La Factoría de Ultramarinos Imperiales ofrecerá a sus clientes, a través de la guillotina-piano —su dispositivo más acomodaticio—, un sinfín de discusiones vehementes sobre el arte y la cultura, y nada más. Josep Izquierdo es recargador de sentidos, contribuyente neto al imperio simbólico que define lo humano. Y si escribe, escritor.
Les introducía la semana pasada en un ejercicio de literatura comparada que merece una tesis de las que forjaban una carrera en la universidad que yo viví, como diría alguna, por dentro y por fuera. Se trataría de un estudio comparado sobre la supervivencia a la catástrofe, algo así como “las consecuencias de la supervivencia al fascismo en la literatura alemana y española del siglo XX”. Entiéndase que con “fascismo” acoto el tema a los regímenes totalitarios nacionalistas, y excluyo, sólo por cuestiones metodológicas, los utópicos (léase comunistas), que añaden complejidad en el caso de la extinta RDA. Por catástrofe entiendo el rastro de muerte y aniquilación que la derrota del fascismo alemán y la victoria del fascismo español dejaron a su paso. Se me dirá que cómo puedo comparar culturas tan divergentes, y acontecimientos históricos tan dispares, empezando por el hecho que en Alemania la catástrofe siguió al fascismo, mientras que en España le precedió. Les aseguro que a mí ni siquiera se me había pasado por la cabeza hasta que, como contaba la semana pasada, leí a Sebald y comprendí que, más allá de los condicionantes particulares que consuetudinariamente hemos abstraído como hechos históricos, los hombres y sus sociedades mantienen reacciones comunes ante la devastación. Lo que, en expresión de Sebald, va de la historia a la historia natural.
Si ustedes son todavía reticentes a la comparación entre una sociedad culpable, la Alemania del fascismo, y otra inocente, la España de la república, es que todavía no han descendido el peldaño definitivo en la comprensión del siglo XX, o, dicho de otro modo, que los ojos de la dignidad y la moral conducen a un callejón sin salida a la hora de comprender un siglo indigno y amoral. Lo cual no significa que no tenga sentido. Lo tiene, y mucho, en cuanto al funcionamiento de la sociedad, no en cuanto a lo que debería ser, sino en cuanto a lo que es.
El recopilatorio de Sebald recientemente publicado en castellano, Campo Santo, incluye una primera versión de Luftkrieg und literatur del año 1983, titulado entonces “entre historia e historia natural: sobre la descripción literaria de la destrucción total” que permite observar el paso de Sebald desde el ensayo más o menos académico a la literatura, aunque el fondo permanece inalterado. Aparecen los mismos temas en uno y otro, temas de los que podemos encontrar un correlato en la sociedad española de postguerra.
La destrucción como castigo moral fue una constante en la propaganda fascista española bélica y post-bélica, así como la percepción vergonzante de la supervivencia no sólo entre los vencidos, sino como sentimiento común entre unos y otros. En la España de postguerra los imperativos de la supervivencia hicieron del luto real, el dolor ante la pérdida y su proceso de asimilación, un imposible que, eso sí, se disimuló con los convencionalismos sociales pertinentes en forma de vestiduras negras. Socialmente, la capacidad humana de reprimir todo recuerdo que pudiera estorbar la continuación de la vida condujo al silencio sobre la historia familiar, que no sólo afectó a lo acontecido durante el conflicto y su pervivencia durante la postguerra, sino a todo lo anterior. A mí, particularmente, me suenan extrañamente verdaderas para España las palabras de Sebald sobre Alemania: “me parece como si los alemanes fuéramos hoy un pueblo sor¬prendentemente ciego a la historia y sin tradiciones.”
El asesinato del que recuerda, que aparece en la literatura alemana como parábola, era en España un hecho cotidiano. Habría que explorar en qué medida el asesinato de la memoria como dice Sebald que dice Nossack, “tiene su razón en el miedo de que el amor a Eurídice pudiera convertirse en una pasión por la diosa de la muerte”, una pasión de la que habían dado muestras sobradas los regímenes fascistas (¿hay que recordar a Millán Astray?), y por tanto en una forma de huída del fascismo pasado y presente. En cuanto a la inmediata postguerra y su lodazal de delaciones y comportamientos abyectos ante la feroz represión que tuvo lugar, parecen venir al pelo las palabras de Nossack reportadas por Sebald, de que “los disfraces habituales” de la civilización cayeron y “la codicia y el miedo se mostraron con desnudez vergonzosa”.
