Purranki Sandongui ha colaborado antes con Almacén en su columna Zasnujismo. Además publica la bitácora 3l Potadero de Bleturge. Su columna aparece los viernes. Esta sección dejó de actualizarse en julio de 2008.
Se ve que un muchenta por ciento de la gente que comete tropelías durante el sueño las comete también en el mundo real un poco más tarde, que puede ser a media mañana o bien entrada la tarde, una vez pasada la ñoña esa que nos impide hacer nada.
Hay un intervalo de unos treinta segundos entre que se nos acaba de pasar el sueño a caraperro de levantarnos y comienza la hipoglucemia de antes de comer, y entre que se acaba la pre y postdigestión y comienza el surmenage y el cansancio extremo de me doy mucha caña yo.
En total puede haber hasta casi un minuto y medio operativo en el cual tenemos un ser humano integral que puede reaccionar con normalidad a las vicisitudes vitales y hasta incluso llegado el caso tomar algún tipo de determinación.
Es en esos momentos cuando el ser humano podría ejercer su tan cacareado libre albedrío y albedrar un poco y llegar en el peor de los casos a matar a muchísimas personas o a expeler clorofluorcarbonos o a cagarse en el pozo del pueblo.
Entonces, durante esos minutos de libertad lúcida hay que atarle al ser humano.
Sé que no es una solución muy elegante, pero contrariamente a la mal llamada sabiduría popular, la mayor parte de las veces es peor la enfermedad que el remedio.