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Textos del cuervo por Marcos Taracido

TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.

Cinco certezas y muchas dudas de un profesor de Lengua y literatura, y II

Planteadas las certezas, aquí dejo las dudas:

1. Lengua castellana y literatura; ese es el nombre de la asignatura, y, ¿debería seguir siéndolo? ¿o deberían separarse en dos asignaturas distintas, Lengua y literatura? No lo sé. Quizás lo más sensato fuese diferenciar etapas: en Bachillerato, dos asignaturas distintas, troncal la primera, para itinerarios de Humanidades la segunda. En la ESO, yo creo que eliminaría la literatura, como solución práctica a la certeza número 1, seleccionar contenidos. Centrarse en la enseñanza de la lengua y la comprensión y expresión de textos, y que la literatura sea un apoyo alejado de la historia cronológica, en la práctica una sucesión de nombres y resúmenes de obras. Claro, la duda de verdad es, ¿puede/debe un alumno acabar la enseñanza obligatoria sin haber abordado la historia de la literatura ni saber nada de épocas y periodos literarios? Pues sería lastimoso, pero puestos a elegir entre un aprehensión más profunda de la parte lingüística y textual y el de todo un poco pero nada en profundidad… ¿Lo ideal e impanteable? Que la división de la asignatura en dos, Lengua por un lado y Literatura por el otro, se hiciese en 3º y 4º de la ESO, ambas troncales.

2. Agrupo aquí varias dudas: ¿debe el temario de la asignatura permanecer inalterable y ajeno a los cambios sociales que afectan al modo en que las personas leen el mundo que les rodea? Nuestra asignatura busca, fundamentalmente, preparar a los alumnos para la comprensión y expresión oral y escrita, es decir, para trabajar con textos, con palabras. Pero hoy en día la recepción del mundo, su aprehensión, el bombardeo de información y contenidos nos llega básicamente del ámbito audiovisual: televisión, publicidad, videojuegos, internet. ¿No debería por tanto el currículo de la asignatura abordar esos lenguajes que tienen un peso tan importante en el crecimiento y el futuro de los alumnos?

3. Muy relacionado con el punto dos: fomento de la lectura. Me cuesta mucho porque entiendo que leer (ser lector asiduo) ayuda a la estructuración mental y a una mejor disposición para la comprensión, pero, ¿no estaremos gastando demasiados esfuerzos y recursos en reflotar un barco que se hunde? ¿Y si para las sociedades que estamos construyendo la lectura fuese un entretenimiento residual? La lectura de literatura se extendió como un modo de cubrir el ocio de las clases medias, pero hoy en día el ocio tiene multitud de formas de ser cubierto, y parece que mucho más atractivas a los niños que la lectura. ¿Y si fuese más apropiado invertir nuestro tiempo en ayudarles a asimilar los fundamentos de esos nuevos ocios, cómo se estructuran textualmente, cuales son sus retóricas?

4. ¿Qué hacemos con el cómic? Porque si aceptamos las dudas expuestas en el punto 2 y 3, quizás sea el cómic el género ¿literario? que mejor se adapte a estos tiempos, mezclando lo visual y lo textual. ¿No deberíamos incorporarlo al temario? ¿Debería incluirse en una historia de la literatura? ¿Deberían estudiarse sus recursos, su estructura, sus aportaciones a la ficción?

5. Volvamos al punto 2, casi a modo de ejemplo: los géneros narrativo, lírico, dramático… ¿no deberían extenderse al audiovisual? ¿Por qué no explicar la estructura de la narrativa con un cuento de Monterroso y un corto cinematográfico si ambos tienen las mismas características? ¿Una sitcom no tiene muchas de las características de la obra de teatro? ¿No es este video o este un buen ejemplo de lírica? ¿No hemos de enseñarles a ver esos géneros en aquellos textos que forman parte más directa y constante de su vida?

