Purranki Sandongui ha colaborado antes con Almacén en su columna Zasnujismo. Además publica la bitácora 3l Potadero de Bleturge. Su columna aparece los viernes. Esta sección dejó de actualizarse en julio de 2008.
Sin recurrir a la catapulta, hay maneras mucho más chulas. Vengo de soñar, por ejemplo, que cocinaba explosivos con Michael Moore. No estoy seguro de que fuera Michael Moore. De hecho, creo que era Richard Stallman. En todo caso, era bastante gordo y tenía barba y se reía del miedo constante que tenía yo a volar por los aires.
Se ve que la parte más delicada de fabricar explosivo plástico es la producción de nitroglicerina pura. La nitroglicerina es un explosivo completamente anticuado y pasado de moda, y la verdadera razón de la existencia de los explosivos plásticos, que son únicamente formas diversas de estabilizar la dichosa nitroglicerina.
El caso es que el proceso es extremadamente delicado. Si hemos sobrevivido al paso de la producción de nitroglicerina acabamos, unsurprisingly, con nitroglicerina dentro de una olla.
El puntillo inquietante que convierte a este sueño en un sueño de terror es lo alegremente que Michael/Richard Moore-Stallman manipulaba el explosivo. Era como un líquido negro que distribuía alegremente en unas bandejas de poliuretano de las que traen verduras.
Una vez hecho esto, se ponía unos guantes de fregar los platos y se iba pinponeando hacia el balcón.
Pinponear es andar como donpinpón, con un brazo pegado a la tripa y dando bandazos como un manuelfraga cualquiera. Que hay que explicarlo todo.
Un balcón es una especie de plataforma que da a la calle y que hay en algunas casas. A veces la gente pone geranios o, en su defecto, flores. Y en Alemania tienden a hacer las casas sin balcón, por algún motivo.
El caso es que a mí también me tocaba fase de transporte y tenía que caminar como quien lleva un plato de sopa en los purititos colmos, pero con el extra (los extras forman parte de la cosa principal) de que si se me caía la sopa todo haría pum.
En este caso se ve, mucho más claramente, de qué manera los extras forman parte de la secuencia principal, de la forma más general posible, y no son meros añadidos de los cuales se pueda prescindir. Cqd.