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Crónicas del Hype por Guillermo Zapata

El 14 de cada mes, una columna sobre fenómenos mediáticos, cultura convergente, sociedad de control y otros servicios inútiles servida a modo de notas orientativas y, a poder ser, con algo de humor. Aunque los enlaces y las citas serán el auténtico grumo de este potaje, el encargado del caldo es Guillermo Zapata. Un guionista de televisión que a veces hace cortos.

Hype entre amigos: Entrevistamos a Raúl Minchinela (Dr Repronto)

Como anunciamos el mes pasado, la columnas de Crónicas del Hype mutan y se desdoblan para pasar a ser quincenales. La primera entrega de esta mutación en forma de entrevistas mensuales es a Raúl Minchinela. Raúl es una de las mentes tras el videoblog Reflexiones de Repronto. En los últimos tiempos, además de artículos para el suplemento Cultura[s] de La Vanguardia y el mantenimiento de su blog No Recomendable ha puesto en marcha Trash entre amigos una forma de convertir el visionado de una película en una fiesta.

La primera es fácil, como ésto de la columna va sobre el “hype”, si yo te pregunto que es eso del hype, ¿que me dices? ¿crees que es útil para pensar el mundo ahora mismo?

El hype es la esperanza de una satisfacción frustrada. “Esto que viene ahora va a cumplir nuestras expectativas”, sería el eslógan, para entendernos. El hype es un retrato de lo que echamos en falta, de lo que intuimos que necesitamos satisfacer. Luego nos pasa como en las novelas, que lo que quiere el personaje y lo que quiere “de verdad” son cosas distintas. Así que el hype es un indicador de algo que está oculto, latente y compartido.

Me llama la atención que sitúes el hype no en una estrategia construída digamos, desde fuera (como una campaña mediática del tipo que sea) sino en nosotros mismos.

Bueno, ahí entran las filosofías de mercado. O sea, desde la mercadotecnia, todo es convertible en dinero. La amistad es convertible en dinero. Es un modo cínico de pensar, por supuesto. Así que hay cosas que satisfacen —o mejor, que nacen para satisfacer— ese hype que en realidad nace en nosotros, y que es un signo de los tiempos.

Antes de ir a esas “cosas”, me gustaría que le diéramos media vuelta a ese “anhelo nuestro de hype”. ¿Es que estamos constantemente deseando que todo sea distinto?

Sí, claro.

Eso que dices de que la amistad se puede convertir en dinero me suena a una buena definición de red social.

Esa actitud, como dígo, es muy personal. El conflicto está si en la pareja de amigos hay uno que entiende la relación como interés y otro como el elemento base de la vida social.

Cuando decía lo de la amistad como dinero en una red social lo decía porque me llama la atención que sea la parte más “afable” de las relaciones sociales la visibilizada por las propias redes. La idea de “tener amigos”, frente a la de, no sé, “tener contactos”. Twitter habla de “Seguidores” que me parece incluso más honesto.

Vigalondo, en tres cortos de ciencia ficción retrataba cómo Facebook aplastaba las jerarquías: cómo tus amigos vitales actuales estaban al lado de antiguos compañeros de colegio que no ves hace décadas. Pero es un error pensar en facebook como una “correlación fiel y directa” de la propia relación social.

En el corto de Vigalondo, me llama la atención que también plantea un problema para distinguir o producir “lo real”. O bien es que todo es real, incluso la representación. Pongo un ejemplo, “Los mineros chilenos”: Es un fenómeno que no ha existido como tal más allá de su relato, esto a mi me provoca una sensación extraña, paranoica. No me fio de nada, ¿tú como lo ves?

Me viene a la cabeza Baudrillard y sus textos de los noventa. Los problemas que planteaba ya no están tan a flor de piel, están más asimilados, pero siguen funcionando. Lo real está, existe, es; pero todo tiene —o mejor, puede tener— una versión espectacularizada. La versión espectacularizada se va de tus manos. Por eso los famosos contratan servicios de prensa que les recopilan los recortes de lo que se dice de ellos: para enterarse del retrato de su imagen pública, espectacularizada. Lo curioso es que la imagen espectacularizada es, finalmente, la que se asienta en la calle. Y de ahí la reflexión de Baudrillard de lo hiperreal: algo ficticio que termina siendo más real que lo real

Claro, ahí el famoso también está intentando saber quién demonios es él mismo.