6. ¿Cuál debe ser nuestro nivel de exigencia en la educación obligatoria? ¿Qué valor le damos al esfuerzo? ¿Cuál al contenido o a las habilidades? ¿Qué hacer con un niño con una imaginación desbordante y gran habilidad para crear historias pero cuya ortografía y caligrafía es tan desastrosa que es difícil comprender lo que escribe? ¿Qué con un alumno que trabaja todo lo que humanamente se puede trabajar, exprime sus recursos naturales todo lo posible, pero cuya capacidad de comprensión está lejos de los mínimos requeridos? ¿Qué importancia le damos, pues, al título?

7. Ah de la tecnología, ¿nadie me responde? Me parece absurdo no utilizar las ventajas de aquello que te pueda ayudar a mejorar en cualquier ámbito de la vida, por lo tanto también para la Enseñanza, así que no tengo dudas al respecto: la tecnología ha de entrar en el aula en la medida en que sea una herramienta útil y no una moda, una excusa o un pasatiempo. Pero, ¿hasta qué punto su uso debe formar parte de nuestras exigencias académicas? Si, por ejemplo, requerimos una buena expresión escrita manual, ¿no debemos exigir destreza con el teclado cuándo lo caligráfico parece estar extingüiéndose?

8. ¿Tiene sentido la repetición cíclica de los contenidos en todas las etapas? Algún ejemplo: el temario de 1º y 2º de la ESO es prácticamente una repetición resumida del contenido de la asignatura en Primaria: clases de palabras, sintaxis, tipos de textos… En 3º y 4 de la ESO se ve TODA la literatura, desde el medievo hasta el siglo XX: exactamente igual que en 1º y 2º de Bachillerato; en este último, se trabaja la sintaxis desde cero (añadiendo estructuras más complejas en el segundo curso), como si no se hubiese visto y repetido en Primaria y Secundaria. Entiendo que refuerzo de conceptos y habilidades es imprescindible, pero la repetición… ¿tan mal enseñamos que es imprescindible impartir cada dos años los mismos conocimientos o es que está rematadamente mal planteado el currículo?

Marcos Taracido | 05 de julio de 2012

Comentarios

  1. Alber Vázquez
    2012-07-05 14:15

    Me dejas a cuadros. No pensaba comentar nada y dejarlo estar (porque, total, pa qué), pero es superior a mis fuerzas. No me puedo creer que aún estemos así. Dos cosillas, sólo:

    1. ¡Por supuesto que hay que fomentar la lectura entre la chavalería! ¡Por el amor de Dios, sí! ¿En qué momento hemos pensando que quizás no sería una idea demasiado inteligente? ¡Que lean, caray, que lean! Leer mola, ahora y siempre.

    2. El género audiovisual no tiene nada que ver con los géneros literarios. El único punto en común es que se narran historias, pero tanto las estrategias, como las técnicas, los recursos, los lenguajes y las características son completamente distintos. Esto se lo enseñan a un guionista el primer día de curso a primera hora de la mañana. Está en el abecé de la cinematografía.

    Y ya. Podría rebatirlo todo, porque en general estoy en desacuerdísimo con todo, pero tampoco vamos a sulfurarnos. Suerte a todos los profes de España :-)

  2. Marcos
    2012-07-05 14:32

    En primer lugar, Alber, planteo dudas, no certezas; así que no digo que haya que hacer esto o lo otro, o que yo no lo haga o lo deje de hacer, sino que me planteo si lo estoy haciendo bien o si debería hacer otras cosas, yo como profesor, y el Sistema Educativo como garante de la Educación. Y permíteme: como dije en el anterior artículo, cuando empecé a enseñar estaba lleno de certezas, pero la práctica me ha llenado de dudas; es decir, que las que aquí planteo no son fruto de horas de reflexión intelectual casera, sino de la práctica diaria con los chicos: es decir, que obviamente pueden mis dudas ser ridículas, pero al menos surgen de mi percepción de cómo reaccionan mis alumnos y los de mis entorno a mis enseñanzas y las de mis compañeros.

