Hilario Barrero es poetay dibujante, además de columnista con Quinta Columna en Nueva York. Tiene una página personal Publica De cuerpo entero los días 7 de cada mes. De cuerpo entero dejó de actualizarse en julio de 2006.
De niño era imposible pensar en cómo sería esa línea imaginaria alrededor de la cual la tierra, decían que giraba. Si imaginaria ¿cómo sería: un eje hecho de niebla, una barra de hielo, un tronco de caoba, la lanza de Don Quijote, el Amazonas puesto de pie o el báculo del Papa? Y ¿cómo sería esa tierra redonda que giraba alrededor de ese eje imaginado? ¿Sería también una tierra imaginada, una enorme selva llena de fieras salvajes, salpicada de ríos en celo y cataratas suicidas, un paraíso soñado, una enorme naranja olorosa e iluminada? ¿Habría lugar para bibliotecas llenas de signos, libros repletos de claves, exámenes cargados de soluciones? ¿Vivirían los guiños entre los paralelos o lo harían entre los meridianos? ¿A qué lado se hallarían el Bien y el Mal, con los números o con el esplendor del verano? ¿Habría en esa vasta extensión de fuego, de agua y de aire un lugar para labios como espadas? O por el contrario ¿estaría el Gran Policía Polifemo con el ojo abierto, vigilando, siempre vigilándonos? Y ¿si el eje fuera el lápiz de un mal dibujante que tiene que poner el título “con letras góticas” para que se sepa lo que ha pintado? Señores y señoras: “Este es el globo terráqueo del bachiller Sansón Carrasco, el mapamundi del Caballero del Verde Galán, un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme. Y mi nombre es Orbaneja, el mismo que pintó un gallo para Cervantes”. Esto es una ecuación imposible de resolver. Si se fijan le falta la incógnita.
2005-04-07 12:19 Jerónimo (el pintor no el indio) plantó en el Jardín de las delicias múltiples signos (pintados). El texto, aunque breve, tiene un alto grado de símbolos por letra cuadrada (o gótica) o sea que es denso. Pero el dibujo finje densidad: Sierpe, números, lanzas, ojo con el filo … apretados en una esfera plana (superficie del papel con grafito). Imajino a Cervantes mirando a un gallo que canta y pensando en el gallo pintado como algo más cómodo de describir.
Jerónimo (el pintor no el indio) escribió en un rincón del jardin ese gallo que canta a la luz del amanecer (superficie de una tabla con finas veladuras al aceite, sin ajo ni perejil).
Tal vez el eje de la tierra sea el cielo al amanecer (y por eso un gallo canta siempre, mientras se van muriendo reyes, papas y cervantes).