Más que saber quién es él, es saber qué se espera de él que se piensa de él lo, cual nos devuelve al hype.

Si, pero el famoso tiene una profesión de su fama. Esos mineros no son famosos, ¿no? En el tiempos en el que estuvieron metidos en la mina murieron más mineros en otras minas chilenas que gente que había dentro. Los salvados existen, pero los otros no. Esto me lleva a una pregunta nueva sobre el hype, que es la del tiempo. ¿Crees que en estos momentos puede existir algo fuera de la lógica del acontecimiento?

Puede existir, simplemente queda fuera de cámara. No lo vemos en medios. No aparece en nuestro instrumento de ver el mundo Quería anotar que no estoy de acuerdo con tu diferencia de que el famoso vive de su fama porque en esta distinción no es relevante. Quiero decir, el famoso ve que su imagen tiene una vida propia. Que se mantenga en el tiempo ese “irse de las manos” no tiene que ver con que sea distinto de que suceda en breve (léase, los mineros). O sea, que son casos equivalentes. La espectacularización cristaliza de maneras que no puedes modificar.

Es inevitable, ¿entonces?

Sí, claro. Desde el momento en que formas parte de “la representación del mundo” se te asigna un papel que no tiene que ver contigo, sino con cómo sopla el viento en ese instante particular.

Recuerdo un texto de Los Zapatistas Mexicanos que hablaba de que la acción política estaba en estar en un lugar distinto al que el poder te ha dado, ¿podría aplicarse algo similar en cuanto al hype? ¿Estar en un lugar distinto al que el hype te otorga?

Estar en un lugar distinto al que le hype te otorga, tiene como consecuencia el desprecio inmediato, y si tienes suerte, el respeto a largo plazo, tras un largo éxodo por el desierto.

En la definición de contracultura que dabais en Repronto había que huir de la trascendencia, entiendo que el “respeto a largo plazo es otra cosa”, ¿no?

No, no… La definición de contracultura que dábamos tenía que ver con la pervivencia del formato. Son cosas distintas. En el de alta y baja, eso sí, decíamos que el autor que terminaba bendiciendo el medio, que le daba pervivencia eterna al formato, había pasado por un martirio de cristo redentor.

Cuando dices formato (y perdona que entre en detalles tan concretos pero quiero evitar malentendidos) ¿a que te refieres?

El tebeo. El rock. El grafiti. Lo que acota a cada uno es lo que lo define…

Yo siempre había entendido la contracultura como una “voluntad” (que se puede ejecutar mejor o peor) pero en vuestra definición no parecía haber voluntad alguna por parte del artista

Esa es la imagen “pública” de la contracultura. Pero esa imagen planteaba contradicciones que a mi, personalmente, me llamaban mucho la atención. Y afronté esa definición de contracultura para retratar que había un trasfondo, algo real y consistente, que resolvía esas contradicciones. Una definición que incluyese la “oficial” como un caso particular.

Yo (no sé si erroneamente) lo relacioné con un concepto que me gusta mucho que es el de cultura situacional o inmanente. Aquella que no tiene más vocación que la de ser expresión de su tiempo, a veces ni siquiera de forma intencionada

Si, si, exacto. Esa es la directriz principal.

Es un modo de cultura —el que definís o defines como contracultura— que precisamente carece de un sentido trascendente. No es terapeútica. No busca sanar al mundo. Ni parte de unos “valores” que debe difundir. Cosa que, intuyo, está en buena parte de los artistas que hoy se creen, si no contraculturales, si críticos. Recuerdo por ejemplo, como se construyó la muerte de Michael Jackson. Convirtiendo un momento “trágico” en un acontecimiento con pleno sentido e integrador.

