Hilario Barrero es poetay dibujante, además de columnista con Quinta Columna en Nueva York. Tiene una página personal Publica De cuerpo entero los días 7 de cada mes. De cuerpo entero dejó de actualizarse en julio de 2006.
Un juguete metafísico para el relojero de Könisberg con remos de la barca de Caronte y sonido ronco del gallo de San Pedro. Hongo atómico para despertar al alba, robot de Oriente con sombrero de seda, tictac que suena hueco en la cueva de Montesinos y despierta al Caballero de la Triste Figura de su sueño de cuatro siglos. Son las siete menos cinco en el reloj de nuestras vidas. Hasta que sean las siete (ha de pasar un minuto, un siglo o un silencio) me miro en tu reloj: Caminante perdido en las Ramblas, bomba de relojería un siete de julio, despertador de la luz un lunes al alba, sudario de las sombras en noches de temblores, mirada en el destierro, látigo untado en miel. La manilla grande es una navaja automática, una guadaña mecánica que avanza lenta y se lleva la respiración de las horas, dejando su cuerpo como un barbecho arrasado. La manilla pequeña es la cacha de la vara mágica de Dios, el mango del paraguas del demonio, el rabo del caballo de Troya, la verga de Polifemo, el consolador de la reina. Suena la alarma y es hora de levantarse. Es la hora para que los muertos se duerman, es el tiempo para que Homero no tenga que mirar el reloj del cansancio de Ulises, es la hora del ángelus en el reloj onírico de Dalí, es el momento en que tengo que salir a la noche y dejar la sábana arrugada de tu lecho.