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La guillotina-piano por Josep Izquierdo

La Factoría de Ultramarinos Imperiales ofrecerá a sus clientes, a través de la guillotina-piano —su dispositivo más acomodaticio—, un sinfín de discusiones vehementes sobre el arte y la cultura, y nada más. Josep Izquierdo es recargador de sentidos, contribuyente neto al imperio simbólico que define lo humano. Y si escribe, escritor.

Un calvo para Calvo

Acaban de cesar a Carmen Calvo. Y nombran a César Antonio Molina, director hasta ahora del Instituto Cervantes. Perdonen, pero es el día de las cacofonías. O de las calvofonías. Bueno, dejémoslo estar. Pero ahora entiendo la última calvofonía, la actitud de Calvo en la entrevista que se publicó el pasado sábado en El País, un ajuste de cuentas resentido, maledicente y sesgado, más propio de una adolescente que se cree su propia imagen que de un adulto con responsabilidades en la vida, no digo ya en el gobierno. Y no porque no diga verdades como puños, es decir, no porque no acierte con determinados diagnósticos, sino porque ella tenía en su mano los instrumentos para solucionarlo, y no ha dado ni una. Denunciar que no hay oportunidades para los creadores jóvenes y arriesgados estéticamente, y poner como ejemplo de actuación paliativa la creación de una sección joven de la Compañía de Teatro Clásico, o la venta de entradas para la ópera más baratas para quienes las compren a última hora es para troncharse. De rabia, digo, no de risa. “Hemos roto casi todos los esquemas en un país donde resulta muy fácil que el mismo personaje de la cultura salga 500 veces en un mes en todos los medios”, dice. Puede que los hayan roto, pero los muertos que vós matáis gozan de muy buena salud, me parece, al menos mediática. Y que a la ya exministra le parezca el colmo de la ruptura con el statu quo concederle la medalla de oro de las Bellas Artes a Rosendo, es francamente descorazonador en cuanto a su concepción del riesgo artístico. Me basta con los reproches, pero no me faltan ganas de hacerle un calvo.

En cuanto al nuevo ministro, parece que alguien ha entendido que la cultura española es mucho más que rock, cine y museos. Y que precisamente ese mucho más tiene mayores posibilidades de proyección internacional que los antedichos. No me parece baladí, por tanto, haber nombrado al director del Instituto Cervantes que creo está realizando una buena gestión en ese terreno, y su experiencia al frente del Círculo de Bellas Artes de Madrid le acredita no sólo como gestor sino como conocedor de todo aquello que se mueve en el terreno de la excelencia cultural. Ahora, que lo demuestre.

Josep Izquierdo | 06 de julio de 2007

Comentarios

  1. Otis B. Driftwood
    2007-07-06 14:07

    Que lo demuestre… y que le dejen demostrarlo, claro. Cualquier cosa cultural en la que anden políticos de por medio viene a ser como la subida al Everest: de lejos parece fácil pero puedes perder las piernas como te descuides.

  2. Alber
    2007-07-06 15:01

    Pues un calvo para ella. La verdad es siempre me ha parecido la peor pieza del gobierno de Zapatero. En Cultura, hacia siglos que no había alguien metiendo tanto la pata durante tanto tiempo… En fin, un personaje que jamás debería haber sido ministro, y menos de Cultura (lo de Pixi y Dixi fue para dimitir aquella misma tarde).


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