    En segundo lugar: no sé lo que enseñan en las escuelas de guionistas, pero la estructura de la narración (presentación-nudo-desenlace) o los aspectos referidos a personajes (protagonistas, secundarios), espacios, tiempo (de la historia, del discurso: analepsis, prolepsis, etc) funcionan exactamente igual en toda narración, sea novela, película o Los Simpson. Y la mayor parte de los recursos estilísticos (metáfora, símbolo, antítesis… incluso rítmicos como el paralelismo) se utilizan en todos los modos que adopte la ficción.

    Y yo no digo que no haya que alentar a los niños a que lean, no digo que no sea bueno: me planteo si los esfuerzos que supuestamente se dedican tienen el mismo sentido hoy que hace un siglo, y ya no sólo por los efectos positivos que pueda tener (y si realmente no los suple otros modos de conocimiento actuales) sino por la derrota anunciada que suponen ante las nuevas formas de ocio que tienen los chavales.

    Y entiendo que si estás en desacuerdo con todo, estás lleno de certezas: enhorabuena, te envidio profunda y sinceramente.

    Saludos

  3. Alber Vázquez
    2012-07-05 14:46

    Claro que estoy lleno de certezas. La primera de ellas, que todas las demás probablemente sean un lamentable y embarazoso error. Pero qué quieres, no creo que exista otro modo sano de ir por la vida…

    Yo, es que te leo, y me digo: ¿pero este hombre de verdad desea ser profe de lengua y literatura? No me contestes, de verdad, porque tampoco vamos a meternos en profundidades, pero, carajo, uno sabe que todo es una mierda, que el sistema educativo se va al infierno, que los chavales son todos un hatajo de haraganes… Pero esperaría cierto entusiasmo en los maestros. Cosa que, sinceramente, observo cada día menos.

    ¡Ánimo, por Dios!

  4. Marcos
    2012-07-05 14:53

    Pero no lo entiendo, ya un comentarista me dijo algo parecido en el anterior artículo… y creo que plantear todas estas dudas debería hacer pensar lo contrario: que realmente tengo el entusiasmo necesario para plantearlas, que el hecho de plantearlas supone que me importa lo que hago y quisiera hacerlo lo mejor posible. Si pensase que todo es una mierda, que son haraganes… no escribiría artículo alguno, me limitaría a cobrar mi sueldo a final de mes y a aguantarlos lo mejor y más ligeramente que pudiera.

    Saludos

  5. Francisco
    2012-07-05 19:21

    Yo, que además de no tener ninguna certeza, leo todo lo que me llega a la mano, hasta las etiquetas de los envases, y curiosamente aprendo algo de todo ello, no entiendo estas posturas tan encontradas. Entiendo a Marcos cuando duda, porque como dice, ya sean peliculas infumables, ya sean videojuegos o cortos de Youtube, todas contienen la formula básica del teatro, obras que sin embargo si se recomienda leer. La cuestión estriba en que el alumno de hoy vive inmerso en un medio distinto del alumno de ayer, necesita inmediatez en el aprendizaje, necesita la rapidez de acción que proporciona lo visual, algo que entienden sin mayores problemas y por tanto creo que obviar lo obvio para luego culpar al alumno es cuando menos una mala excusa para un trabajo mal hecho. Otra cuestión es la repetición monótona de contenidos, como si los alumnos carecieran de memoria o,peor aún, se dudara de que se le hubiera enseñado antes. Es un absurdo, y es entonces cuando debe emerger la figura del educador para, si es que le dejan, introducir nuevoas elementos de enseñanza mas acordes con la visión del mundo del alumno.
    Posiblemente, y yo me encuentro entre ellos, los que fuimos alumnos tiempo ha, no sepamos poner un “guacha” y pensemos que ni falta que nos hace, pero el peor de los alumnos de hoy sabe eso y algo, para mi tan difícil, como jugar a Assasins III o similar, y ello exige rapidez mental, cierta disciplina, atención y rápido aprendizaje. Luego el alumno es capaz, no es culpa de él, entonces ¿que es lo que falla? Y ahí empiezan las dudas, o deberían empezar, siendo el educador el primero que debería ponerse en cuestión: ¿Lo hago bien? ¿Puedo hacerlo mejor?