Puede, además, que debiéramos extraer consecuencias mayores para la literatura también de la experiencia alemana. Si, como dice Sebald, “la comparación de la novela de Kasack con el texto en prosa de Nossack muestra que el intento de describir literariamente catástrofes colectivas, cuando puede reivindicar validez, rompe necesariamente la forma de ficción novelesca, que se debe a la visión burguesa del mundo”, ¿cabría interpretar en estos términos la literatura escrita durante la dictadura franquista y encontrar una correlación entre las formas literarias tradicionales y resistencia al franquismo? Creo que baste poner como ejemplo a Cela, Torrente Ballester, Martin Santos, Goytisolo y un largo etcétera de nuestros escritores para percibir la correlación, aunque en un contexto fascista los contenidos pocas veces acompañaran la forma.
Hay una particularidad en el paso desde el ensayo a la literatura del texto de Sebald que me ha llamado particularmente la atención: en el primero el artículo está encabezado por dos citas, una de Stanislaw Lem que permanece en el segundo, y otra de Victor Gollancz que desaparece. Creo que Sebald la elimina porque lo que dice la cita es lo que él mismo materializa en ese paseo por la Alemania devastada tras la guerra que es Luftkrieg und Literatur, justamente lo que yo hecho de menos en la literatura española: “I drove through ruined Cologne at dusk, with terror of the world and of the men and of myself in my heart”.
2007-11-02 16:29
>El asesinato del que recuerda, que aparece en la literatura alemana como parábola, era en España un hecho cotidiano. Habría que explorar en qué medida el asesinato de la memoria como dice Sebald que dice Nossack, “tiene su razón en el miedo de que el amor a Eurídice pudiera convertirse en una pasión por la diosa de la muerte”, una pasión de la que habían dado muestras sobradas los regímenes fascistas (¿hay que recordar a Millán Astray?), y por tanto en una forma de huída del fascismo pasado y presente. En cuanto a la inmediata postguerra y su lodazal de delaciones y comportamientos abyectos ante la feroz represión que tuvo lugar, parecen venir al pelo las palabras de Nossack reportadas por Sebald, de que “los disfraces habituales” de la civilización cayeron y “la codicia y el miedo se mostraron con desnudez vergonzosa”.<
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Una verdad como el Partenón de grande, pero.
Hay algo aún peor y que en nuestros días está muy extendido, debido a la concentración en pocas manos de los medios de comunicación, los que supuestamente nos informan. Ya no hace falta asesinar al que recuerda porque, simplemente no existe, si previamente no se informa de su existencia. Lo que no sale en los medios, no existe. Ya no se origina la información, por el intercambio de diálogo con “otro”, ahora se lee la prensa o se ve la televisión con una actitud de introspectiva individual, es una información – basura, al hilo de nuestro ritmo frenético diario, y por ello, no hay tiempo para el análisis, el intercambio de pareceres o el contraste.
Caso práctico:
Aparecido en “El País”:
>El juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, ha ordenado este mediodía la apertura de diligencias previas por los delitos de genocidio y torturas contra ciudadanos saharauis cometidos presuntamente por altos cargos de la seguridad marroquí en los setenta y ochenta. Garzón admite así a trámite la querella interpuesta en septiembre de 2006 por asociaciones de defensa de los Derechos Humanos y familiares de presos y de desaparecidos saharauis.
Estas organizaciones han contabilizado por el momento un total de 542 desaparecidos y culpan a 31 altos cargos de la seguridad marroquí (algunos de ellos ya fallecidos), de detención ilegal, torturas y asesinatos.
Entre la treintena de denunciados se encuentra el ex ministro de Interior marroquí Dris Bsri y el ex jefe de la Dirección General de Estudios y Documentación y consejero especial del rey de Marruecos Yassine Mansouri. También figuran otros responsables policiales y militares, entre otros el general mayor de las Fuerzas Armadas Reales, Husni Ben Sliman.
