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Román Paladino por Miguel A. Román

Miguel A. Román pretende aquí, el vigésimo octavo día de cada mes, levantar capas de piel al idioma castellano para mostrarlo como semblante revelador de las grandezas y miserias de la sociedad a la que sirve. Pueden seguirse sus artículos en Román Paladino.

¡Va por ustedes!

El pronombre personal común y general en lengua española para dirigirse a un grupo, es decir, la segunda persona del plural, es “ustedes”, usado con la forma verbal correspondiente en tercera del plural. Esto, aclaro, salvo un pequeño localismo circunscrito al centro, norte y este de la Península Ibérica e islas cercanas, donde se emplea habitualmente el pronombre “vosotros” y el verbo coordinado en segunda del plural.

Dicho así, y aunque no exento de ironía (vale, tal vez “sarcasmo”), podría levantar alguna ampolla entre los hispanohablantes peninsulares, pero se acerca más a la realidad que la opción contraria: decir que la forma canónica es “vosotros”, y “ustedes” una variación usada en América Latina.

Pues, considerando que “general” y “común” significan para el el DRAE “usual, frecuente” y “corriente, recibido y admitido de todos o de la mayor parte”, respectivamente, la realidad numérica es que “ustedes” es la única forma utilizada por más de 300 millones de hablantes del idioma frente a menos de 50 millones de almas que utilizan “vosotros”, casi exclusivamente en España y ni siquiera en todo el estado, pues en Canarias hablar de “ustedes” es la forma tradicional y más habitual (más en las islas occidentales que en las orientales) y es también uso frecuente en Andalucía, especialmente Cádiz, Huelva y Sevilla, pero no inaudito en Andalucía Occidental.

Pero, para ser científicos a la par que justos, la afirmación más adecuada es que ambas formas son igualmente correctas, aceptadas y aceptables, y usadas con normalidad dentro del habla específica de cada comunidad de hablantes.

Sin embargo, a esta realidad de uso se han opuesto secularmente las gramáticas impresas en el Nuevo Continente, tanto las lingüísticas como las escolares, hasta hace relativamente poco (aún quedarán algunas) e incluso la gramática del chileno Bello “para hispanoamericanos” soslaya esta particularidad.

Gramática escolar argentina de los años 60 proponiendo “vosotros” e ignorando “ustedes”

Afortunadamente (creo yo), al igual que sigue ocurriendo con los alumnos canarios y andaluces, el libro de texto poca influencia ha tenido en el habla corriente y el “ustedes” como forma habitual se ha mantenido incólume en estos territorios. Pese a ello, durante demasiado tiempo ha existido una cierta presión social que asimilaba el uso del “vosotros” a una calidad social y cultural más elevada.

(Sirva este ejemplo de advertencia a educadores celosos del purismo idiomático: no se puede ni se debe navegar contra el viento; lo sensato es tomar ceñidas, o mejor aun: cambiar de rumbo y empopar).

Curiosamente, el origen de esta fórmula no es genuinamente americano, sino que se gesta en España, durante los siglos XVII y XVIII en que la “norma sevillana” se separa de la castellana (toledana o madrileña) en la evolución de los pronombres (proceso que incluyó asímismo la desaparición del “vos” a favor del “tú”). Es fácil entender que desde Sevilla y los puertos andaluces, el uso se disemina a las colonias americanas y a Canarias como escala obligada.

Analíticamente, esta peculiaridad conlleva algunas consideraciones lingüísticas interesantes:

Para empezar, y obviamente, el uso es perfectamente coordinado, lo que implica forma verbal de tercera persona. Sin embargo aparecen casos de mixtificación, sobre todo en el habla popular de los españoles, pero también en México, Puerto Rico y Cuba (paises donde el “vosotros” coexiste con el “ustedes”, probablemente porque su conexión con España se prolongó más tiempo)
¿Ustedes sabéis si van a poner alguna pantalla gigante en Sevilla para ver a España? (de un foro futbolero del Real Betis)
Me habéis demostrado una vez más que cuando ustedes tenéis que estar, estáis. (de un blog de Semana Santa sevillana)
Mi pregunta está enfocada a que ustedes habéis llevado el nombre de Canarias por latinoamerica… (Entrevista de los lectores del diario Canarias-7 a las componentes de un grupo musical)
Todos ustedes sabéis que Napoleón Bonaparte… (de un blog mexicano).

Mucho más rara es la opción contraria:
pues como vosotros saben (de una bloguera de Puebla, México).

Además, el hablante de “ustedes”, lógica y coherentemente, suprime también el pronombre átono correspondiente “os”, el reflexivo “os” y el posesivo “vuestro/vuestra”, empleando los correspondientes “les”, “se” y “su/suyo/suya”. Al igual que en el caso anterior, en los paises “frontera” (España, México, Cuba y Puerto Rico) se produce alternancia en este uso, incluso en el mismo hablante.

