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Transtornos del sueño por Purranki Sandongui

Purranki Sandongui ha colaborado antes con Almacén en su columna Zasnujismo. Además publica la bitácora 3l Potadero de Bleturge. Su columna aparece los viernes. Esta sección dejó de actualizarse en julio de 2008.

Monstruos alucinadores

Entre los monstruos que vienen a visitarnos cada noche hay, principalmente, falta de imaginación. La mayoría de monstruos imaginados están hechos con partes de animales distintos cosidos de mala manera entre sí. Que si una mujer con cabeza de carnero, que si un león con cabeza de jabalí. Que si una cabeza de corzo con otra cabeza de cerdo. Nada que no hayamos visto antes en un bodegón de esos de caza y naturaleza muerta.

En principio no ha de asustarse uno de todo lo que lleve el calificativo de muerto. Los muertos tienden a ser gente no sólo con poca agresividad, sino con poco dinamismo, que mal que bien es un prerequisito para cualquier agresividad un poco en serio. No es suficiente con decir uuuu, o con arañar frenéticamente. Para que algo nos asuste tiene que parecer capaz de arrancarnos algún órgano vital a dentelladas, y eso los muertos como que no.

Entonces, aunque sean perros o conejos muertos, tampoco tienen por qué asustar.

La otra gama de seres que nos pueden aterrorizar son seres no muertos pero profundamente heridos. Con hachazos, o con las vísceras por fuera. Se podría argumentar que alguien en ese estado es fácilmente reductible al caso anterior con sólo esperar un rato. Y en todo caso, alguien con las vísceras por fuera no debería asustarnos tampoco. Hemos visto entonces que en este segundo caso tampoco tenemos por qué asustarnos.

El tercer caso que quería tratar es el de los animales mal hechos o con los dientes demasiado grandes. Si son partes de otros animales mal pegados, siempre podemos atacar a su parte más débil. Sería de tontos atacar a una culebra con cabeza de león y alas de pájaro por algún lado que no sean las alas de pájaro. Las personas comemos pollo. Bastaría con recordarle esto al monstruo ese para asustarle nosotros a él.

O, por ejemplo, si fuera un elefante con patas de cigüeña y pico de tucán pues directamente nos reimos y en todo caso huimos escondiendonos en un probador de señoras en el que no quepan muchos elefantes.

Así, de esta forma práctica y directa, conseguimos eludir a toda clase de monstruos incluso durante el sueño. No era tan difícil.

Purranki

Purranki Sandongui | 14 de abril de 2006

Comentarios

  1. Leni
    2006-04-15 10:31

    Muy completo. Sólo cojea un poco en el apartado de insectos gigantes (hormigas, arañas, sinectos monigolas…) y estos ya acojonan un poco más.

  2. Cármen
    2006-04-16 00:05

    A mí nunca me ha quitado el sueño ningún monstrúo asqueroso … ¿Quién sueña con semejantes engendros? Mentes enfermas, seguro. O, en su defecto, mentes agitadas por películas de mal gusto. Lo que sí es espeluznante, es soñar con arañas … negras y peludas.
    Un saludo, Purranki.

  3. Cármen
    2006-04-16 00:34

    Por ahí, no sé ... Pero, aquí en barnacity se está poniendo un tiempo de miedo … Noche ideal para que los monstrúos más monstrúosos nos ataquen en sueños. Yo, por pedir, preferiría la entrada en mi lecho de otro tipo de animales asustones … Ménos fieros pero más divertidos.


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