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Porque me quité del vicio por Elia Martínez-Rodarte

Vicio es todo en exceso y desmesura hasta que lo abandonamos por un nuevo vicio, o nos convertimos en coleccionistas de ellos. Nunca es tarde para desechar uno y encontrar otro nuevo. De los vicios y pasiones que exponen nuestra humanidad hablaremos aquí, en este espacio comandado por Elia Martínez-Rodarte, mexicana, viciosa y escritora, autora de ivaginaria, el día 6 de cada mes.

El tamaño de nuestro miedo

¿Tenemos miedo?, ¿estamos blindados ante el miedo?, ¿el miedo se nos resbala?, ¿hemos hecho del miedo nuestro escenario natural y cómodo de nuestro cotidiano?, ¿desdeñamos el miedo porque aún no visualizamos (o no deseamos visualizar) el panorama completo de la violencia en nuestra propia casa?.

El norte de México está en llamas y todo mundo lo sabemos. Manejo por mi ciudad, Monterrey, Nuevo León, deteniéndome retén tras retén, con los soldados de caras aburridas de tanto revisar carros que según me indica mi fina intuición, están muy lejos de ser los objetos a revisar: la basculeada, señores milicos, está en las fincas afuera de la ciudad, en las casas de seguridad de los narcos, en los vendedores de drogas al menudeo, en los bolsillos de todos nuestros funcionarios cebados de tanta lana sucia: a mí qué me esculcan si lo único que sé es que sobrevivir en mi Monterrey es una cuestión de fe en muchos de los sectores de nuestra querida ciudad.

No voy a ser alarmista. La alarma está sola y prendida desde el sexenio de Fernando Canales, el primer gobernador surgido de la oposición derechista en México, el PAN, en donde los actos violentos producto del crimen organizado se han ido asentando como un común denominador de todos y cada uno de nuestros días. Creo que más bien lo que sucedió con Canales es que hubiera parecido que él invocó formalmente a los malos, con su frase para el mármol aquella de: “los narcos nos hacen los mandados”. La triste dicencia de quien no logró hacerse pendejo a tiempo y así evitar que la lengua se le soltara.

Pero la pregunta que mantiene a mi cerebro en cubilete es: ¿cómo se está manifestando el miedo que forzosamente debemos sentir todos y todas las que radicamos en este estado?
Las respuestas de la gente a este tipo de cuestionamientos por lo general dan respuestas ambiguas que sólo atañen a la transformación del mundo del narcotráfico: que si los narcos chicos se volvieron grandes, que la plaza se la disputan los tirios a los troyanos, que las rutas del narco son así o asá, y que amén de cualquier cosa, la violencia es el sello del matarife de las nuevas generaciones ejecutivas y ejecutoras del crimen organizado.

Nuestros ojos se han quedado tanto tiempo mirando el baño de sangre que ni siquiera hemos pensado en lo que sentimos: ¿nos estamos muriendo de miedo?, ¿nos vale?, ¿pensamos en las noches si a nuestros hijos e hijas los va a alcanzar una bala perdida en una balacera?, ¿evitamos los rumbos más focalizados en donde se han realizado ejecuciones?, ¿le ponemos velocidad al coche cuando nos encontramos al lado de un vehículo que llena el cliché del auto que pertenece a narcos?

Ahora por estos días arreciaron los asaltos notorios en la ciudad, a unas cuantas semanas del inicio del Forum de las Culturas, que ha tiempo se celebró en Barcelona. “Narcos y asaltos, ya parece el Distrito Federal” es el gemido colectivo y clasemediero para arriba que se empeña en preservar la imagen congelada de un Monterrey que difícilmente volverá a ser lo que presumía que era.

Lo más ofensivo es que ahora nos hemos convertido en un lugar en donde la violencia es del común cotidiano, como si la hubieramos respirado por largo tiempo y ya la hubiésemos asimilado.

Ahora los periodistas son los que más callan sobre el asunto del narcotráfico, por seguridad y por respeto a los reporteros Gamaliel López y Gerardo Paredes, quienes se encuentran desaparecidos desde hace casi un mes. Ahora los especialistas sobre el asunto del narco somos la gente torpe de la calle quienes repetimos los temores que nos han dictado los demonios que reposan bajo nuestras camas. Vamos repitiendo rumores, contando lo que le contaron a alguno más, esparciendo el miedo que se queda flotando tras las conversaciones en los cafés o en los restaurantes: lugares públicos y a tiro de quién sea, cabe mencionar. Desde el asesinato de un conocido y controversial abogado Leopoldo del Real en 1997, las rafagueadas en restaurantes cobraron una relevancia notoria.

Me da más miedo que la gente no tema, así notoria y dramáticamente como la ocasión lo amerita, con preocupación real y genuina que no sólo se respire entremezclado al tufo violento, sino que también se manifieste. Estamos copados.

Elia Martínez-Rodarte | 06 de junio de 2007

Comentarios

  1. pep r.
    2007-06-06 11:43

    Tremendo, tremendo.

  2. Elia
    2007-06-06 19:41

    Hoy apareció una nota en el periódico El Norte. Esto es, de verdad, algo de casi todos los días.
    .......
    Ejecutan… y repiten mensaje

    Retiran ministeriales también segundo recado; ambos son amenazas entre bandos narcos

    Monterrey, México(6 junio 2007).- Un hombre ejecutado fue encontrado ayer en la Colonia Burócratas Municipales en Monterrey, con un recado que amenaza al Cártel del Golfo y que es muy similar al hallado el lunes en otro asesinado en la Colonia Altavista.

    El occiso de ayer, que al parecer presentaba al menos dos impactos de bala calibre .40 en la cabeza, estaba maniatado y tenía los ojos tapados con cinta gris.

    En su costado izquierdo, clavado con un picahielo, había un mensaje en una cartulina con amenazas contra los Zetas y el Cártel del Golfo.

    El recado encontrado el lunes, que fue retirado de inmediato, también estaba clavado con un picahielo al tórax de un hombre identificado luego como el abogado Jesús Guerrero Pérez.

    Ayer, la Policía Ministerial también se llevó inmediatamente el nuevo mensaje y no reveló su contenido exacto.

    Sin embargo, se supo que es muy similar al de la Colonia Altavista, al que se tuvo acceso.

    “Esto les va a pasar a todos los que pongan gente con los mugrosos Zetas, ya sean civiles o de Gobierno”, dice en sus primeras líneas el recado del lunes.

    “Ya se dieron cuenta que éstos no trabajan, roban y secuestran.

    “Hay 1,000,000 de dólares por El Canicón, Miguel Treviño, Omar Treviño, Sigi, Coy, Gory y Lazcano, de perdido mándalos con dinero”, agrega.

    Luego continúa acusando a los Zetas de robos y secuestros.

    “No agarren gente inocente, comerciantes o reporteros, no sean mugrosos, ya no los van a dejar entrar al corral ni a las maquinitas por rateros, ahí llévele cigarros a Chelelo y una vacuna para el sida y cuando vean a La Manzana me la saludan”.

    El mensaje, firmado por “Matatacuaches”, incluía una posdata.

    “Pd.­ No se agüite raza, lo que rápido empieza rápido termina. Inicio de Cártel del Golfo 2000. Fin del Cártel del Golfo 2007”.

    La víctima de ayer, de entre 30 y 35 años, y con un corte de pelo estilo militar, no fue identificada.

    Su hallazgo fue reportado a las 18:00 horas cerca del cruce de las calles Arturo B. de la Garza y Solidaridad.

    Por desgracia no viene firmada la nota, cosa que muchos periodistas están optando por hacer…o no firman o no escriben.


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