Veamos, en primer lugar toda creación aparece como respuesta, como consecuencia. Nada nace de la nada. En cierta medida, toda creación es, usando tu palabra, terapéutica. La cuestión es qué diferencia escribir poemas en los separadores de una carpeta (que sería un ejemplo de contracultura que no señalaría ningún crítico) del carril principal de creación. Como bien dices, nuestro sistema primario es plantear las cosas como causa-consecuencia, y la muerte de Michael Jackson se debe relacionar con su pasado inmediato. Debe tener sentido porque necesitamos una narración congruente. Una versión espectacularizada en la que las piezas encajen sin necesidad de entornar los ojos. La muerte de Michael Jackson y escribir poemas en una carpeta operan en esferas distintas de expectativas y no se las puede relacionar usando ese argumento. Pero sí podemos preguntar qué es lo que aflora cuando suceden. En ese sentido, las dos señalan vigencias del momento.

Estoy de acuerdo salvo en una cosa, no tengo tan claro que toda creación sea una forma terapia. Puedo asumir que sea terapéutica para quién crea, pero no para el receptor. Mi inquietud viene de la enorme cantidad de ficción reconfortante y llena de respuestas que tenemos a nuestro alrededor. ¿No era el arte el sitio de las preguntas? Me preocupa mucho que los artistas aparezcan como aquellos que saben cosas.

Ortega en “La deshumanización del Arte” decía que el arte es el sitio de las preguntas, o al menos así le leía yo

Lo que digo es que veo tanto en aquellos que crean, como en aquellos que reciben la creación una voluntad de dar “respuesta a los problemas del mundo”. Una voluntad por parte de unos y una confianza (o una esperanza) por parte de los otros. El Hype alimenta eso constantemente

En consecuencia, lo más interesante entonces es poner sobre la mesa las preguntas sobre las que proponen esas respuestas. Esas preguntas son las que marcan nuestro momento.

Entonces, ¿Repronto es un lugar de respuestas o de preguntas?

Repronto procura relacionar indicios. Un poco en la línea de “reducir al problema anterior”, tan frecuente en las matemáticas. Me gustaría pensar que logra formular alguna respuesta, pero siempre se cimenta en un arquetipo anterior. Así que son siempre respuestas relativas muy solidarias —“que se mueven a la vez de”— con su época.

O sea, que son respuestas sin forma de respuesta.

Son flechas que relacionan. Tal vez, si tienes una respuesta para el caso A, señala cómo aplicarla al caso B.

Hablemos de Trash entre amigos. En esta cosa de estar en un lugar diferente al que el hype otorga a uno… ¿Qué sentido tiene Trash entre Amigos?

Es el negativo de ir al cine y quedarte callado. La pregunta consecuente es si se tiene algo que decir: yo lo organizo primero para saber qué tienen que decir Vigalondo, Lardin y Absence, y luego para saber qué tiene que decir la gente. Finalmente, termina siendo una fiesta, que es un elemento que lo justifica todo.

En mi experiencia, al hype no le gustan las fiestas, ni el humor. ¿Se te ocurre porqué? (Si es que estás de acuerdo con esta idea)

Es que la expectativa viene acompañada de una carencia, mientras que la celebración es siempre plena. En paralelo, tienes la fiesta de nochevieja, que es una fiesta donde el hype ha logrado que múltiples personas se vayan a casa pensando que no se han divertido lo suficiente. Que la nochevieja es, en si misma, una expectativa no satisfecha.

Yo no entiendo ese “no divertirse lo suficiente”. Y más, ese esperar que venga de fuera, como la lluvia.

El hype es que es un poco como las religiones, que matan el goce para generar la espectativa. Recuerdo una canción de la Cabra mecánica que hablaba directamente de “Salir con certeza de Nochevieja, esperándolo todo y nada”.

A ver: la expectativa es consustancial. El hombre es ante todo Futuro. La insatisfacción es la clave. Ese“yo me esperaba otra cosa”, sin definir por qué, ni cómo se ha formado esa idea de “otra cosa”.

Eso podría pasar también en Trash Entre Amigos (o bueno, en cualquier otra iniciativa que se repita en el tiempo) ¿no? ¿Como se combate?

No se combate. Funciona como las fiestas de nochevieja. Uno tiene todo el derecho a mantenerse enfurruñado en su rincón mientras a su alrededor la gente se abraza y lanza serpentinas.

¿Se puede hacer un Trash entre amigos con cualquier película?

En realidad, no vale cualquiera. Tiene que haber una diferencia de potencial entre lo normal y lo extraño. Sí que se puede aplicar el patrón de funcionamiento sobre cualquier metraje, pero es como decir que se puede bailar con cualquier canción. Hombre, se pueden bailar todas, pero con unas es más fácil —o tiene más sentido— que con otras.

