Pues voy por la calle y me fijo en un palomo que un poco más adelante se ha puesto a beber agua. En una postura algo rara. Me extraña que no levante la cabeza después de cada buche como hacen las aves y todos los bichos que no tienen movimientos peristálticos de esos.

Cuando llego a su altura me doy cuenta de que no levanta la cabeza porque no tiene. Está muerta, lógicamente.

Esto se repite con un gato. Me parece que se tumba pero cuando paso al lado me doy cuenta de que lleva varios días muerto.

Y entonces paso a una fase puramente discursiva en la que ne planteo biografías taradas. De esas que acaban abruptamente con un “y entonces murió de un infarto cerebral”. Justo cuabdo iba a recibirse de arquitecto, o cuando por fin había aprendido a orinar sin salpicar la taza, o cuando había quedado absuelto de estupro o seleccionado como alero. Da igual. Todo es una serie de muertes sólo comparables en absurdo a sus correspondientes vidas.

Y me pregunto: si soñar con limones o no me acuerdo qué patraña, era un simbolismo de la muerte, entonces soñar todo el tiempo con la muerte, qué ostias de simbolismo es?

Y perdonen.