  6. Rosalía Ramos
    2012-07-05 20:44

    La formación de un alumno de filología en literatura contemporánea empieza y termina con Javier Marías y Luis García Montero (no digo que no tengan su importancia, pero hay más autores vivos). El manejo de herramientas digitales, con el uso (optativo) de Dialnet. Creo que la revista más reciente que se cita es la Revista de Occidente. No voy a hablar de referencias a otros ámbitos de la cultura que no fueran literatura (en papel y hasta los años 60-70 como mucho) que se reciben en los años de formación, que, por otra parte, van repitiendo contenidos hasta la saciedad.

    Esta es la formación que reciben los que pueden llegar a ser algún día profesores de lengua y literatura. Una formación caduca, estanca y que no tiene en cuenta el mundo en el que vive.

    Por eso se agradecen tanto las dudas. Las propuestas. De verdad.

  7. Andrés
    2012-07-06 13:36

    Sensatas dudas, sí señor, que son en buena parte imposibles de responder porque nadie puede acotar algo de tanta complejidad y el ministerio (los profesores en su práctica diaria también) corta por donde buenamente cree que deben hacerlo, para descontento posterior de cada profesor y alumno. Si Ana Lorenzo, por ejemplo, critica el mal uso del imperativo y el subjuntivo en los libros de texto y los errores se encuentran ya a ese nivel, imagínese cuando vamos subiendo hacia arriba.

    Celebro que tenga entusiasmo por la enseñanza pero su “si todo fuese una mierda… me limitaría a cobrar mi sueldo cada mes” apunta a un espíritu no tan elevado, una especie de resistencia numantina en el que lo principal es lo principal, el siempre magro sueldo mensual, aunque entiendo que en el caso de un profesor no quiere decir que desee el dinero porque no es mucho sino su posición social.

    No creo que usted le diga nunca a sus alumnos que si todo es una mierda al menos preocúpense de cobrar el sueldo y estoy completamente seguro que no se reconoce a sí mismo en esa manera de pensar. Nadie le puede acusar entonces de ser tan mezquino pero que usted mismo ha escrito algo así es innegable y sería un ejemplo las muchas cosas que muestra sobre su carácter.

    Demuestra lucidez al hablar de la lectura como barco que se hunde porque de veras es así si tenemos en cuenta el objetivo imposible de cumplir que se plantean los defensores de la lectura pero leyendo el resto tiendo a pensar que no quiere o no se atreve a seguir el camino marcado por esa luz ni asumir sus consecuencias. Dejando al margen la posición social (esta crea sus propias inercias que luego cuesta vencer) escribir en su blog y sus libros, defender en clase los valores de la literatura y la lectura… dan réditos emocionales muy íntimos a los que también cuesta renunciar. Y es que ser lúcido te ahorra trabajos de marinería inútiles destinados a fracasar pero es también muy doloroso.

  8. Miguel A. Román
    2012-07-07 00:02

    Me parece bien que se estudie “Lengua y Literatura” en un bloque, al fin y al cabo también se estudian en bloque conjunto otros conocimientos relacionados como “Matemáticas y Física” y “Química y Biología”. Ah ¿que no? Pues entonces, hijo, no lo entiendo.

    Discrepo en tu punto 1. Creo que la lengua como destreza debería ser una materia de primaria. Pero no “gramática”, sino lengua, idioma: saber hablar, leer, oir, entender, después dirigirse a una audiencia, plantear una conversación formal y diferenciarla de una coloquial, etcétera. Luego pondría gramática en 1º y 2º de ESO e Historia de la literatura en los últimos cursos y nada más que ahí, por aquello de la culturilla general más que nada.

