Sentado en una vieja Butaca no numerada de terciopelo rojo, el autor se lanza a una reflexión impúdica todos los miércoles sobre cualquier cosa que se atreva a moverse por las pantallas, sean éstas de cine o no. Alberto Haj-Saleh es editor de LdN y autor de la columna Teatro Abandonado.
Madre mía, a veces creo que empecé esta columna sólo para poder llegar a diciembre y poder hacer miles de listas-resumen con lo mejor-peor-regulero-notienesniidea del año.
Pero bueno, el año se acaba y yo, que soy muy convencional, no soy quién para romper tan hermosa tradición. Como modelo plagio me inspiro en esos resúmenes tan bonitos que año tras año hace Gatavagabunda en su blog.
Lo más decepcionante
No sé por qué pero cada vez salgo menos enfadado del cine, al menos en comparación con apenas dos años atrás, donde más de una vez y de dos abandonaba la sala rugiendo y soltando blasfemias por la boca. Ahora cuando no me gusta una película como mucho salgo decepcionado, con el gesto torcido o resignado. Aún así Expiación (Atonement, Joe Wright, 2007) sacó mis demonios de dentro por aburrida, autocomplaciente, virtuosista de forma innecesaria. Y por una Keira Knightley descuidada y desinteresada. Casi peor me fue con Mamma mia (id., Phyllida Lloyd, 2008), una película a la que fui con la intención de disfrutar de mi pasión secreta por los discos de ABBA con el mejor humor posible… y que me dejó malhumorado por su estupidez narrativa y por la nula capacidad de encajar con gracia las canciones en la ¿trama? Y no quiero dejarme atrás 12 (id., Nikita Mikhailkov, 2007), ya sabéis por qué.
Aunque tal vez la decepción general haya venido por las películas españolas que he visto este año, muchas, la verdad, y que en la mayoría de los casos no me han dejado huella alguna y no pasaron de la mediocridad más correcta, ni frío ni calor, indiferente. Creo que es la primera vez en muchos años que no colocaría ninguna película nacional en mi top ten personal y apenas dos de ellas me dejaron huella. Eso sí, por abajo han tocado fondo dos veteranos que disfruté en el pasado y que este año han hecho una película-denuncia sonrojante, Todos estamos invitados de Manuel Gutiérrez Aragón; y una especie de filmación ridícula de un parque temático sobre el Madrid de Galdós, la tontaina Sangre de mayo de José Luis Garci.
Lo más impactante
Precisamente las dos películas españolas que puedo destacar este año lo hago por su capacidad de revolverme en mi butaca no numerada. Javier Fesser me ha hecho sufrir como pocas veces con la brutal Camino, una película estupenda que soy incapaz de recomendar a nadie, visualmente hipnótica y con un posicionamiento claro y evidente. Desde otra perspectiva Jaime Rosales logra algo parecido con Tiro en la cabeza, de la que como mínimo puedo decir que es diferente. Sus últimos diez minutos son el acelerón más sobrecogedor que puede uno echarse en cara delante de una pantalla de cine.
Otros impactos: los ya hablados de Tropa de élite y Gomorra o el salvaje recorrido hasta el infierno de todos y cada uno de los protagonistas de Antes de que el diablo sepa que has muerto (Before the devil knows you’re dead, Sidney Lumet, 2007).
Seguimos la semana que viene, día 24 y olé.
2008-12-18 03:09
Y entre lo más decepcionante, yo creo que debería ir “My blueberry nights” (aunque ya sé que hace más de un año que D. Alberto Haj-Saleh vió esta película, pero se estrena ahora).
;-)
PD. Qué buena la de Lumet.