Purranki Sandongui ha colaborado antes con Almacén en su columna Zasnujismo. Además publica la bitácora 3l Potadero de Bleturge. Su columna aparece los viernes. Esta sección dejó de actualizarse en julio de 2008.
En el avión nos tratan muy bien. En cada asiento hay ya preparada una mantita y una almohada pequeña. Y una pantalla ubicada detrás del cogote del pasajero que nos precede.
Me quito los zapatos y me pongo la manta y la almohada. Y viene la azafata y me pregunta si quiero algo. En los aviones siempre contesto cosas raras. Me oigo a mi mismo decir que quiero un zumo de manzana. Un caramelo? sí gracias. Es una conversación automática. Pernos? sí, pero con yogur. Hace falta que le chafe el final de la película? sí, claro, hagame el favor. La cara de la azafata me suena de algo.
Al cabo de seis horas estoy inhabilitado para la vida social. Oigo como una señora gargajea unas filas más hacia adelante. Hay además un mapa que indica que estamos pasando por encima de Tyorst o Kyorst. Debe hacer mucho frío allá abajo, debe haber alces y cosas por el estilo. Me duermo con ganas de llorar y pensando en Giorst o en Pyorst, pero al final sueño que me peleo a puñetazos con David Hasselholf. Gana siempre él porque me quedo pensando en cómo se escribirá Haselholfs. Me quito los zapatos.
Me despierto y me doy cuenta de que llevo un buen rato llorando mientras a Julia Roberts le pasan toda clase de cosas malas. Me parece que está muy enferma y que se va a morir. Me da un poco de pena y le digo a la azafata que no quiero desayunar, porque a Julia. Me dice que es la cena. Le digo que entonces vale, y le doy las buenas tardes sin saber por qué. Otra vez me escucho hablar.
Vuelvo a poner en hora el reloj pero me lo quito y arranco una página del libro para marcar por dónde voy. Miro por la ventanilla a ver si se ve Griost o Priost, pero no se ve nada. Es de día y las azafatas nos tratan como a niños. Me digo a mí mismo que no hay derecho y.
Me despierto y está todo el mundo dormido y está todo a oscuras menos las pantallas de video. En mi pantalla hay dos hombres peleandose en un ring. Se pelean bastante. Uno tiene cogido al otro por los pelos y le golpea constantemente la cabeza. A veces con el codo, a veces contra el suelo, a veces con su propia cabeza. Ninguno de los luchadores se parece a David Haselflot.
Me duermo de forma intermitente y me despierto viendo a todo el mundo desnucado y con auriculares, mirando al techo con la boca abierta y los ojos cerrados. Eso no debe ser sano. Trato de averiguar si últimamente me he despertado dos veces seguidas sin dormirme en medio pero me despierto, o me duermo, depende de si estoy soñando o despierto.
Me ofrecen otra vez desayunar, digo que un café y me dicen un momento que se ha acabado. Me duermo o me despierto antes de que llegue el café. Me despiertan para ver si llevo bien abrochado el cinturón. Y me duermo mientras me da miedo atragantarme durante el sueño y morir. O que me den puñetazos.
Es de noche. Pasamos por encima de una isla muy larga y estrecha y llena de animales y castillos. Le pregunto algo a la azafata pero se ha vuelto muy vieja y me dice que me desayune que me va a llevar a la cárcel si no me lo acabo todo. Yo me desayuno con un poco de cangueli. Está claro que me lo acabo todo antes de despertar etc.
2005-03-13 16:26 Brillante. Y genial. El mejor de la columna, hasta ahora. Sin duda.