De otro lado, hay que considerar que el empleo permanente de “ustedes” limita en hablante y oyente la capacidad de discriminar el trato de respeto del de confianza (e igualmente el género), estableciéndose esta diferencia, de ser necesario, con otros parámetros, como la aparición explícita del pronombre:
Cojan ustedes sus maletas y síganme (respeto)
Cojan sus cosas y márchense (confianza)

Obviamente, el oyente peninsular, está acostumbrado al uso del ustedeo en situación de cortesía y muchas veces puede costarle discernir la situación (o incluso no darse cuenta), sorprendiéndose al fin cuando se enfrenta a frases conocidas y aprendidas o contextos presumidos de antemano:
El Señor esté con ustedes (Ordinario de la misa católica)
¡Ojos, miren por última vez! ¡Brazos, den su último abrazo! ¡Y ustedes, labios, puertas del aliento, sellen con legítimo beso un pacto perpetuo con la muerte que espera! (Shakespeare, Romeo y Julieta, Traducción de Cary Téllez para Ed. Selector, México)

A modo de anécdota, uno de los enlaces que incluyo a pie de columna me ha llamado la atención sobre estas redondillas de Sor Juana Inés de la Cruz:
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Si la poetisa mexicana hubiera empleado el verbo en tercera persona (que tal vez fuera lo que oía a diario) corría el riesgo de confundir el sujeto de sus acusados (los hombres) con sus defendidas (las mujeres) al estar ambos en la misma persona, p.ej. en el séptimo verso: ¿por qué quieren que obren bien… Pero sobre todo, y en especial para el oido peninsular, se difuminaría el dedo acusador, pareciendo más una crítica realizada a espaldas de aquellos a quienes denuncia:
Hombres necios que acusan
a la mujer sin razón,
sin ver que son la ocasión
de lo mismo que culpan:

Sin embargo, ni este ni ejemplos semejantes justifican la recomendación del uso español, ni mucho menos “cruzadas” que intenten “redimir” a los hispanohablantes del “ustedes” de su “incorrección”. El español de cada zona es patrimonio y tesoro de sus habitantes y la historia demuestra tercamente que las reglas de su evolución no está en las manos de los pseudoacadémicos sino en los labios de sus propietarios legítimos.

Por lo demás, la “unidad del idioma” no corre riesgo alguno con estas cosas: los americanos entienden perfectamente el “vosotros” (aunque, claro, delata la cuna de quien lo pronuncia) y los españoles no se incomodan porque los traten de “ustedes”, aunque sea en cómplice confianza.

Y acabo aquí este pequeño culebrón veraniego de la segunda persona, trilogía dedicada al sorprendente abanico de opciones que nuestra lengua ofrece para dirigirnos a nuestros semejantes.

Se cumplen también, de paso, cinco años de Román paladino, sesenta episodios que siguen sin colmar mi capacidad de asombro: por mi lado la capacidad de encontrar, mes tras mes, un tema adscrito a esta disciplina que no aburra a las ovejas; y por el de ustedes, lectores, la paciente fidelidad que me prestan. (Nota: lo de “ustedes” en este párrafo es aquí tratamiento de respeto, aunque a este canario de cuna andaluza no le es ajeno el uso en familiaridad, así que tómenlo como mejor les apetezca).

Más opiniones:
Discusión en Wikilengua
Una opinión en contra del ‘ustedes’
Algunas respuestas a lo anterior
Cronología de la eliminación de vosotros en América por José G. Moreno de Alba
La opinión de Lapesa a la que refiere el estudio anterior.
La opinión de un profesor canario

Miguel A. Román | 28 de agosto de 2010

Comentarios

  1. Marcos
    2010-08-28 12:39

    Román, eres grande. Y uno de esos casos que hacen de la red un lugar mejor y más libre. Gracias por compartir desinteresadamente tus conocimientos, y compartirlos tan bien. Felicidades por los cinco años, y que sean muchos más :)

    Saludos

  2. poiueropqiu
    2010-08-28 15:06

    por cierto, el enlace de “cronología de la eliminación” no funciona correctamente.

    le ruego que si tdv tiene una copia en un or. per. la suba a alguna página web, pues no hay más en todo el internet.

    de momento tdv funciona la caché del google.

  3. Miguel A. Román
    2010-08-30 12:26

    poiueropqiu: Al parecer este fin de semana la Diputación de Zaragoza (www.dpz.es) detuvo sus servidores para realizar un mantenimiento de cara a la reanudación post-vacacional. Puedes comprobar que el enlace vuelve a funcionar correctamente.

  4. rafa
    2010-09-20 14:31

    Sigue en ello. No hay oveja, ni nada ni nadie que se aburra con lo que nos enseñas.


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