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Transtornos del sueño por Purranki Sandongui

Purranki Sandongui ha colaborado antes con Almacén en su columna Zasnujismo. Además publica la bitácora 3l Potadero de Bleturge. Su columna aparece los viernes. Esta sección dejó de actualizarse en julio de 2008.

Dios estrangulador

Acabo de soñar con esos aviones que dejarían caer sobre nosotros virutas de fibra de vidrio y algún tipo de veneno anticoagulante. En la segunda oleada me parece que dejaban caer algún tipo de gas urticante, algo que nos obligaba a rascarnos y a hacernos heriditas por las que, claro está, moríamos desangrados en el plazo de una semana.

Todo esto pasaba típicamente en la playa, pero también afectaba al Delta de l’Ebre y a los inservibles pabellones de ferias que construyen los alcaldes a la entrada de los pueblos pequeños para decir que han hecho algo. Ahí estábamos todos nosotros, descalzos.

Los detalles del sueño son más importantes que el sueño en sí. Lo que yo me quedaba mirando era el verde intenso de los aviones. Eran aviones de hélice parecidos a las fortalezas volantes de la segunda guerra mundial. Las bombas que dejaban caer hacían muy poco ruido. Sólo hacían pif. Muy pocos de nosotros eramos conscientes de que ibamos a morir. Otros sí que lo eramos pero comentábamos distraidos cosas como:

“sí que ha llegado pronto, no pensaba que fuera a ser así!”
“sí, en la playa, imaginate que ridículo”

Los ángeles de la muerte se alejaban dejando caer su ayuda eutanásica. Los aviones se llamaban con nombres extraños. “Mary Jo’s pride” y también “depiction of Provence” e incluso “trigger happy day”. No se podía ver de ninguna manera, pero pensé fugazmente en si los pilotos saludarían con el pulgar y nos harían el signo de la victoria jovialmente. Tenía ganas de saludar.

Los nombres de los aviones parecían nombres de caballos de carreras. Siempre he pensado que es muy triste ser ludópata, pero que es una tristeza adicional tener que gastarte todo el dinero en un caballo que se llame “knicker bocker glory”.

Purranki Sandongui | 07 de enero de 2005

Comentarios

  1. maggy
    2005-01-08 11:10 Que triste.Yo como mujer antigua y peliculera, me gustaría un ángel, como Brad Prift en la película :¿Quién conoce a Joe Black ?

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