La Factoría de Ultramarinos Imperiales ofrecerá a sus clientes, a través de la guillotina-piano —su dispositivo más acomodaticio—, un sinfín de discusiones vehementes sobre el arte y la cultura, y nada más. Josep Izquierdo es recargador de sentidos, contribuyente neto al imperio simbólico que define lo humano. Y si escribe, escritor.
Es una verdad universalmente conocida que un candidato electoral en posesión de una gran ambición debe buscar una promesa. Si la formulación austeniana les parece excesivamente polite, lean la formulación Blascoibañezsiana del presidente del PP en Valencia: ““Donde no gobernamos hay que crear la ilusión de gobernar”, animó a su auditorio en Benigànim (La Vall D’Albaida), donde gobierna el PSPV desde 1999. Y se puso como ejemplo de lo que él hizo para conseguir la alcaldía de su pueblo: “Dije: traeré la playa a Xàtiva. ¡Y se lo creyeron!¡Si yo mando, traeré la playa! Y van y se lo creen todo. ¡Serán burros! Y me votaron”. Rus animó a su auditorio a seguir esta estrategia, según han confirmado varios asistentes a dicho acto.” Y yo que creía que la derecha europea pretendía enterrar mayo del 68, y ahora resulta que se han creído que debajo del asfalto está la playa.
En la Comunidad Autónoma Valenciana, la Cultura es la playa para los dirigentes del PP. Y quiero decir, dejando de lado las obvias connotaciones sobre la “vocación” turística de este pedazo de cielo en el que algunos vivimos sin saberlo, que la Cultura es la promesa. Mejor aún las promesas: 202, en concreto, en un programa que incluye 1700, un doce por ciento de promesas culturales. ¿La futura Conselleria de Cultura que han anunciado que crearán tendrá un doce por ciento del presupuesto total de la Generalitat? A mí me da que la política de grandes eventos, tipo Campeonato mundial de Fórmula uno, America’s Cup y relacionados se va a llevar el gato al agua del dinero, pero, ¿quién va a discutir que eso no sea Cultura, al menos la que los ciudadanos piden y votan?
No pido un doce por ciento del presupuesto autonómico para Cultura. De hecho, estoy por pedir un cero por ciento, a ver cómo se las apaña la sociedad valenciana si en lugar de consumir cultura como come paellas gigantes, debe trabajar y pagar la cultura que quiere, si es que quiere alguna. ¿Empobrecedor? puede ser, pero mucho más clarificador que comer Grandes Eventos en esta inmensa Casa de la Caridad cultural en la que nos hemos convertido.
Que me voy a quedar con las ganas lo tengo claro. El Presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, también: “si hace falta me traigo Wimbledon con la Duquesa de Kent”, dijo durante el mítin de Alicante. Debe ser que las infantas y princesas españolas no tienen glamour: ya ves tú, se meten en un barquito a hacer de marineritas con chándal en lugar de quedarse en tierra, mirando y siendo admiradas por su vaporoso vestido y su estrafalario sombrero.