Purranki Sandongui ha colaborado antes con Almacén en su columna Zasnujismo. Además publica la bitácora 3l Potadero de Bleturge. Su columna aparece los viernes. Esta sección dejó de actualizarse en julio de 2008.
Se acepta sin problemas la existencia de las máquinas de café, y se acepta sin problemas que el café influye en el ciclo circadiano y nos permite ser más productivos y dejar antes libre el sitio para las generaciones futuras que pélvicamente vienen empujando.
Sin embargo, no he visto todavía máquinas surtidoras de lonchas de farlopa, a pesar de que es legal, ni máquinas que den disgustos para no dormir. Una máquina que te enseñe unos convincentes fotomontajes en los que se vea claramente que tu monaguillo te engaña con el cura de otra parroquia. Eso le quita el sueño a cualquiera, y te permite irte de fiesta y proporciona un excelente motivo para olvidar.
Los camareros, si fueran como los de las películas y no la patulea de gañanes irredentos que son, entenderían perfectamente lo que digo. Motivos no nos faltan para beber, pero siempre necesitamos más porque parece que si bebemos durante años por el mismo motivo, no estamos dando salida adecuada a los problemas. Creo en eso constantemente.
El no dormir o el beber en exceso, o las drogas, permite renovar los problemas mediante la creación de suculentos problemas artificiales. Va uno un día al médico porque se encuentra fatalito, y el médico, que es un robot de medio acuoso igual que nosotros, está programado para decirnos que nuestro hígado no da más de sí y que vamos a morir muy pronto.
En ese caso, me gustaría que hubiera máquinas dispensadoras de tortugas de Florida o máquinas dispensadoras de labores de corchet para poder aprovechar el poco tiempo que nos queda tejiendo ropa inútil para mascotas.