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Porque me quité del vicio por Elia Martínez-Rodarte

Vicio es todo en exceso y desmesura hasta que lo abandonamos por un nuevo vicio, o nos convertimos en coleccionistas de ellos. Nunca es tarde para desechar uno y encontrar otro nuevo. De los vicios y pasiones que exponen nuestra humanidad hablaremos aquí, en este espacio comandado por Elia Martínez-Rodarte, mexicana, viciosa y escritora, autora de ivaginaria, el día 6 de cada mes.

Eros y lenguaje

¿Saben por qué es tan difícil escribir cuentos, historias, narraciones o poemas incluso sobre erotismo y sexo? Por el uso del lenguaje. Hace poco en una mesa redonda sobre lenguaje y su manejo en la literatura erótica concordábamos en la importancia de la forma, para resaltar y ennoblecer el fondo de un género ríspido y con una serie de altibajos en su producción, resaltando la lamentable pérdida de la colección La Sonrisa Vertical, de Tusquets, hace algunos años.

El lenguaje es la sangre de cualquier texto. Entonces me resulta increíble que, en el sector rudo del sexo haya tantas personas aglomeradas en sus narraciones y divulgación, me incluyo a mi misma por supuesto, y en el ámbito del erotismo y sus finezas narrativas o poéticas, esté muy a la baja la producción.

Todas y todos podemos contar cómo nos han follado y follaremos, por el puro gusto de hacerlo, pero creo que abordar el erotismo escrito requiere de un ejercicio de respiración, de gozo, de conocimiento de las palabras y sobre todo, de haber probado dos o más pollas (coños) en su vida, porque la literatura erótica es una de las que más demanda que una viva, y piense con la cabeza en armonía de los sentidos despiertos.

Creo que en el mundo de las letras hay personajes que son naturales a la narrativa del sexo, como lo son naturales al fornicio muchas personas.

Existe gente que nació para yacer y hacer felices a otros en sus cuerpos. Hay personas que con tan sólo acercarse a nosotros ya nos dejaron con las bragas a media asta y húmedos para actuar. Hay humanos que nacieron con un talento para follar, aunque no se dediquen a ello profesionalmente: los científicos les denominarían cachond@s.

Así en la literatura, desde los tiempos primeros del hombre, se ha hablado de la genitalia, sus usos y costumbres, con reverencia. Primero porque se trata del acto fundacional de la especie y luego, porque entre que se inicia la familia y hacemos historia, fornicando se va la existencia, porque hacer el amor es una metáfora continua de la vida misma.

Todo fue empezar a hablar de cómo nos gustaba ayuntarnos amorosa y genitalmente. Tan pronto dos personas juntaron las pieles ya se estaba forjando en esas imaginaciones el ansia por narrarlo, fuera por chisme, morbo, hacer conversación o la paja, o por el simple acto de sublimar al sexo, uno de nuestros más grandes formas de comunicación.

Sin embargo sigo creyendo en que el erotismo y la vida de la cama, y alrededor de ella, debe recrearse en la literatura en una alta forma de expresión, para que logremos la finalidad de narrar lo cachondo: ponerle como campanitas las gónadas al lector. Que se humedezca una braguita de más allá. Que haya muchas erecciones en el baño, en la cocina, en todos los sitios en donde pueda leerse y a la vez andar con la breve carpa. Que consiga su fin último de alterar los sentidos y pezones del respetable público, porque estamos tocando esa fibra afortunada.

El verdadero erotismo en las letras posee la obligación de un acto de seducción, con un sentido distinto de la vida, vuelvo al Eros y Tanatos, a la sensación de placer último y primero.

Creo que el momento en que decidí meterme al tranvía de doble filo de meterme de lleno al estudio de la sexualidad humana, el erotismo y la pornografía que les acompaña, fue la lectura de un (lejano) cuento erótico en el cual, dos personas que no se tocan, logran ponerse lo suficientemente calientes, como las comidas que engullen.