Dos de los acusados fueron condecorados por el Gobierno español
Dos de los investigados por el juez Garzón fueron condecorados por el Gobierno español en enero de 2005. El consejo de ministros otorgó entonces, en vísperas de la visita de los Reyes a Marruecos, la Gran Cruz de Isabel la Católica a Hamidou Lanigri, director general de la Seguridad Nacional marroquí, y Housni Ben Sliman, general <
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Mi comentario que, extrañamente, la web de “El País” no me deja insertar:
Me parece loable, fantástico y de derecho, pero:
EXISTE UN PAIS LLAMADO GUINEA ECUATORIAL.
ESTE TERITORIO, FUE PARTE DEL ESTADO ESPAÑOL DURANTE DOSCIENTOS AÑOS.
EN EL, DURANTE LOS SEIS MESES POSTERIORES A LA INDEPENDENCIA, SE PRODUJERON HECHOS CRIMINALES, TORTURAS, ASESINATOS Y DELITOS DE LESA HUMANIDAD, QUE DEJAN EN MANTILLAS A LOS SUCESOS DEL SAHARA.
CON EL AGRAVANTE DE ESTAR INVOLUCRADOS EN ELLOS, POR ACCION U OMISION, LOS REPRESENTANTES DEL ESTADO ESPAÑOL DE ENTONCES, A SABER:
EL GOBIERNO DEL GENERAL FRANCO EN PLENO.
A MI, ME GUSTARIA LEVANTARME UNA MAÑANA Y LEER EN LA PRENSA, QUE EL JUEZ GARZÓN HA DECIDIDO ABRIR DILIGENCIAS, PARA LA ACLARACION DE ESOS HECHOS ABOMINABLES, MAXIME CUANDO PRESUNTAMENTE EXISTEN UNAS RESPONSABILIDADES DIRECTAS DE NUESTRO ESTADO, REPRESENTADO EN ESOS DIAS POR LOS MIEMBROS DEL GOBIERNO DE FRANCO.
POR CIERTO, TAMBIEN ME GUSTARIA QUE LA LEY DE LA MEMORIA HISTORICA RECOGIERA EL SUPUESTO GUINEANO, COMO MERECEDOR DE LAS SATISFACCIONES QUE ESA LEY RESARCE A LAS VICTIMAS DEL OLVIDO HISTORICO, QUE TRATA DE RESCATAR.
DE NO HACERLO, CONSCIENTEMENTE, LA MENCIONADA LEY SERIA PARTIDISTA, PARCIAL Y NULA, MORALMENTE HABLANDO, DESDE SU ORIGEN.
No he oído hablar de este asunto, en absolutamente ningún foro, debate, cartas al director, o cualquier otro medio audio visual; en los prolegómenos de la redacción de la ley, durante los debates en el congreso, o después de su aprobación.
El motivo es claro, Guinea no existe ni existió, ya se ocupó de que fuera así, el gobierno de Franco, que decidió que los asuntos de Guinea estuvieran bajo la calificación de “materia reservada”.
También debieron considerar interesante, mantener “de facto” ese status, todos los gobiernos españoles posteriores.
Debe haber alguna razón, sin duda.
Ejemplo de lo mencionado al principio.
No hace falta asesinar al que recuerda, pues, nadie queda para recordar, y si así fuera, nadie lo sabe.
2007-11-11 12:30
LEY DE LA MEMORIA HISTÓRICA
Rafael del Barco Carreras
Desde luego no la he leído. Música de palabras para, en el mejor de los casos, los sentimientos, y en lo peor, interesados postulados. Otro eslogan. Lo malo es que termine con más dinero para SINDICATOS Y PARTIDOS convertidos en herederos de quienes ni hicieron testamento, ni pudieron hacerlo. Para los millones de a pie otra sinfonía sin sentido. ¿Recordará a mi tío Alberto muerto en la guerra de África del 21 con mi abuela removiendo los miles de cadáveres esparcidos por el Rif, carne de cañón por no poseer las 2.000 pesetas que le hubieran librado del Servicio a la Patria, o devolverá a mi padre la parada de la Plaza de la Libertad de cuando en el 36 huyó porque pretendían fusilarlo en la Rabasada por burgués?. ¡Las tristes memorias de la Historia!. O ¿revisará una sentencia de ya 1980 con unos JUECES entre endiosados o corrompidos franquistas?. Porque el Franquismo duró muchos años después de muerto Franco, y aun, como demuestran tantas sentencias del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, o la propia ONU dictando HACE UNOS ESCASOS DOS AÑOS contra España por el incumplimiento de la Carta de Derechos Humanos en cuanto al firmado compromiso de la DOBLE INSTANCIA, pues el simple recurso de casación ante el SUPREMO, aunque últimamente se haya legislado y con amplia jurisprudencia, al no valorar las PRUEBAS, convertidas POR LOS CONSIDERANDOS DE LA SENTENCIA en irrecurribles e indiscutibles DOGMAS DE FE a tenor de la SOBERANÍA DE LA SALA JUZGADORA, no se puede considerar DOBLE INSTANCIA. Miles, todos los sumarios y sentencias del FRANQUISMO, y de después, son no solo torticeros, y en demasiados casos obtenidas las culpabilidades bajo tortura, sino injustos e inmorales, y TRAS FIRMAR LA CARTA DE DERECHOS HUMANOS DE LA ONU, de 1948, ILEGALES por incumplimiento de las garantías firmadas por el ESTADO JUZGADOR.
