Tendemos al derrotismo y a pensar que caminamos inevitablemente hacia la decadencia. Frente a esto, en todos los campos del saber y del hacer hay personas cuya tarea está cimentando el legado que dejará nuestra época a la siguiente. ¿Qué tal si conocemos a algunos de los pensadores de nuestro tiempo más importantes? No son cuatro, pero pensar, sí que piensan. Y lo que tienen que contarnos merece la pena. Miguel Santa Olalla es profesor de secundaria y editor de boulesis.
Pensar en la segunda mitad del siglo XX y hacerlo en clave latinoamericana. Esta es la tarea vital asumida por Enrique Dussel, el filósofo argentino que presentamos hoy. Como en otros tantos casos, se puede decir que su vida es la raíz de su pensamiento. Su propia identidad argentina es ya todo un símbolo que se completa con otras circunstancias biográficas como su estancia en Israel conociendo de primera mano la exclusión de los más pobres o su proximidad ideológica y personal a la gran corriente teológica latinoamericana de la segunda mitad del siglo pasado: la teología de la liberación. Todo ello cristaliza en un pensamiento inspirado en el marxismo, que ha dado en llamarse filosofía de la liberación, como uno de los títulos más importantes de Dussel.
Para Dussel la liberación es la meta última de la filosofía. Y no sólo una liberación intelectual, tal y como se desprende en ocasiones de la Ilustración. Todo lo contrario: Dussel, como tantos otros en nuestros días, critica la modernidad para acuñar el concepto de “transmodernidad”. La liberación entonces no pasa solo por una nueva forma de pensamiento, sino por acciones y medidas mucho más concretas. Bien nos lo recuerdan el marxismo y la teología de la liberación: la libertad empieza por condiciones sociales y económicas bien concretas. No puede haber pensamiento libre si no ponemos las condiciones materiales necesarias. La libertad se une así a la emancipación de los pueblos y también a la afirmación de su propia identidad. Y es aquí donde aparece la reivindicación de Latinoamerica: hemos de repensar en qué consiste ser latinoamericano, revisando la historia, y también algunas de las ideas centrales que ha formulado la filosofía.
Dussel nos viene a recordar que la historia de la filosofía esconde silencios y omisiones. La creación de conceptos y teorías no es sensible a las identidades ajenas a una razón que se cree objetiva, pero que está profundamente arraigada a la cultura, la política y la sociedad. Por eso es necesario empezar el edificio desde la base: la ética y la política. El pensamiento práctico como punto de partida y el rechazo de cualquier abstracción logocéntrica, que correrá el peligro de traicionar aquello que pretende explicar. La liberación pasa, entonces, por capacidad política y económica de decisión, por el fin del neocolonialismo, y por luchar contra la pobreza o el analfabetismo. Dejar que Latinoamerica se desarrolle por sí misma como Latinoamerica, sin intromisiones, y sin grandes palabras que pueden seguir escondiendo dependencias y humillaciones.
Teólogo, historiador, filósofo. Marxismo, historia de la iglesia, crítica de la Ilustración, teología de la liberación. La libertad como emblema y tarea histórica de Latinoamerica. Encuentro, reconocimiento y diálogo. Todas estas palabras conforman una filosofía compleje, que no rechaza a autores europeos o norteamericanos, sino que busca puentes de comunicación con ellos. Una filosofía valiente y arriesgada que tuvo consecuencias para el propio autor: sufrió un atentado por sus ideas maristas y fue expulsado de Argentina en 1975. Posteriormente se nacionalizaría mexicano y fijaría allí su residencia. Circunstancias todas ellas que bien pueden llevarnos a pensar que su filosofía no es una mera teoría: tanto la vida como la obra de Enrique Dussel son realizaciones prácticas de la liberación. La personal, vivida como lucha permanente, y la intelectual, mostrando la capacidad de lanzar puentes entre el marxismo, la crítica de la modernidad y la teología.