Hace algún tiempo hablábamos por aquí de piano a cuatro manos. ¡Eso no es nada! El piano es un instrumento con grandes posibilidades en este sentido, ya que cada tecla golpea su propio conjunto de cuerdas, de modo que éstas pueden sonar simultáneamente, y ello permite añadir más manos sin que el instrumento se resienta.

Aquí tienen a tres pianistas sumando sus seis manos para interpretar una adaptación del tema principal de El Barbero de Sevilla:

Pepi Pilibossian, Mikael Oganes y Harout Senekeremian interpretan un fragmento de “El barbero de Sevilla”, adaptada a piano por D. Krug

Otra opción es meter más pianos. Esto es lo que hacen nuestros doce pianistas en la actuación siguiente:

Philippe Casard, Pavel Nersessian, Davide Franceschetti, Max Levinson, Alexei Nabioulin, Antti Siirala, Romain Descharmes, John O’Conor y alguno más interpretan “El aprendiz de brujo, de Paul Dukas, arreglado para doce pianos

También hay quien opta por una solución intermedia, por ejemplo, doce pianistas repartidos en dos pianos, así se ahorra espacio:

Philippe Casard, Pavel Nersessian, Davide Franceschetti, Max Levinson, Alexei Nabioulin, Antti Siirala, Romain Descharmes, John O’Conor y alguno más interpretan “Galop Marche”, de Albert Labignac

¿Se puede hacer más difícil? Sin duda, poniendo los doce pianistas en el mismo piano:

Sebastian Bausch, Heike Bleckmann, Dina El-Leisy, Noriko Ishikawa-Kratzer, Anna Kostenitch, Reimi Matsuda, Christine Schandelmeyer, Tatjana and Leonid Schick, Christoph Sischka, Eriko Takezawa, Thomas Turek interpretan “Galop Marche”, de Albert Labignac

¿Y aún más difícil? Bueno, parece complicado meter a más pianistas en un mismo piano, pero ¿qué tal tocar de espaldas?

Jason Lyle Black interpreta “The Entertainer”, de Scott Joplin