Para que nos entendamos, figúrense, UNA SALA compuesta por los jueces Luis Pascual Estevill, Penalva y Lavernia (jueces condenados por prevaricar, además amigos) que en contubernio con el Bufete Piqué Vidal (en los tres casos, real), donde además TRABAJA un sobrino o hijo del Fiscal X (cierto), sentencian (con testigos fabricados) que usted estaba donde no estaba o que era íntimo (o sabía la procedencia de un dinero), redactando una SENTENCIA donde lo dan por PROBADO, sin posible segunda INSTANCIA. Los interesados profesionales de la Justicia me contestarán que existen y existían mecanismos de revisión de sentencias, y yo les contesto que después de veinte años, cuando es evidente la inmundicia de jueces y abogados, todo prescrito, y ni lo intente REMOVER CASOS. ¡Lacerante la patada en el trasero a las hermanas PUIG ANTICH!. La Amigocracia, Endogamia, o sentimiento de grupo, profesión o clase, acabarán de amargarle la vida, si no ¡mucho peor!.
Y en cuanto a los muertos, que siempre se quedan solos, y son los únicos perdedores de todas las guerras y revoluciones, de los que repito nadie es heredero o propietario más que sus íntimos y familia, que se les entierre como manda el ordenamiento jurídico desde el Imperio Romano, que hasta en eso demostraron los Jueces Franquistas su perversidad ideológica impidiendo la exhumación de fosas comunes, la mayoría tras los muros de los cementerios.
¿Y que quiere la gente?, entre muchas cosas que no se les insulte con chorradas de políticos, y que esa MEMORIA HISTORICA, en lugar de repartir cargos y “jubilaciones” como en la TRANSICIÓN, solucione además de las injusticias del Franquismo las perpetuadas por sus ADICTOS muchos años después de muerto su ADORADO DICTADOR. Y concretando, solucionar a los miles de empresarios y obreros que arrastrados en la a menudo insuperable ECONOMÍA SUMERGIDA, y tanta quiebra, no pudieron alcanzar las doradas jubilaciones de los funcionarios públicos o privados, o esas “anticipadas” políticamente necesarias, manteniéndose con 0 € antes de los 65 años, o después con la dádiva de 330€ mensuales. Pensiones no contributivas, o SOVI, para quienes como esclavos durante años trabajaron a destajo, porque quien no tiene más que sus manos para proporcionarse el alimento trabaja y trabajó más que el que legalmente contribuye. ¡Que se lo pregunten ahora a tanto negro, con o sin papeles, que sustituyen a los desgraciados españoles en crónico “paro” pero trabajando!.¿Podría esa Ley desposeer a tanto funcionario, o sus herederos, enriquecidos con Franco y de mucho antes…generales, inspectores del timbre, de tasas, de abastos, notario, presidente de audiencia, general o guardia civil…o comisario político?. Dejemos que la Historia se escriba sin LEYES, máxime ahora que INTERNET refleja la de TODOS y se puede promediar…entre sentimientos y datos contrastables, si es que los datos se pueden contrastar y los archivos no son más que un pozo sin fondo de MENTIRAS por interesadas tergiversaciones.
Ver www.lagrancorrupcion.com