La Factoría de Ultramarinos Imperiales ofrecerá a sus clientes, a través de la guillotina-piano —su dispositivo más acomodaticio—, un sinfín de discusiones vehementes sobre el arte y la cultura, y nada más. Josep Izquierdo es recargador de sentidos, contribuyente neto al imperio simbólico que define lo humano. Y si escribe, escritor.
Da gusto cuando la justicia pone los puntos sobre las íes, cuando mediante sus actos ilumina el mundo y expone ante sus ciudadanos su funcionamiento real, la verdad sobre quién es un buen ciudadano y quién un manipulador infernal cuyo único fin es socavar los cimientos del estado y de la convivencia cívica. Da gusto cuando la ley pone coto a tanto desalmado (sí, sin alma) y sin conciencia, a tanta manipulación de tiernas mentes, indefensas ante el atroz obnubilamiento que les produce el conocimiento excesivo, el lenguaje preciso y el trío diabólico, la mortífera alianza, ese eje del mal que componen la enseñanza universitaria, el profesor y la biblioteca. ¡Abajo la universidad, fuego a las bibliotecas, a la cárcel con los profesores!
La justicia alemana por fin ha desenmascarado la oscura conspiración que une a quienes analizan la realidad con quienes actúan. Sin más. Un asesino descerebrado es tan sólo una pústula en el cuerpo social, un absceso extirpable con anestesia local; un terrorista con estudios no sólo es un fabricante de carne humana picada, sino un propagandista de conflictos sociales, un fulminador de espíritus nacionales, o, peor aún, el creador de otros nuevos; no es una pústula, es un ataque al corazón. Hay que acabar de raíz con ellos, y la raíz está en quienes se atreven a exponer claramente las causas y las consecuencias de las interacciones sociales o espirituales, económicas o política. Qué duda cabe que el conocimiento de las causas conlleva la percepción de que es posible actuar sobre ellas y, de esta manera, modificar la realidad, y de ahí a querer hacerlo por las bravas sólo hay un paso que hay que impedir a toda costa. ¿Puede que no esté claro? ¿habrá que poner ejemplos? ¿Es que hay alguien que dude de que en los últimos atentados en Gran Bretaña realizados por médicos y estudiantes de medicina habría que procesar y encerrar para siempre a quienes les enseñaron que un corazón puede pararse, que un médico tiene el poder de decidir sobre la vida y la muerte de las personas?
Bien claro lo ha dicho la fiscalía alemana, que la actividad universitaria de una persona pone a su disposición “las condiciones intelectuales y materiales que se necesitan para la redacción de textos relativamente complejos como los del Militante Gruppe”. ¡Qué bien lo sabía Franco cuando fusilaba intelectuales por “auxilio a la rebelión”, así, bien claro, sin enconderse, no como ese majadero de Hitler que buscó excusas en lugar de fusilar a los judíos por comunistas! ¿Pues no se le ocurrió a ese profesorzuelo unir en una frase las palabras “elitización” (gentrification) y “desigualdad”? ¿Qué diferencia hay entre eso y unir energia, masa y velocidad en una ecuación para fabricar una bomba atómica? ¡Y aún hay quien se atreve a ponerlo en duda, como esos más de 100 catedráticos e investigadores de diversos países que acusan a la fiscalía de utilizar argumentos “que amenazan a todo el que publique textos críticos como periodista, investigador o artista”. ¿Amenazarlos? ¿y por qué no abrir un Guantánamo en Alemania, o, mejor, quemarlos en la hoguera?
No puede haber nadie que dude ya que pensar es pernicioso, pensar es una judiada, pensar es inhumano, ¡abajo el pensamiento y su transmisión!
2009-04-03 06:54
Ahora comprendo el interés de mi profesora de geografía en hablarnos de la gentrificación… ¡La geografía urbana es el Mal! ¡Quememos todos los libros de geografía urbana!