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Porque me quité del vicio por Elia Martínez-Rodarte

Vicio es todo en exceso y desmesura hasta que lo abandonamos por un nuevo vicio, o nos convertimos en coleccionistas de ellos. Nunca es tarde para desechar uno y encontrar otro nuevo. De los vicios y pasiones que exponen nuestra humanidad hablaremos aquí, en este espacio comandado por Elia Martínez-Rodarte, mexicana, viciosa y escritora, autora de ivaginaria, el día 6 de cada mes.

Hasta dónde deben ser bonitas…

En mi sagrada hora de los alimentos de mediodía me pongo a ver la tele, y me ha shockeado encontrarme con uno de esos programas policiales en los cuales se hace un recuento de un caso célebre.

En esta ocasión se trataba de una mujer de un pequeño pueblo texano, que había contratado un asesino a sueldo para que matase a una vecina. Todo el pleito que se traían, se trataba de una rivalidad entre las hijas de ambas. Las dos chiquillas querían ser animadoras de los equipos deportivos de sus escuelas, y sus madres estaban haciendo todo lo posible para que ambas quedaran en el equipo de animadoras de la escuela.

El encono entre ambas llegó a un punto en que una de las madres, decidió mandar a dormir con los peces a la mamá rival, contratando a un asesino. Pero como habitaban en el mismo barrio, en uno de esos pueblecitos texanos en donde todo mundo sabe de qué lado le duelen las hemorroides al otro, la presunta madre asesina fue descubierta en su complot y llevada a juicio.

Las nenas porristas pasaron a segundo plano y se gastaron miles de dólares en abogados. Todo porque una madre aferrada deseaba que su nena fuera porrista.
En otros casos no tan controversiales y también en los Estados Unidos, las madres convierten a sus hijas en pequeñas muñecas, que más bien a mí me parecen travestis en miniatura, para que concursen en certámenes de belleza. Algunas empiezan a participar, incluso, antes de que caminen, hablen y dejen de usar pañales.

Para desgracia de quienes deambulamos algunas veces en el norte de México, la influencia gringa nos llega con todo y sus malas mañas, porque los casos de culto a la belleza, siguen matando niñas por este lado de la frontera.

Ha poco la hermana de una compañera de la escuela perdió a su hija porque la niña se mataba de hambre y su madre, le consecuentaba las dietas.

En ciertos sectores de Monterrey, ciudad norteña que a veces está en mi camino, la flaca bonita guera de ojos azules se casa bien, entonces la mamá no iba a permitir que su nena gorda se le fuera a quedar soltera. Con menos de 15 años, la chica estaba a más de 20 kilos debajo de su peso, perdió la menstruación y se veía como un fantasmita, según las crónicas de quienes vivieron junto a ella los últimos meses. La chiquilla murió de hambre.

Comprendo perfectamente el ansia de la belleza y de la perfección, pero no es para morir por ello. Desde que somos unas criaturas nos han determinado para un rol de ser nenas y saberlo ser. Pero me enloquece presenciar casos como éste, en donde las madres empujan a las hijas a ser flacas. Los fines de esta búsqueda estética son los más asquerosos: las mismas madres orillan a sus criaturas a llenar un perfil estético para que consigan un buen marido, un esposo con dinero y un compañero que les asegure el futuro a sus nenas. Y de preferencia que se les casen jóvenes, para no tener que mantenerlas tanto tiempo, ya que la única inversión que realizarán en ellas, será la de una buena escuela en donde podrán pepenar al futuro esposo millonario. Si por estas madres malevas fuese, ellas venderían a las criaturas al mejor postor…De muchas formas ya lo hacen, exponiéndolas como ganado caro en un escaparate. Lo que mola aquí es conseguir a un hombre con billete. Por ello tanto sacrificio…Pero de vidas humanas.

A quién se ponga a dieta para gustarle a un tipo, ya me está cayendo mal de plano. Sea una nena, sea una madre presionando a su hija, sea una hermana obligando a sus hermanas…La falta de nutrición también mata a las neuronas, y a la larga al cuerpo. Nunca he entendido la anorexia y a la bulimia, sólo me asustan sus consecuencias y los saldos de muerte que arrojan. Por lo pronto niñas, todas, a comer. Es nuestro derecho gozar de este placer en la vida.

Elia Martínez-Rodarte | 06 de diciembre de 2011

Comentarios

  1. Alex Pérez Cano
    2012-02-06 03:36

    Buen comentario, porque tocas un tema que no sólo tiene que ver con anorexia, bulimia; sino con una realidad que al fin y al cabo, es el mismo problema que la obesidad y me refiero a la delgadez excesiva. Las nuevas generaciones estamos perdiendo masa ósea, y nos encontramos con cuerpos practicamente esqueléticos. Los estilos de vida, el sedentarismo, los alimentos cadavéricos, industrializados, están causando estragos en la población


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