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Transtornos del sueño por Purranki Sandongui

Purranki Sandongui ha colaborado antes con Almacén en su columna Zasnujismo. Además publica la bitácora 3l Potadero de Bleturge. Su columna aparece los viernes. Esta sección dejó de actualizarse en julio de 2008.

Madre no hay más que una

A veces sueño mucho más en potencia que en acto. O sea que en vez de soñar que hago algo sueño con la posibilidad de hacer algo, que es más descansado. Me dedico a trazar planes y chorradas mientras voy durmiendo. Debido a que estoy dormido y a que carezco de discernimiento los planes luego salen como salen.

Planear de forma disparatada durante el sueño no deja de ser una ventaja, porque lo malo de estar despierto es que no se pueden poner excusas si los planes resultan igualmente una miyerda.

Para entorpecer el entendimiento de lo que estoy diciendo, voy a poner un ejemplo que haría las delicias de Freud: resulta que vengo de trazar un plan grandilocuente para acabar con la tiranía de la madre única. Sí, han oido bien. Por algún error de diseño, parir se ve que cuesta bastante. Pero, que se sepa:

-La fecundación es voluntaria etc. Y además una guarrada. Mi propia madre, en el ayuntamiento carnal… uf.

-Si se trata de un descuido involuntario, como es el caso de la mayoría de los que habitamos este planeta, pues entonces el agradecimiento debería ser algo menos vehemente. Digo yo.

En cualquier caso, mi plan no consiste tanto en acabar con el agradecimiento que inexplicablemente procesan los seres más desgraciados hacia el motor inmóvil de su desgracia, sino más bien en acabar con la molesta unicidad del ente maternal.

Dado el acabose de la unicidad maternalicia se podrían repartir de forma más sana las culpas y agradecimientos. A modo de bonus de cambio de fase, tendríamos además la libertad de poder elegir cómo va a ser nuestra nueva madre, se acabaría con la injusta simetría que conlleva el seguir eso que se viene llamando orden natural de las cosas: se piensa como muy natural el aceptar que los padres moldeen a los hijos a su antojo, e incluso se incentiva tal comportamiento. Aparentemente, ese moldeado es de tal virtud que obra efectos beneficiosos cualquiera que sea el modelo que los toscos alfareros de turno intentan reproducir en su vástago. Lo importante es el moldeo, o el cabalgar.

Así que, manos a la obra.

Entre mis planes soñados estaba el elegir una mujer, seguramente con unos vestidos muy largos o con un peinado raro. Algo para crear la impronta adecuadamente. Y entonces rogarle con la más exquisita de las educaciones que me lleve a pelita durante nueve meses. A comprar el pan, en la bañera, en la reunión de la escalera, al jurar bandera. En todo momento. Si aceptara, no sería pasado ese periodo menos madre que la otra madre, a la que llamaremos desde ahora simplemente la otra. La nueva sería más madre. Por el simple hecho de que habría acarreado más peso. Yo peso unos setenta y doce kilos, mientras que cuando era un fetucho de morondanga pesaba en media, considerando un crecimiento lineal, aproximadamente 1.75 kilos. Eso es al menos una relación madrera de cuarenta. Todo eso lo iba soñando yo.

Y entonces pensé también que pasados los nueve meses sería de rigor el acudir a un cirujano de confianza para tallarme un ombligo nuevo que sea pareja del actual, a modo de testigo de la nueva deuda filial contraida.

Purranki Sandongui | 10 de junio de 2005

Comentarios

  1. leiro
    2005-06-10 13:19 Propongo que creemos una fundación para acabar con la adoración a la madre.

    ¿Por qué esa deuda permanente con quién, como bien dices, en la mayoría de los casos ni nos quiso tener? ¿por qué adorar a quién nos trajo al mundo para hacerlo y hacernos infelices?

    Esa deuda antropológica materna viene de la conciencia del hombre, y se acentúa con el catolicismo y su empeño en enclaustrar a la mujer en sus funciones primarias: parir (Fraga dixit). Dudo muhisísimo que las moscas respeten de ese modo a las moscas hembra… incluso he visto en algún documental de la 2 que los leones muerden a las leonas con toda impunidad, precisamente, interpreto yo, porque no consideran que mamá leona no hay más que una, o porque consideran lo contrario: que papá león sólo hay uno, y que hijo león sólo hay uno en su unicidad.

    En fin, que genial como siempre, señor Purranki.

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