Purranki Sandongui ha colaborado antes con Almacén en su columna Zasnujismo. Además publica la bitácora 3l Potadero de Bleturge. Su columna aparece los viernes. Esta sección dejó de actualizarse en julio de 2008.
Está aquello del millonario que ofrecía un millón de pesetas a su nieto si pasaba una noche en un caserón encantado en el que había unos asesinatos y unas voces y las maderas al contraerse por el fría de la noche crujían diciendo distintamente que te iban a hacer pupa, que te durmieras.
Ante esto me veo obligado a hacer una reflexión: cuándo dejarán los millonarios de pedir cosas raras en los testamentos? alguien que pide ser enterrado con todos los videos de bricomanía, o exige que se gratine el monumento a las víctimas de King Africa. Hay cosas que son la última voluntad y eso, pero que siguen siendo un abuso. El que es abusador lo es incluso después del óbice.
Así que propongo que los testamentos se tomen siempre en sentido figurado. Que cuando hable de caserones encantados o de automutilación se tome como medio en broma y se deje todo para luego.
2007-09-21 12:24
En realidad ¿no es eso ya lo que se hace? Geniales textos, sí señor.
2007-09-21 13:21
¿Después del óbito, tal vez?
2007-09-21 14:31
Es que los óbitos con abuso resultan óbices, Sísifo.
2007-09-26 04:25
A Sísifo regalado no le mires el diente.