Purranki Sandongui ha colaborado antes con Almacén en su columna Zasnujismo. Además publica la bitácora 3l Potadero de Bleturge. Su columna aparece los viernes. Esta sección dejó de actualizarse en julio de 2008.
1.- El día primero de año, seguramente borracho, casi todo el mundo se ha estremecido de cursilería al pronunciar la frase “ojalá que todos tus sueños se hagan realidad”. Hay que decirla poniendo unos ojos muy bonitos, así tipo bambi. Esperar un poco, suspirar, fin.
2.- Es curioso cómo los sueños mantienen una relación paradójica con la realidad. Los sueños se desenvuelven en un territorio que es a la vez parecido al mundo real y opuesto a él en esencia. Y sin embargo, qué es lo que los hace deseables? Por qué tenemos que desear que los sueños dejen de serlo? Es por aquel argumento cutre acerca de que lo que existe es más perfecto que lo que no existe? Como todos los tomistas han muerto, nadie me puede contestar.
3.- La mayoría de las veces los sueños no son mejores ni peores que el mundo real, son simplemente ortogonales a él. Lo único que los delata es que, al menos en mi caso, cuando sueño estoy bastante seguro de las cosas. Todo me parece normal y hasta cierto punto lógico. No hay nada extraordinario. Nada hace manifiesta la cesura entre lo real y lo pensado durante el sueño. La maravilla real sucede al despertar. Y el placer más exquisito es degustar la sensación de haber olvidado un sueño preciosamente absurdo. Por eso, porque los olvidamos tan a menudo, tienen los sueños tan buena prensa.
4.- Los únicos sueños que veremos colmados son esos en los que soñamos que nos meamos encima. Y si no, al tiempo.