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Porque me quité del vicio por Elia Martínez-Rodarte

Vicio es todo en exceso y desmesura hasta que lo abandonamos por un nuevo vicio, o nos convertimos en coleccionistas de ellos. Nunca es tarde para desechar uno y encontrar otro nuevo. De los vicios y pasiones que exponen nuestra humanidad hablaremos aquí, en este espacio comandado por Elia Martínez-Rodarte, mexicana, viciosa y escritora, autora de ivaginaria, el día 6 de cada mes.

Perdido en la traducción

Quien crea que el amor es interpretado de forma universal ya se metió en un entuerto. El amor es una construcción y si de ahí partimos, cada quien sabe porqué se enamora y de quién. Estamos ante uno de los sentimientos más complicados del ser humano, después del dolor.

Para que vean cuánta razón tengo, les pongo de ejemplo la canción de “Amar y querer” escrita por Manuel Alejandro y hecha un éxito por José José, de quien me dicen que ya no se le espantó la leche y la voz le ha ido surgiendo como del más allá.

Quienes no conozcan la canción, realmente me vale, porque ésta ya se encuentra en la información genética de todos los habitantes de este país y en muchos otros de habla hispana, pero para quienes ya saben de lo que hablo, vamos a seguir este razonamiento.

¿De qué coños habla José José en la canción? De que amar y querer no es igual, amar es sufrir y querer es gozar. Porque uno es amor puro entregado y sufrido y lo otro es deseo fugaz y ganas de follar.

¿De dónde salió esa mamarruchada sin sentido? De la mente perversa de Manuel Alejandro. ¿Por qué dejan cantar esa barbarie? Porque hay que vender discos. ¿No pudo objetar José José? Lo más seguro es que ni siquiera se acuerde de la última vez que cantó ese tema.

¿Entonces porque la mayoría de la gente dice “te quiero”? Y lo dice en serio.
Amar y querer son la misma cosa: en español. Creo que se ejecutan con la misma intensidad porque realmente lo que separa a ambas palabras es un significado…pero en el idioma inglés.

Amar es love. Querer es to want que es desear. En el idioma anglo amar significa entregar y recibir el amor, y querer equivale a que alguien quiere echarse un trompo con cierta personita, o sea follar.

Cuando alguien en México hace la diferencia entre “amar y querer”, enfatiza de que ya pasó del querer al amar, que presupone un estadio superior en donde ya prácticamente estamos a punto de entregarle las escrituras de la casa a algún pelado. Y obvio, recalcar esa “diferencia” implica que ya escuchó demasiado a José José. Préstenle un disco de José Alfredo, para que vea hacia donde va el amar y querer…

Querer podría ser lo mismo que: tenerle afecto, simpatía, un cariño y a la vez el “te quiero” es la frase más repetida entre quienes se aman. Algunas personas más quisquillosas no dicen “te amo” más que en cumpleaños, días de guardar, ocasiones especiales y cuando creen que la cosa es más seria. Ash…

Pero la canción de José José hace desmerecer el querer poniéndolo como el verbo de la gana gozosa que busca la piel del otro u otra, sin reparar más que en la lujuria. Lo cual me parece maravilloso, pero ¿por qué desvirtuar el significado de las palabras? Querer en español no neceseriamente implica que deseemos tirarnos a nadie. Ni sexo. Ni lujuria. Eso viene del gabacho.

Amar y querer para los gringos puede ser una cosa, y para los mexicanos otra. Y para prueba bástenos saber que cuando a un mexicano o mexicana alguien le dice te amo, arma una pachanga (ya después se preocupará…) y celebra el amor. Ya lo que pase después y si es recíproco o no, es otro asunto.

En Estados Unidos decirle al otro “te amo” implica una postura de desventaja, en especial si no le contestaron “yo te amo también”. Préndale a la tele en una serie gringa a cualquier hora, y va a haber un personaje cuyo único conflicto es que alguien le dijo te amo o se le dijo a alguien. Y de ese sólo acontecimiento pueden hacer una telenovela entera. Se azotan de más.

Post scríptum: les invito a encontrarnos en @Ivaginaria en Twitter y en Facebook.

Elia Martínez-Rodarte | 06 de diciembre de 2010

Comentarios

  1. Rubén César
    2010-12-07 04:07

    Muy cierto! Los gringos hacen una diferencia abismal de conceptos.
    Pero, esta canción es como el himno nacional del sentimentalismo, asociar el amor al sufrimiento de la esposa que espera el regreso del esposo borracho o que nunca llegará, o a la cabecita blanca de la abnegada madrecita, la cuestión es encontrarle el lado sufrido al amor y el lado lúdico, lascivo o gozoso al querer.
    A muchos de nosotros, atrabancados mexicanos, nos vale completamente decir “te quiero” o “te amo”, lo importante es establecer la relación. La bronca viene cuando llega el truene. Pero para eso tenemos a José Alfredo, para tequilear con Ella o La media vuelta. El ciclo eterno de gozar y sufrir. Un abrazo.


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