Soñé que me duchaba y que había gente que no conocía en una habitación llena de juguetes. Había que pasar por allí para ir a la ducha, así que yo pasaba por mitad de toda esa gente fumando y decía holaola es que me iba a duchar, es que me voy a duchar.

Inmediatamente, soñé ese sueño en el que al salir de casa has olvidado el carrito de la compra y vuelves y al bajar has olvidado la chaqueta y va a hacer frío, y vuelves y esta vez has olvidado los zapatos. Y así todo el rato, olvidando cosas cada vez más necesarias.

Justo antes de despertar estaba soñando con barandillas oxidadas y con pasarelas al aire libre. Me hacía grandes esquemas mentales de palafitos y de ciudades en los árboles, y de ciudades construidas en cuevas, y de casas que cuelgan de unos cables de acero en mitad de una garganta en un barranco. Para pasar de un sitio a otro había que ir siempre pegado a la baranda y al final te acostumbrabas a la altura y al viento que siempre sopla.