmente pretendía ser y es: el friso de una España en extinción, las metopas de un Partenón interior, un gabinete de curiosidades a medio camino entre el retrato de la edad dorada y la investigación etnológica. Ese orden es:

12) La fiesta del pan. Castilla. 1913. 351’5×1393’5cm.
2) El concejo de Roncal. Navarra. 1914. 355×234cm.
1) La jota. Aragón. 1914. 353×304cm.
13) El pescado. Cataluña. 1915. 353’5×488’5cm.
14) Las grupas. Valencia. 1916. 355’5×488’5cm.
10) El palmeral. Elche. 1918-1919. 356×232’5cm.
8) El baile. Sevilla. 1915. 355’5×306cm.
11) El encierro. Andalucía. 1914. 358×766’5cm.
6) Los nazarenos. Sevilla. 1914. 355’5×303’5cm.
5) Los toreros. Sevilla. 1915. 353’5×233’5cm.
9) El mercado. Extremadura. 1917. 354×303cm.
7) La pesca del atún. Ayamonte. 1919. 351×487cm.
3) La romería. Galicia. 1915. 355×302’8cm.
4) Los bolos. Guipúzcoa. 1914. 354’5×232’5cm.

Si observan, partiendo de la metopa mayor, Castilla, se dibuja el mapa de una España de “regiones” que poco más o menos coincide con la España foral: El reino de Castilla y Navarra, la Corona de Aragón, Andalucía y Extremadura, Galicia, País Vasco. ¿Qué tenía de malo este orden? ¿demasiado arcaizante? Porque si es demasiado arcaizante sólo lo es desde la división administrativa actual de España en Comunidades Autónomas. ¿O es que el plan definitivo de la obra se corresponde demasiado con esa dimensión etnicista del encargo que hoy tratamos de olvidar a favor de la “modernidad” pictórica de Sorolla? ¿Porque Sorolla lo llamaba “la obra de mi vida”?

Aunque yo pretendiese trasponer en esta suma de artículos mi interpretación de la realidad valenciana, e incluso pudiese calificarlo como “la obra de mi vida”, no deja de haber en ellos, como algún lector sabiamente aprecia, trivializaciones, banalidades y manías que sólo mi natural solitario y fotofóbico explican. Soy consciente, lo cual me lleva a dudar sobre las apelaciones públicas de Sorolla a “la obra de su vida”, y tiendo a oír en ellas un tonillo socarrón, un cierto retintín de galeote, apoyado en las íntimas confesiones que el 27 de septiembre de 1911 hacía Sorolla a su amigo Pedro Gil: “Nada he pintado engolfado en el proyecto de la decoración y cuanto más pienso en ello más contrario lo encuentro para mi temperamento. He perdido dos meses en los cuales he podido pintar algunas cosas que es posible fueran más útiles para la marcha del arte moderno; mientras que este encargo me comerá los mejores años de mi vida…”

“Y se quedará, como yo, deseando que en futuras ediciones se extiendan algo más acerca de las coincidencias y los motivos del nacionalismo regionalista que aconsejó a Sorolla cambiar la orientación del encargo”, decía José Carlos Mainer en su crítica al libro sobre Sorolla que los comisarios de la Exposición publicaron en 2006. Como temo que todos nos quedemos esperando, ya avanzaré yo algo en el comentario detallado de los cuadros, pero será el viernes que viene.

Josep Izquierdo | 04 de enero de 2008

Comentarios

  1. Francisco
    2008-01-05 04:09

    Estupendos cuadros.

    Magistralmente pintados por Sorolla, pintor magnifico valenciano, hipovaluado por sus paisanos.

    Que si ‘la vision de Espana”, que si fue un ‘aburguesado’, que si es solamente un ‘artesano’, que si esto, que si lo otro.

    Consideraciones invalidas viendo la obra de este maestro de la pintura que se justifica, con grandeza, en sus lienzos.

    Una felicitacion a Izquierdo por traernos esto.

  2. antonio
    2009-12-09 18:26

    Mil gracias por podernos permiter, ver y admirar la obra de este genio valenciano, que pintaba la luz como nadie ha hecho jamas, me parece sencillamente magistral y unica


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