    El fomento de la lectura me parece un punto interesante e irrenunciable, pero para que fuera eficiente habría que extirpar a los clásicos. Nadie en su sano juicio da a comer un chuletón de Ávila a un bebé. Y seamos sinceros: son textos obsoletos, aburridos, recargados, que usan palabras que nadie ya entiende. Y leer es leer, sea a Cervantes o a Enid Blyton, solo que a esta se le lee muy bien a los 12 años, y el sevillano, a esa edad, es infumable. Luego, si lo hemos hecho bien, él mismo buscará a Dante y se lo comerá con ganas.

    Hablando de eso, el comic tiene sentido incluso a edades más tempranas: el lector de cómic tiene que aprender a leer rápido y no perder de vista la imagen, el cómic se lee a la velocidad de la acción y eso implica un ejercicio de ojo y mente que mejora la destreza lectora, y encima divirtiendo al lector (¡eso es muy importante: leer es divertido!). Yo aprendí mucho a leer con comics, pero eran otros tiempos: el TBO, pulgarcito o jaimito me esperaban en el quiosco puntualmente, y yo lo devoraba en escasos minutos para volver a empezarlo y repasar hasta casi aprendérmelo de memoria.

    Sí, lo audiovisual ya tiene un recorrido y un contenido cultural que no entiendo por qué no ha entrado aún en el currículo. Está bien estudiar a Galdós, a Bernini y a Goya. Pero ¿por qué no a Chaplin, Kapra o Berlanga? Nadie parece entender que son esos los narradores del tercer milenio, los que cuentan historias, descubren sentimientos y ejemplarizan pasiones. Una película de Huston es como mínimo tan válida culturalmente como una novela de Cela, si no más.

    La tecnología informática en el aula tiene algún problema: primero, es cara, mucho más si intentas mantenerla actualizada, además es frágil. Segundo: queda todavía mucho profesor tecnófobo; los crios son auténticos nativos digitales y le dan cien vueltas a buena parte del profesorado, que psicológicamente rehuye la tecnología por miedo a quedar en inferioridad de condiciones. Además, muchos no saben aún qué hacer con “ese trasto” y es que hay una gran carencia de software educativo (hablo de algo más elaborado que presentaciones flash o powerpoint).

    Pero no estoy seguro de que sea misión de la escolarización enseñar a usar la tecnología, como tampoco se le enseña a conducir o a cocinar (y conste que soy partidario de enseñar “cocina y alimentación” en la ESO; pero sueño, lo sé).

    Por lo demás, estas cosas son un poco discusiones de barra de bar y a uno le entran ganas de concluir que “esto lo arreglaba yo en dos patadas”. Hay lo que hay y creo que lo mejor es sacar el mejor rendimiento posible, o como dicen en América, si la vida te da limones, pues haz limonada.

  9. Andrés
    2012-07-07 12:25

    ¿Berlanga es un narrador del tercer milenio y nadie parece entenderlo?… Ahhh, desde aquí se oye el crujir de huesos en su ataud… Nadie nunca dijo por aquí que a los bebés se les tiene que alimentar con chuletones pero nuestro último contertulio parece preferir inventarse un enemigo que no exisitía para remachar mejor su propuesta. Eso sí, de sinceridad no está nada mal, no conozco a muchos que se atrevan a sostener que los miembros del canon occidental son “obsoletos, aburridos y recargados”.

    Puestos a opinar, afirma que la informática en la enseñanza tiene problemas pero al describirlos resulta que esta no da problemas sino que son los profesores (y el siempre escaso presupuesto del ministerio) los que la encuentran problemática. ¿Podríamos decir que son ellos también obsoletos y aburridos?

    Nos cuenta también que el lector de cómic “tiene que aprender a leer rápido”. Yo nunca siento ni sentí ninguna prisa cuando leo un cómic, una novela, un ensayo… Esto ocurre a veces pero depende de la obra en particular, no del género. ¿Podríamos decir entonces que el ladrón cree que todos son de su condición?.

