Purranki Sandongui ha colaborado antes con Almacén en su columna Zasnujismo. Además publica la bitácora 3l Potadero de Bleturge. Su columna aparece los viernes. Esta sección dejó de actualizarse en julio de 2008.
Había una vez el caso de un señor que vivía en el Eixample y desde allí quería controlar sus sueños y por culpa dello se apuntó a un curso de una asociación filantrópica de esas que abundan en el Eixample y en más sitios.
Nada más apuntarse le informaron de que su cuerpo era en realidad cinco cuerpos: el cuerpo físico, el cuerpo astral, el cuerpo sutil, el cuerpo asfeno y el cuerpo akáshico. Y que tenía que aprender a controlar los cinco cuerpos a la vez con un solo mando de videoconsola. Y que tener cinco cuerpos podía ser la razón por la que se caía de la cama tan a menudo.
Así que el punto se puso a estudiar todo lo referente a cuerpos dormilones y cuerpos ceporrones y se empapó de todas las referencias posibles. Entre ellas una referencia consistente en un cedé en el que unas ballenas dialogan con un dulce arroyuelo de montaña, una flauta tibetana y un monje copto del siglo tres cuya voz se ha conservado milagrosamente en una grabación antiquísima.
Y por supuesto le dijeron que desde el left-Eixample no podía controlar lo mismo que desde los altos del tibet, que allí había unos señores que mediante unas técnicas milenaristas le amarran a uno todos los cuerpos menos el vespeno, que no es ninguno de los que he dicho antes, y que con ese sí que se puede transcender de la realidad durmiente y se puede uno ir a los bailes sin que le vean, y eso es precisamente lo que conviene hacer.
Diez años después el señor vive de alquiler y ya no vive en el Eixample, porque se vendió el piso suyo y el de sus padres para poder controlar a todos sus sueños. Ahora, efectivamente, controla sus sueños, y despierto y dormido sueña lo mismo: eviscerar a los macarras del espíritu que le choraron toa la guita.
2006-01-07 18:28 Fantástico el relato. felicitaciones a todos tus cuerpos
2006-01-09 11:55 He leído todos los articulos de la página en los últimos días y me parecen francamente buenos. Creo que con un buen mecenas te harías rico. También te digo que suelo equivocarme.