Purranki Sandongui ha colaborado antes con Almacén en su columna Zasnujismo. Además publica la bitácora 3l Potadero de Bleturge. Su columna aparece los viernes. Esta sección dejó de actualizarse en julio de 2008.
Todo el mundo sabe que los astros influyen en nosotros. Un poquito más cada día. El hecho de que los astros influyan en nosotros implica necesariamente que nosotros influimos en ellos en la misma medida. Eso es algo en lo que se insiste menos porque los astros no compran la prensa. Pero es una característica de cualquier universo posible.
Yo, por ejemplo, tengo un telescopio de los de espejo al lado del jergón, que es de láminas. Antes de acostarme miro lo que yo pienso que es Urano y hago gestos raros con las manos y la cara hasta que me parece distinguir que la textura del astro es la adecuada. Hasta que puedo distinguir la textura y el olor del astro, no me voy a dormir. Pueden pasar horas. Pero tengo que influir en él. Podemos variar la posición de diferentes estrellas, o provocar su eclipse, tan sólo con desearlo.
Es vital para el sol y la luna que no faltemos un sólo día a nuestros ejercicios. Alternativamente: es vital que los hagamos de tanto en tanto, cada vez que nos acordemos.