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Transtornos del sueño por Purranki Sandongui

Purranki Sandongui ha colaborado antes con Almacén en su columna Zasnujismo. Además publica la bitácora 3l Potadero de Bleturge. Su columna aparece los viernes. Esta sección dejó de actualizarse en julio de 2008.

Grandilocuencia pastelosa

Me encantaría tener sueños grandilocuentes de esos en los que uno vuela desde una colina y destruye a los gusarapos como si tuviera rayos láser en los pezones. Qué placer sobrecompensar en sueños nuestra pobre condición de esclavos salariales. A mí eso del I have a dream que vivamos tós juntos en paz y libertad es que me sabe a poco. Quiero decir, está muy bien, pero no puede compararse con disparar rayos láser por los pezones.

Otro caso común de sueño es ese en el que uno está fascinando a una granaudiencia mediante una arenga o cantando copla o quizás explicando chistes de arévalo. Hay que tener mucha fe en la multitud para soñar con algo tan bobo. Cualquiera que haya estado alguna vez del otro lado sabe en qué consiste en realidad una multitud: consiste en un montón de gente que se ha juntado en algún sitio para fumar porros, intentar pillar cacho de forma transitiva y no simétrica, pensar en el examen del MIR, tener la regla, tocarle el culo a un camarero, lo que sea. En raras ocasiones, y de forma intermitente, se puede convertir a la masa en un todo único, y siempre a un nivel infantil, mediante actividades de preescolar, como dar palmas o levantar las manitas, o simplemente jugar al me pongo de pie me vuelvo a sentar. Quién cree ya en el domeñe de las multitudes?

Y el tercero sería ese otro sueño en el que hay un león y al lado hay tumbado un arborícola y al lado del arborícola hay tumbado un hortifrutícola y al lado del hortifrutícola se tumba un peral y una mangosta y un palanquín. Se trata del paraiso de la portada de la revista atalaya, con el que soñé una vez y del cual extraje la conclusión de que en casi todos los paraisos se pasa muchísimo rato tumbado.

Así que como cerdo que soy, aspiro a una felicidad de cerdo. Estar todo el día comiendo pienso y embarrándome, y no pensar nunca en la muerte ni en enfermedades de esas degenerativas.

Purranki Sandongui | 21 de julio de 2005

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