TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.
Supongo que el destino, la suerte o la casualidad, llámese como se quiera, es un elemento indispensable para el devenir de la crítica, la recepción y, por extensión directa, la creación. Sólo así se explica que yo haya llegado a conocer el texto —utilizo esta palabra en el sentido glosemático de conjunto de signos— ARBIJ SVÖNDER, obra que, lo adelanto, me ha impactado profundamente y considero una cumbre revolucionaria de la literatura y el arte.
El caso es que me llegó como regalo de cumpleaños de mi pareja, y hube de superar, por respeto, mi rechazo inicial a toda obra sueca, que supongo oportunista embarco en esta ola nórdica que nos asuela. Pero, tras abrir el paquete, la apariencia de una sencillez extrema, una austeridad espartana en el formato y la edición, captó mi interés y me llevó a iniciar la lectura de inmediato.
ARBIJ SVÖNDER es una obra fundamentalmente gráfica, exclusivamente en grises, y con un trazo de una simpleza engañosa. El texto es escasísimo y muchas veces ininteligible, con un cuerpo sonoro mucho más intenso que el semántico, y cuya finalidad roba el sentido tradicionalmente asignado a la ilustración: apoyo y complemento de la imagen. Pero su carácter narrativo es tan intenso que supera con creces la más y mejor hilvanada prosa novelística. Cada gráfico tiene sentido en sí mismo, y a un tiempo es un camino perfecto para adentrarse en el siguiente gráfico, más aún, es un requisito indispensable que suma sentidos a medida que avanzas la lectura y llega a su culminación final en una explosión difícilmente soportable de sensaciones y significados. La estructura, que toma impulso en aparatos como las instrucciones de Cortázar o los juegos de Perec, es un artilugio que construye, en las escasas páginas del texto, un ente corpóreo de un realismo pasmoso que va un paso más allá de la tradición realista-objetivista, deviniendo una burla o una metamorfosis de la misma al darle entidad y soporte tridimensional a la ficción: el texto viene acompañado de una serie de objetos, plasmaciones físicas rigurosamente fieles a los gráficos, cuyo ensamblaje siguiendo paso a paso la narración da forma real a la trama ficcional. Una metáfora que crece delante de nuestros ojos hasta poder tocarla; y una metáfora que, además, es una parábola sobre la propia ficción y el libro al adoptar los materiales, a la par que el texto, la forma de una estantería.
Confieso que escribo todavía sudoroso por el esfuerzo, no sólo mental, de la recepción de ARBIJ SVÖNDER, y nada sé todavía de su autor ni del contexto socio-cultural. Parece que se trata de una obra anónima que pertenece a un conjunto de otras obras similares, con variantes y utilidades (y metáforas) distintas, todo un juego conceptual que promete muchas más entregas y todo un universo en sí mismo. Lamentablemente, el precio de cada uno de los textos es muy elevado, y su almacenaje complicado. Por suerte a mi pareja le ha encantado también —ella se ha limitado a leer los gráficos, una lectura válida, aunque obviamente mucho menos rica— y ha prometido regalarme muchos más con el tiempo.
Aquí se puede consultar su catálogo de obras adquiribles en España.
2011-08-25 12:39
Lo cierto es que hace aproximadamente un año tuve un acercamiento forzado y masivo a este género (que yo incluiría dentro de los de autoayuda, pero más práctica, más aplicada a cosas reales y no tan retórica como en otros).
El resultado no únicamente ha traído un orden nuevo a mi vida, sino que además cada noche concilio el sueño sobre bases que han resultado de aquellas lecturas.
2011-08-25 19:50
Muy bueno! Lo he tenido que leer varias veces porque no acababa de entenderlo
2011-08-26 05:08
Hasta no ir al sitio no me lo creí. ¡Qué hallazgo!
2011-08-31 21:56
Prodigioso, Marcos, si no hubieras puesto el enlace no lo habría pillado. Digno de acompañar todas esas obras anónimas para dignificación de sus poco valorados autores.
¿Qué sería de nosotros sin ellos?