    …para qué seguir… dialogar con alguien que desde el principio (usted lo admite al final) se sienta en la barra del bar internetero y lo único que le interesa es decir “YO lo que pienso es esto y esto…” es perder el tiempo pero creo que merecía la pena perder cinco minutos en ilustrar uno de los problemas reales de esta mal llamada era de la comunicación que presuntamente nos permite estar en contacto y relacionarnos pero en realidad multiplica la cacofonía de voces y, en última instancia, la soledad porque raramente hay diálogo entre las personas.

    Con buen criterio, el señor Taracido no responde y después de charlar, por llamarlo de alguna manera, con el siempre impetuoso Alber Vázquez (¿por ser el primero? ¿por ser amigos?…), nos mira desde lejos en silencio mientras se bebe la limonada que ya tenía preparada mucho antes de que se lo recomendase nadie.

  10. Ana Lorenzo
    2012-07-08 11:59

    Marcos, te expongo algunas certezas y muchas dudas mías sobre este tema y así, entre todos, quizá nos vayamos iluminando algo :-)
    1. Deberían volver a hacer dos asignaturas de esta que ahora es un cajón de sastre. La lengua es un vehículo, como las matemáticas, para llegar a la cultura y para dejar cultura. La lectura, la comprensión lectora y la habilidad de hablar y de escribir, atañe directamente a esta asignatura que sería Lengua. Y ahí sí podemos encuadrar el fomento de la lectura, que no tiene por qué acercarse a los clásicos, aunque tampoco debe quedarse en libros-producto que no aportan nada al alumno.
    2. La literatura sería entonces Literatura, una asignatura única, que se relaciona con Lengua poco más que Historia del Arte o que Filosofía. Y dar los clásicos debería ser como dar el teorema de Pitágoras, por ejemplo; que ningún profesor se sienta frustrado por frustrar al alumno: es la cultura que tenemos y un panorama general, o unos textos cortos con una buena guía, no pueden sustituirse por un Harry Potter y… u otras cosas. Eso atañe al fomento de la lectura, no a la literatura
    3. No cabe todo el temario. Pues no, es cierto. Pero, si lo extrapolamos a las demás asignaturas, ¿no nos pasa lo mismo?
    4. La tecnología y el mundo audiovisual como recurso para acceder a la cultura, ya sea el cine, los cortos, los blogs, etcétera. Es genial. Y es, además, una herramienta estupenda para TODAS LAS ASIGNATURAS, no solo Lengua o Literatura.
    5. ¿Que una desplaza a la otra? ¿Por qué? Llevamos siglos conviviendo con la música y la canción y, que yo sepa, no se ha tirado el canon ni la asignatura de Literatura por la borda para dejar hueco a la música. ¿Por qué lo audiovisual sería algo que sustituyera a la lectura? ¿No hay convivencia? Quizá deberíamos implantar una nueva asignatura de cine y tv y publicidad, pero creo que antes debería hacerse más justicia a la asignatura de Música.
    6. El fomento de la lectura es una necesidad en tanto que, positivamente, está comprobado que los chicos no se acercan a tal actividad intelectual en esta época. El hecho de que sí se acerquen a los videojuegos y a lo audiovisual hace que el fomento de estas actividades no sea tan necesario. Aunque es innegable que, de no mediar un buen profesor o un familiar entre el chico y las nuevas tecnologías, el alumno se queda en una capa muy superficial en la que invierte, por otro lado, mucho tiempo.
    7. Yo, hasta que cumplan los 14 años, voto por fomentar las cosas buenas que hay en nuestra cultura. Porque tienen derecho, porque libros que no se leen en la adolescencia no se leen igual en la madurez, porque ¿qué podemos perder?, porque compartir es una de las acciones que más unen y gratifican.
    En fin, supongo que seguiremos dando vueltas a esto, pero ahí va mi granito de arena.
    Por cierto, Miguel Ángel, los cómics, tienes toda la razón, dan mucha agilidad lectora y te hacen reír cuando descabalan la continuidad y hay que reinterpretar; creo que debería incluirse en Literatura.
    Un beso. Ana

  11. Alber Vázquez
    2012-07-09 12:56

    Ana, estoy de acuerdo con algunas cosas que dices y en desacuerdo con otras. Te comento sólo una, si te parece. La séptima.

