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Porque me quité del vicio por Elia Martínez-Rodarte

Vicio es todo en exceso y desmesura hasta que lo abandonamos por un nuevo vicio, o nos convertimos en coleccionistas de ellos. Nunca es tarde para desechar uno y encontrar otro nuevo. De los vicios y pasiones que exponen nuestra humanidad hablaremos aquí, en este espacio comandado por Elia Martínez-Rodarte, mexicana, viciosa y escritora, autora de ivaginaria, el día 6 de cada mes.

El poder de un buen paquete

Soy de esa generación mutante que adoró al grupo Menudo. Yo era una niña como todas las de mi edad en ese entonces: transitaba luengos tramos babeando y pensando en vacuidades…Hasta que llegaron los puertorriqueños Menudo y nos confirmaron de una vez por todas, en dónde estaba el pene y lo mejor, que estaba puesto y bien ubicado entre las piernas de adorables nenes que meneaban el culo como nadie (según nosotras).

Miguel, René, Ricky, Xavier y Johnny aparecieron en la escena musical mexicana justo cuando mi generación ya tenía los sesos reventados de escuchar música para adultos, con la estridencia de sus dramas adultos y la grandilocuencia de las tragedias adultas.

Todos los cantantes de la época llegaban al micrófono para hablar del momento en que un brassiere cae al piso un instante antes del amor y de las llamas de una lujuria que los protoadolescentes deseábamos descubrir a toda costa, pero no gracias a las pasión interpretativa de cantantes que nos recordaban a nuestros padres.

Esa sexualización de la música contrastaba con nuestro reciente destete de los concursos de la canciones infantiles por televisión: pasamos de un proceso de estupidización continua y taladrante de los festivales Juguemos a Cantar, a escuchar temas sabrosonamente lujureantes en donde se incitaba al colectivo al marraneo sensorial sin mayores escalas que los Festivales OTI, de nefandas memorias.

Fuimos niños que transitamos de un estadio musical con tufo a ronda hacia un cúmulo de canciones en donde el goloseo corporal era la ley del más fuerte y del más débil también. Eran mediados de los ochentas. Era lógico que todo mundo quisiera coger.
Entonces llegaron los Menudos con sus mallas apretadas enseñando de una manera precisa la anatomía de su príapo atrapado en la tela chafa de sus mallas metálicas. Bailaban y aventaban a la cámara su notorio bulto. Los entrevistaban y lucían contentos, con su miembro bien acomodadito a la derecha, izquierda o al centro: como fuera que fuese pero que se notara que en ese bulto había una promesa de muchas canciones.

Yo me recuerdo hipnotizada en la tele viéndolos bailar y mirando detenidamente el bulto. Los cinco elementos iguales, ninguno con un pene más grande que el otro, ni más bonito ni mejor ladeado.

Hasta pareciera que los hubiesen escogido por la homogeneidad de sus genitales para que cumplieran con un largo y grosor adecuado para las mentes retorcidas de las adolescentes. Más tarde descubriríamos que ese casting y elección no suena imposible, sabiendo los antecedentes oscuros de los manejadores del grupo.

La visión de la pija de los integrantes de Menudo, puesta al natural o con algún relleno recomendado por los asesores de imagen, revolucionó la actividad vaginal de algunas generaciones de mujeres en México y Latinoamérica. Los ojos se abrieron y las posibilidades se multiplicaron al saber nosotras en dónde estaba lo que buscaban nuestras hormonas. Menudo nos desvirgó la mente con su príapo llamativo manipulando nuestras frágiles mentes, todavía olorosas a caramelos y a los sueños rosáceos de nuestra niñez.

Si tuviéramos que categorizar los talentos de Menudo y ponerles un porcentaje de aportación al éxito en sus carreras, debería decir: talento 5 por ciento. Manejador vivales: 45 por ciento. Pene: 50 por ciento. Aquí y en China, así como en todos los lugares en donde el sol se pone, el pene puede ser el hit o la ruina. Los chicos de Menudo pegaron de hit con un bate que no creo que haya medido más de 15 centímetros

Ahora es inútil negarlo: los Menudos apestaban, sus canciones eran mierda; a ellos —malditos cerdos— junto a otros aditivos malignos químicos y naturales, la Coca Light, el trago, la acetona de mis manicures y el cigarro que ya dejé, les atribuyo el reblandecimiento de largas extensiones de mi cerebro.

