Visitaremos aquí, cada día cinco, intérpretes extravagantes, versiones poco ortodoxas, extrañas herramientas tecnológicas para crear o descrear la música. Quizá también recordemos a viejas joyas olvidadas. Estas rarezas se ilustrarán con videos provenientes de youtube, dejando en ellos la carga de la prueba de futuras demandas de la SGAE. No esperen encontrar aquí música de moda: está estrictamente prohibida. Francisco Serradilla también escribe Computación creativa y otros sueños.
Hay una serie de agrupaciones típicas tanto en música clásica como en cada uno de los diferentes estilos “no clásicos”. Esencialmente es un problema tímbrico y de potencia. Tímbrico porque cada instrumento tiene un sonido particular, independientemente de la nota tocada, que es lo que se denomina el “timbre”, y que sin entrar en detalles depende de los armónicos que suenan por encima de la frecuencia fundamental y que derivan de la física del instrumento en cuestión. Diferentes combinaciones de instrumentos producen diferentes timbres, suma de los timbres particulares de cada instrumento. Por otro lado, es un problema de potencia porque hay instrumentos que suenan con más intensidad que otros, de modo que en la época pre-electrónica la potencia sonora de un piano, pongamos por caso, tenía que ser compensada por muchos violines, de potencia menor. En la música no clásica actual, sin embargo, nunca nos encontraremos un grupo con por ejemplo dos bajos porque basta subir el volumen del amplificador para compensar las potencias sonoras. De hecho, un instrumento electrónico o eléctrico no tiene potencia sonora por sí mismo, sino que depende siempre del volumen que se le dé en la “mesa de mezclas”. Y por eso que un grupo suene mejor o peor depende dramáticamente del ajuste que haga la persona a cargo de dicho aparato. Otro motivo para utilizar varios instrumentos idénticos es la polifonía en instrumentos no polifónicos, aunque lo habitual es especializar el instrumento en variantes que cubran diferentes tesituras (rango de notas que el instrumento puede tocar). Esto es lo que hace que en cuerda tengamos contrabajo, violonchelo, viola y violín.
Por ello es atípico encontrar agrupaciones de muchos instrumentos similares o idénticos, y esas agrupaciones producen extraños resultados tímbricos. Este mes traemos algunas de estas agrupaciones extravagantes. Empecemos por una banda de “cuernos alpinos”, que es un instrumento de origen tradicional suizo que emite un potente sonido utilizado originariamente para la comunicación a distancia en las montañas.
Alpine Horn Band
Y sigamos con una banda de ukeleles. El ukelele es un instrumento tradicional hawaiano de cuatro cuerdas, que se presenta en cuatro tipos de afinación: barítono, tenor, de concierto y soprano. La orquesta de ukeleles de Gran Bretaña es una extraña agrupación que versiona temas tradicionales con bastante humor.
La Ukulele Orchestra de Gran Bretaña interpreta el tema de la película “el bueno, el feo y el malo”
¿Esperaban algo más country? Sigamos con la misma orquesta interpretando un tema de Johnny Cash.
La Ukulele Orchestra de Gran Bretaña interpreta Orange Blossom Special, de Johnny Cash
Aunque no es una agrupación extremadamente rara, las obras para dos pianos tampoco son usuales. Viene al caso la maravillosa versión para dos pianos de “La comparsa”, interpretada por Bebo y Chucho Valdés, padre e hijo, cada uno a un piano de cola.
Bebo Valdés y Chucho Valdes, interpretan “La comparsa”, de Ernesto Lecuona
Pero nada de esto es comparable a la “Vienna Vegetable Orchestra”. Sí, han leído bien, una orquesta de instrumentos… ¡vegetales! El concierto, lógicamente, comienza haciendo la compra en un puesto de verduras.
La orquesta de vegetales de Viena interpreta “algo” con verduras
Demasiada percusión, me temo. ¿Se comerán al final los instrumentos?