Purranki Sandongui ha colaborado antes con Almacén en su columna Zasnujismo. Además publica la bitácora 3l Potadero de Bleturge. Su columna aparece los viernes. Esta sección dejó de actualizarse en julio de 2008.
Es como si te digo ahora que me he pasado toda la noche conduciendo un R12 que volaba a ras de las vías del tren, intensamente preocupado por si en lontananza aparecía, efectivamente, un tren, y observando como otros coches desprovistos de la facultad de volar se hacían polvo alegremente por terraplenes y sorribos cunetarios, rodando lacrimalmente hacia su propia destrucción.
Es decir, carece de relevancia alguna. Cualquier sueñólogo te dirá que los sueños significan “lo que para ti creas que signifiquen”. Ya. Y por ese comentario voy a estar pagando yo un pastoncio de sueñólogo? Es igual que los videntes esos que llamas para preguntar por el tema de la pareja y te sueltan “a ver, tú tienes pareja?”. Pues lo mismo. Que la gente no se moja. Y no se moja porque no se entera y viven de hacer ver que se enteran.
Yo misma, por ejemplo, me valgo de unos conocimientos inexistentes para presentarles ésta mi humilde columna. Asumo que se ve que soy un ignaro en este y casi cualquier otro tema, y que eso se ve desde lejos. Que soy un zote, un Johnny Pelucas, un guitarrista, un infame pescador de caña. Por si alguien no se había dado cuenta, lo digo ahora: no tengo ni guarra. Así que no me vengan luego a decir que soy un farso y que pin que pan. O vengan, pero avisados.
Que el que es avisador es encima un hijón de putas que cree moralmente legitimado su podredumbre moral.
A mí me gustaría que fuera al contrario. Que yo les explicara que soñé que era un cantautor country internacional que hacía tournés mundiales haciendo conciertos desde su pulmón de acero, y que pescaba holoturias en las costas fosforescentes de kamchatka, improbables racketoplans surcaban el cielo, una zarza ardiendo oligofrénica era mi fiel compañera, en plan adláter disney. Y hacía el cambio de guardia de la guardia sueca, se me dormían los pies, me apretaba el gorro, sospechaba que los calzoncillos que llevaba puestos no eran en realidad 100% algodón.
Y ustedes me ayudarían, cotejarían mis tests de rorschach con mis angustiados relatos nocturnos y me explicarían que si las holoturias y el fútbol azteca, y la relación entre el escozor de pies y las tragaperras, y el significado último de los sueños de caerse y de ser tornero, y de caerse encima de un tornero.