Tengo la sensación de que las películas que elegis en Trash Entre Amigos parten de una complicidad con el espectador (quizás inconsciente), pero que hacerlo con otra sería… bueno, como bailar pogo en un bolero.

Es un poco la idea.

Me ha llamado mucho la atención una defensa que hacer del “trabajo en si”, de “currárselo”, vamos. A la hora de defender un proyecto cualquiera. Quizás dónde esté más claro es en tu artículo para Mondo Brutto sobre los Heroes del Silencio , ¿Qué es eso de “currárselo” que tiene tanta importancia para ti?

En realidad, lo que planteo es que la diferencia entre la expectativa y lo real no puede llevar a un constante desprecio de lo real. Lo real es lo que realmente hay que valorar. Las expectativas son castillos en el aire y si tienes arte para materializarlas, lograrás un paso adelante y lo agradeceremos todos. Pero mientras no las materialices es idiota eliminar lo real por un sentimiento a priori. Yo siempre abogo por lo realmente existente.

Hay tres temas que yo he identificado en tus textos, en los Reprontos, etc. Uno es el de la cultura, la alta cultura, la contracultura. El segundo es la cuestión del héroe y el tercero es la cuestión de la identidad, la representación, etc. Desde el punto de vista la representación me interesa mucho el asunto de “los programas del corazón” porque haces una descripción y un análisis que no es moral, como las habituales “me parece bien o me parece mal”, sino como un signo de nuestro tiempo

Es que yo soy estoico, no cínico. O sea, mi lema no es “son x” sino “somos x”. Por x puedes poner despistados, etc.

Entonces, ¿los programas del corazón qué son? ¿Para que nos sirven?

[Raúl propone para esta preguntar responder con un fragmento de un texto suyo publicado en la Revista Leer titulado Culpables, excluidos y famosos: reglas tácitas de la televisión celtibérica El fragmento lo elijo yo.]

“Se erigen como guardianes del honor, la concordia y la familia. Allí se valora extra a quien revela el lado no ejemplar de la persona de éxito. Por muy generoso que uno sea, siempre habrá un primo al que no le hemos regalado nada. Son jueces sin justicia, con normas laxas que permiten ejercer de moralista inmoral, de predicador que no predica con el ejemplo, con baremos cambiantes según el caso. Los miembros de la casa real son siempre sagrados porque les viene por vía consanguínea: no es un logro, sino un regalo de Dios. El acoso de Jaime de Marichalar tras el divorcio revela las consecuencias de perder un título nobiliario. Igualmente, los hijos de los famosos son doblemente codiciados: guardan en sí el renegar de su estirpe selecta —al mostrar que no sirven para, pongamos, cantar— y también permiten aplicar la moralina al padre no ideal, que vendríamos a ser todos”

Por último. ¿Te interesaría producir algo que fuera directamente ficción?

A mi me gustaría meter el dedo en todo…

Por una cuestión de afición o crees que hay formatos que son mejores para unas cosas y otros que son mejores para otras?

Por supuesto, hay formatos que son mejores para cosas diferentes. Una cosa que me fascina es cuando tienes una historia que contar, ese decidir si es una novela o un relato o un poema. Dirimirlo antes, a priori.

Pues cerrando, en este contexto en el que lo real solo existe a partir de sus relatos… ¿Que sentido puede tener la ficción?

La ficción es todo. Es nuestro modelado del mundo pasado, presente y futuro. Es un modelo a escala de nuestras vidas que nos permite abandonar nuestras vidas. La ficción es estrictamente todo. La no ficción es lo extraño, es como trabajar con átomos. Como enunciar que esta mesa, que es sólida, esta compuesta de átomos infinitamente separados. Eso es lo abstracto, lo enrevesado, lo extraño. La ficción es la exacta escala humana, lo natural, todo.

Guillermo Zapata | 30 de octubre de 2010

Comentarios

  1. Jose
    2010-11-21 00:53

    Señor Eduardo Zapata rogaria se pusiera en contacto “directo” conmigo a traves de mi email, puede ver quien soy en facebook dejo arriba el enlace. Es un asunto que podria serle de mucho interes, gracias.


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