Purranki Sandongui ha colaborado antes con Almacén en su columna Zasnujismo. Además publica la bitácora 3l Potadero de Bleturge. Su columna aparece los viernes. Esta sección dejó de actualizarse en julio de 2008.
El ser humano se puede modelar básicamente como una lombriz de tierra. Por uno de sus orificios entra la realidad, y sale, increiblemente transformada por la creatividad humana, por el otro. Se pueden crear modes más amables pero no más exactos.
Este funcionamiento se lleva a cabo continuamente y de las formas más variadas. Comemos Macdonals y excretamos Burguer King, y al revés. Escuchamos chismes sobre Zoldo Lampreave y los transformamos en habladurías sobre Monseñor Jarrulde y el tema del plural de fuet. Leemos a Máculas Paragorn y escribimos a nuestra tía acerca de lo bien que nos va el frenopático. Es un proceso tubular xenófago, se ha hablado mucho sobre el tema pero no lo suficiente. Nuestros sueños son habitados por una serie de reposiciones baratas de los greatest hits de nuestras vigilias. Cuando caminamos de noche acojonados por el bosque nos asaltan imágenes de la mitología propia de la cultura (o ausencia de ella) a la que pertenecemos.
Partiendo de este irresistible y cotidiano hecho, no comprendo cómo nadie puede arrogarse la imbécil pretensión de ser autor de nada. Podemos tolerar las egagrópilas que generan diversos vates de las artes y las letras. Lo podemos hacer más o menos bien, para eso estan los zumos gástricos. Pero no me hago a la idea de cómo puede alguien considerar que algo es de alguna manera el producto original de una persona en un sentido distinto al de un proceso vagamente digestivo.
Somos enanos sobre los hombros de gigantes, eso se ha dicho. Pero era referido al progreso de las ciencias. En el caso de las artes yo prefiero la metáfora mucho más directa y menos amable del mantillo. Somos plantas que se nutren del mantillo creado por desechos semiputrefactos que vivieron con anterioridad. La exuberancia y contínua regeneración dependen del libre aprovechamiento de la materia putrefacta. En cualquier caso, las plantas que ahora son pasto bacteriano también se nutrieron en su día de otros desechos y así hasta llegar al Adán vegetal y a la Eva vegetal, como es lógico. Y con esto concluimos que el único creador es Dios Todopoderoso y cualquier otra afirmación es blasfemia y su sangre será sobre ellos y tampoco avanzamos nada por aquí, ya lo ven.
2007-05-04 12:43
Uf, el título me hacía temer lo peor (por ti y tu salud mental).
Bueno, ahora sólo falta que Ramoncín sueñe contigo, Purranki, o con el mantillo.
Un saludo