    Sinceramente, lo que el cuerpo me pide es darte toda la razón. Decirte que sí, que qué narices, hay que potenciar todo lo que les guste a los chavales. A fin de cuentas, sólo se es chico una vez y, sinceramente, pienso, sin ironías, que la búsqueda del placer y de la felicidad es el único objetivo noble de la vida.

    Pero, precisamente por eso, me gustaría que fueran felices durante el mayor período de vida posible, y eso no se consigue bajando la guardia en la infancia y primera adolescencia.

    Todo esto lo comentó porque, en las reuniones de padres del cole de mi hija (3º ESO) algunos padres plantean habitualmente la siguiente cuestión: ¿por qué se les obliga a los chavales a realizar actividades que no desean hacer? Por ejemplo, este año fueron de viaje a Valladolid (precisamente como actividad propia de la asignatura de Lengua) y se les habló sobre Lope de Vega e individuos similares. Había padres realmente indignados porque, a ver: ¿para qué te sirve en la vida leer un soneto de Lope de Vega? Yo, la verdad, experimento vergüenza ajena cuando escucho a padres y madres defender a capa y espada el derecho de sus hijos al hedonismo, enfrentándose, sin complejo alguno, al profesorado. Me hierve la sangre, te lo aseguro…

    Yo abogo por que Lope de Vega esté en el temario. Primero, porque uno debe conocer, aunque sea grandes rasgos, el mundo en el que se imbrica, de dónde proviene, cuál es su historia… Y, segundo y más importante, porque estudiar y aprender es una tarea que cansa y que fastidia bastante. Pero es que la vida que vivirán en el futuro, cansa y fastidia bastante, y eso es algo que ha de comprenderse ya con catorce años. El mundo es jodido, Ana, y si el objetivo es convertirlos en personas felices, ahorrarles a Lope de Vega y sustituirlo por J.K. Rowling no es algo que les vaya a ayudar en exceso… ¿No?

  12. Ana Lorenzo
    2012-07-09 18:57

    Ay, caramba, Alber, he releído lo que he escrito yo porque estoy en todo de acuerdo contigo y no veía la pega; caigo en que como paso de uno a otro, puede parecer que prefiero el fomento de la lectura a la enseñanza de la literatura, cuando defiendo las dos en todos los ciclos de enseñanza. Creo que se debe enseñar literatura en Literatura hasta que el alumno no tenga más esa asignatura. Y creo que, hasta los 14 años de los chicos, debe hacerse lo posible por fomentar la lectura, pero no exclusivamente en clase de Literatura, sino más bien en Lengua y en todas las asignaturas.
    Vamos, que creo que estamos completamente de acuerdo.
    Un beso. Ana

  13. Alber Vázquez
    2012-07-10 00:28

    Ah, pues si estamos de acuerdo, genial :-)

  14. crivote
    2012-07-11 02:57

    Bravo, Sr. Taracido. Bravo por ignorar el catecismo de la letra con sangre entra y preguntar desde el sentido común y no desde la cátedra. Bravo por atreverse a decir a las claras lo que tantos piensan pero niegan rotundamente. Si le sirve de consuelo, el problema no es exclusivo de la lengua ni la literatura, sino que afecta al planteamiento global de la enseñanza ilustrada y regida por un canon universal e inamovible. Pero nuestro mundo, ay, cada vez está más fragmentado y lleno de dudas, como su conciencia de profesor.

    No sé cuánto tiempo tendrá que pasar para que se reconozca que internet ha supuesto realmente un antes y un después comparable a Gutemberg en cuanto a la difusión del conocimiento y la cosmovisión de la sociedad, Y nuestros hijos lo saben; se saben distintos de nosotros y se ríen entre ellos cuando nos ven discutir de si Lope de Vega o Gracián o hasta Bécquer. La disonancia cognitiva entre el aula y la realidad, siempre tozuda, se está ampliando a marchas forzadas y el argumento de autoridad ya no está de nuestro lado.


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