Lo único que hacen a través de la narración es mirarse, de una mesa a otra, se forma furtiva porque ella iba acompañada. A través de los platos que se van comiendo, se empieza a hacer una maravillosa descripción de la suavidad de los purés que se sirven, lo esponjoso de los apretables panes, la lenta melcocha de las salsas, las formas largas y gruesas de las salchichas que se sirven, la carne abierta y roja del cocido casi crudo, la raja de una papaya enorme que centra el adorno de las frutas dispuestas en pencas abiertas.

Comieron y casi follaron a través de un intercambio de sentidos, sin tocarse, vibroseándose en la cachondería y el voyeur: nunca el sexo es tan honesto, libre y generoso. Ver y dejarse ver en el erotismo, es una de las más altas formas de compartir y compartirse.

Entonces si con un pedazo de pan en forma de bollo, una salchicha y un largo chisguete de mayonesa ya podemos contar una historia muy cachonda mediante un lenguaje artístico, podemos exigir que se lleve a nuestros baños, recámaras, oficinas, iglesias y recintos, una buena literatura erótica que alimente nuestras pajas, las propias y si asistimos a las ajenas. Es la forma de erotizarse más barata y mucho más a la mano.

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Post scríptum: espero sus comentarios, observaciones y amistad en las redes Facebook, en Twitter @Ivaginaria en donde me encuentro a sus órdenes.

Elia Martínez-Rodarte | 06 de septiembre de 2010

Comentarios

  1. Jorge Rueda
    2010-09-07 22:13

    Hola Elia:

    Coincido contigo en la preocupación por la falta de narrativa de entrepierna, y me afano en difundir la que existe (ái si tienes tiempo pásate por mi blog).

    En verdad es una pena que nuestra doble moral impida que tan ínclito género literario sea relegado, pero qué hemos de decir cuando, incluso, los propios autores escamotean sus textos y los que hacer algún intento por acercarse al género lo hagan con tan poca fortuna.

    Para contrarrestar, te dejo aquí el link al blog de una amiga gallega que desde esa trinchera está haciendo cosas muy interesantes y provocando en sus lectores una participación activa.
    Échale un lente, ahora trae un juego literario para adivinar el sexo de los autores de textos que le han sido enviados.

    http://www.susanamoo.com

    Vale la pena lo que está haciendo la simpática de Susana.

    Recibe un abrazo,
    Jorge

  2. Elia
    2010-09-07 23:37

    Querido Jorge, claro que conozco tu página y la de nuestra querida Susana, de hecho creo que a ambos los tengo linkeados a mi blog.
    Fíjate que a la par de la doble moral galopa el morbo. Es decir, no hay una literatura sólida del erotismo en México (por ejemplo) pero sí existe un incremento enorme del sexo morboso, el de la mujer objeto, el de hipersexualización de la sociedad, el del albur fácil y poco ingenioso…Es algo que me parece complicado de abordar en un pequeño comentario, pero es urgente revivir la literatura erótica.
    Mi plan de trabajo ha sido muy orientado a la educación sexual porque mi espacio en el periódico me ayuda mucho a eso y con que llegue a una conciencia receptiva me doy por pagada, pero creo que estamos hablando de un plano superior en cuanto al tema que abordamos. Hace falta mucha chamba…
    Te mando un abrazo con cariño.
    E.

  3. JORGE MARTINEZ
    2010-09-15 20:39

    querida elia, dejeme decirle que me encanta leer sus columnas, soy un admirador de la belleza femenina mas , como cualquier hombre se me alborota lo alborotable ante una dama que fisicamente este bien dotada ….sin embargo es sumamente placentero disfrutar los atractivos no fisicos de una mujer como su voz….y en este caso en especial …su expresion literaria muy sincera …la felicito….y permitame decirle esto…..esta uste’ muy sabrosa ….literalmente hablando….

    p.d. la adoro elia


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