El 14 de cada mes, una columna sobre fenómenos mediáticos, cultura convergente, sociedad de control y otros servicios inútiles servida a modo de notas orientativas y, a poder ser, con algo de humor. Aunque los enlaces y las citas serán el auténtico grumo de este potaje, el encargado del caldo es Guillermo Zapata. Un guionista de televisión que a veces hace cortos.
1.- Permitidme que hable en primera persona por una vez: Hoy hace un año del inicio de esta columna mensual. El 14 de Octubre de 2009 empecé esta serie de columnas sobre el Hype con una considerable cantidad de intuiciones y muy pocas respuestas concretas. El objetivo no era tanto divulgar un conocimiento como producirlo, orientar mi propio pensamiento.
En ese sentido, el concepto de “hype” me ha servido como una caja de herramientas o mecanismo de resonancia para pensar cosas tan dispares como el urbanismo, la cultura mainstream o las redes sociales.
He actuado en numerosas ocasiones sin ningún rigor, a tientas, desorientado yo mismo o llegando a conclusiones arbitrarias. Insisto en el que objetivo no era producir un conocimiento académico sino disparar una discusión. Es el momento de intentar producir una mínima síntesis de lo que hemos (y aquí ya es necesario hablar en plural) ido construyendo.
2.- Pues bien, sinteticemos:
El Hype es una serie de estrategias para convertir algo en importante. Ese algo va desde un político, un grupo de música o una problemática social a una película, un acontecimiento socio-cultural o una ciudad.
El Hype necesita preveer lo que va a suceder y por eso impone una dinámica de escasez en lo comunicativo (pocos canales, una señal predominante) y una relación cuantitativa en las relaciones sociales (numero de followers en twitter, de fans en Facebook, número de estrellas de tal o cual película, etc.) Necesita encajonar la producción y los tipos humanos en marcas. Para hacerlo investiga y expropia las expresiones más ricas de la producción social y la devuelve despotenciada.
El Hype determina la importancia mediante dos mecanismos principales: Uno que funciona en el evento y otro que funciona en el proceso.
En el evento el Hype secuestra la opinión pública y también la produce. Determina los consensos no solo en términos de importancia sino directamente en términos de realidad. O sea, dice qué es real y que no. De esta forma, produce un chantaje. Si quieres existir, debes participar de éste “lo que sea”. El Hype es, por tanto, un mecanismo de integración.
En término de proceso determina una tendencia y también establece un consenso, pero su objetivo es mantener tu atención. Este nuevo Hype es el de las redes sociales. Esta forma de hype no entiende que el “público” sea un agente pasivo, sino al contrario, pone el centro en la comunicación. No pone el centro en el sentido de los signos emitidos, sino en su producción. (Por ejemplo, a Twitter no le importa que hables de lo que haces durante la Huelga General del 29-S mientras sigas comunicando: “Estoy en un piquete” “He quemado 18 bancos” etc.)
El hype-acontecimiento tiende a la trascendencia y la seriedad. El hype-proceso tiende a la desmitificación y al humor. El personaje clave del hype-acontecimiento es el “artista comprometido”. El personaje clave del hype-proceso es el “nuevo político del fascismo pomoderno”
El hype destruye la complejidad, gobierna las relaciones sociales y por tanto tiene una función policial y de control invisibilzada y se opone al goce.
El goce es la forma más intensa de oposición al hype.
3.- Finalmente, un punto de autocrítica. A lo largo del año me he encontrado con numerosas opciones para “describir” eso llamado hype pero no ha habido un trabajo tan riguroso para explicar las experiencias que se le oponen. En segundo lugar he dedicado demasiado tiempo al “ensayo personal” y muy poco a la cita y al relato de otras experiencias de resistencia al hype.
En el año que se inicia intentaré modificar estos dos puntos. Por un lado usando el espacio como amplificador de experiencias singulares en la resistencia contra la dinámica del hype y por otro lado, trayendo a la columna las voces de otro que puedan dialogar con la mía. ¿Cómo? A partir de este mismo mes la columna cambia su periodicidad de mensual a quincenal. Habrá dos entregas del hype al mes. Una sería la clásica columna (con una orientación, como digo, un poco distinta) y en segundo lugar, cada mes habrá una entrevista con alguna persona destacada en distintos ámbitos relacionados con los lugares comunes que han ido saliendo en este primer año: Cultura, redes sociales, urbanismo y ciudad marca, nuevas tecnologías y ocio, cultura convergente, representaciones de género, compromiso político y expresión artística, etc.
Creo que eso es todo. Espero que os haya resultado tan interesante como a mi.
Pd.- El Tumblr de Cronicas del Hype seguirá abierto y con actualizaciones tan constantes como las de éste año. Probablemente habrá un número mayor de textos de análisis breves en ese espacio como complemento a la columna quincenal.
2010-10-14 12:39
Mas CDH es siempre una gran noticia. Bravo!