En cierto sentido los sueños son todo un prodigio de banalidad. La banalidad es un ingrediente necesario para predecir el futuro y hablar de la personalidad.

Todo eso son cosas banales y que en principio no tienen nada que ver, pero tienen una cosa en común con los grandes descubrimientos. Que aparentemente son banales. Muchas cosas son banales hasta el momento en que alguien se fija en ellas y las ve con un nuevo ángulo. Por ejemplo, el vapor que sale de una olla hirviendo llevó a James Watt al descubrimiento de la electricidad.

La única pega que le veo a todo este respecto gordo es que las otras cosas banales esas de interpretar sueños y caligrafías y catapultas uterinas es que son asuntos en los que hace ya bastante rato que se fija un número inmoderado de personas. Me resulta difícil de creer que alguien a estas alturas descubra de verdad que los sueños realmente predicen el futuro y que lo único que hay que hacer es saber interpretarlos.

Para lo único que sirven todas estas cosas es para rebajar todavía más el pobre concepto que tengamos de nuestros semejantes. Lamentablemente es lo que me pasa a mí. Pienso “pobre tarado” mientras me leen las vísceras de un buey. Me gustaría ser capaz de respetar más a la gente, es un engorro vivir toda la vida rodeado de cretinos.

Purranki