Era un grupo que cantaba loas a los lugares comunes, a la ñoñez y a los sueños adolescentes que siempre son una mezcla de perversión y chicle sabor cereza, como las inverosímiles entretelas de una paleta Tutsie Pop. En ese tiempo jamás reparé en ello: me pasaba las tardes enteras escuchando los discos de Menudo, leía por toneladas los libros de Jean Plaidy, Taylor Caldwell, revistas Tu, Eres, Somos y acabé por perturbar mi mente con Jorge Ibarguengöitia. Ahora espero comprendan…

Pero creo que a Ricky (el que me gustaba, awwwww), Xavier, René, Johnny y Miguel les debemos mucho, pese a todo: ellos sexualizaron nuestras mentes incitándonos. Nos mostraron lo que había debajo de los boxers, y las posibilidades de qué hacer con aquello, quedaban flotantes en el todavía misterioso océano de nuestra lujuria. Toda esta exhibición genitálica hecha mientras ellos berreaban temas edulcorados de letras tambaleantes, nos calentó y nos dejó así por un rato.

Menudo vino, despertó a la bestia vaginal y modorra de nuestra adolescencia y nos dejó flojitas y cooperando para el siguiente estadio musical, en donde nuestra sexualidad pasó de balada pop a balada rock y heavy metal. El rock como siempre vino a salvar la situación y a fundar un nuevo despertar: junto a un músico con el pelo más largo que tú: en el amanecer de las drogas suaves y el alcohol: en los conciertos en casinos ferrocarrileros y las calles que pensábamos estábamos estrenando.
La primavera de nuestra adolescencia, por fin, había llegado.

Elia Martínez-Rodarte | 22 de junio de 2007

Comentarios

  1. LR
    2007-06-24 19:54

    Impresionante, jamas se me había ocurrido ver así a Menudo, disfruté leer el post. Saludos

  2. Elia
    2007-06-30 02:21

    Debe ser nene, porque eres hombre. Yo sí le vi todo a los Menudo, pero era por mi tierna edad e inexpriencia. Y si algo aprendí es que la banana puertorriqueña no es siempre del tamaño que parece ser.

    Salud, dinero, amor y ofertas de verano.
    Elia

  3. Jarry Bloogger
    2007-07-11 00:25

    Yo también soy generación menudo, me toco acompañar (segun ir a cuidar) a mi hermana y a sus amigas a muchos conciertos.
    La verdad estoy muy orgulloso de eso pues nada mas iba a manosear a las chavas pues a la hora de la entrada se hacia un desmadre y ellas ni sentian si las agarraban o no, estando en el concierto pasaba lo mismo, ahi conoci muchas nalgas con mis manos y una que otra vagina.
    Ah que tiempos aquellos tan chingones.

    SALUD-OS

  4. Eva_Nesse
    2007-09-09 23:02

    ajajajaj que barbara!

    pero dices y dices bien, desconsolada oia a Miguel Gallardo y me resignaba a que tendria sexo hasta cumplir la tercera edad

  5. E64GU7
    2007-11-28 22:40

    OYGAN ADVERTENCIA NO DEJEN ENTRAR A ESTA WEB A ABUSADORES PUES ES EL NUMERO 3 EL TAL JARRY BLOOGGER!!!!!!!!!!!!!!!!!! LEAN SU COMENTARIO

  6. E64GU7
    2007-11-28 22:43

    GRACIAS POR SU ATENCION

  7. mira
    2008-04-06 20:45

    Creo que Menudo marcó el despertar de esa juventud adolescente que sin sentir verguenza miraba y admiraba la sensualidad de aquellos chicos que hicieron de sus canciones y de la forma como vestian y movian sus cuerpos, admirar la belleza de los adolescentes incluyendo su deliciosa sexualidad. Fueron seductores por sus ritmos musicales, sus bailes y su ropa que dejaba ver la belleza de sus penes sin caer en lo pornografico y bizarro. Nos enseñaron la belleza de un adolescente desnudo, sin prejuicios moralistas. Menudo al desnudo que importante fue para la cultura del mundo. Nos enseñaron lo bello que son los adolescentes mostrando su pene como verdaderos angeles. Que maravillosa epoca.

  8. leirbagelalquimista
    2008-07-05 04:00

    realmente yo no dejo de admirar a menudo,fue lo que me motivo a ser cantante, y a vestirme extravagante, viendolo de forma normal, ( ahora le llamo originalidad)y es el sazòn que le falta a los cantantes actuales vemos a cualquier hijo de vecina cantando sin talento, y aparte vestido como uno màs, y se pierde entre el pùblico;
    lo magico de los cantantes en gral edra eso
    la originalidad y tratar temas que pudieramos entender, y ala vez sentir, que es algo que hemos dejado de hacer, y menudo vino a realizar eso incluyendo cambiar la forma de vestir y de pensar, yo quisiera hacer lo que ellos hicieron, obiamente con otro concepto muy diferente, ah por cierto yo si me visto como menudo con los pantalones ajustados y playeras de plastico, mi cancion favoria sabes achocolate


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