Tendemos al derrotismo y a pensar que caminamos inevitablemente hacia la decadencia. Frente a esto, en todos los campos del saber y del hacer hay personas cuya tarea está cimentando el legado que dejará nuestra época a la siguiente. ¿Qué tal si conocemos a algunos de los pensadores de nuestro tiempo más importantes? No son cuatro, pero pensar, sí que piensan. Y lo que tienen que contarnos merece la pena. Miguel Santa Olalla es profesor de secundaria y editor de boulesis.
Elaborar una pequeña presentación de un filósofo como Óscar Brenifier obliga necesariamente a romper el molde habitual. No es posible, por ejemplo, hacer referencia a grandes ideas que pasarán a la historia de la filosofía. Tampoco encontramos entre sus más de 30 obras una referencia permanente que haya sido citada por los filósofos más importantes del mundo. Más bien, la filosofía de Brenifier hay que buscarla en lo que él hace como filósofo. Valga entonces el lema: para Brenifier, pensar es hacer.
Si alguien se pusiera exquisito, Brenifier cumple con todos los cánones académicos que se esperan de un filósofo: formación académica intachable, doctorado, bla, bla bla… todo ello sería para él totalmente inútil si no fuera simplemente un trasfondo a tener muy en cuenta en lo que se ha convertido en su tarea vital: hacer pensar a los demás. Y es que frente a los muchos académicos que escriben libros que encuentran eco sólo entre especialistas, Brenifier es uno de los Sócrates que pululan en nuestro tiempo: su afición fundanental consiste en “parir” ideas en común por medio del diálogo. Si el tópico dice que en filosofía cuentan más las preguntas que las respuestas, algo que no impide que los filósofos “oficiales” elaboren sesudos y largos libros con “sus” respuestas, Óscar Brenifier lo supera o mejor dicho, lo hace realidad: su tarea fundamental consiste en lograr que sus itnerlocutores se interroguen, en un ejercicio práctico de intercambio de opiniones que terminan trastocándose en argumentos.
Esto es, en esencia, el quehacer filosófico de Brenfier: hablar con los demás, lograr problematizarles. Y a quienes más tiempo ha dedicado a lo largo de su vida ha sido, casualmente, a quienes quizás tengan la mente más abierta para las preguntas y las respuestas: los niños. Óscar Brenifier es una de las grandes figuras mundiales del movimiento Filosofía para niños. Se trata de un programa educativo para iniciar a los niños en el filosofar, lanzado hace unas décadas por el filósofo norteamericano Mathew Lipman. Brenifier no sólo escribe libros para niños: verle en estado puro implica conocer de cerca cómo entiende él el diálogo con los niños.
Práctica filosófica en estado puro, estimulando además el pensamiento entre los más pequeños. El objetivo, como es fácil imaginar, no es que los niños aprendan las ideas centrales de la historia de la filosofía. Nada más lejos de la intención de Brenifier: de lo que se trata es de que sean capaces de hacerse preguntas, que desarrollen un sentido filosófico del existir que quizás pueda acompañarles durante toda su vida. Y algunos de los niños que han participado en sus talleres o sus sesiones prácticas podrían confirmarnos que es así. Un filosófo imprescindible para todos los que deseen pensar en común. Con adultos, con jóvenes o con niños. Y aunque sus libros merecen la pena, más interesante aún es ver a Brenifier filosofar en vivo y en directo. Porque sin duda es uno de los autores de nuestro tiempo de quien se puede decir con mayor sentido que ha hecho de su vida un asunto eminentemente filosofía. Vida hecha filosofía o filosofía hecha vida. Este es Óscar Brenifier.
2013-03-21 14:21
Desde luego a los niños preguntas les sobran y eso es algo que interesa mucho a la filosofía, y a veces, nos podemos encontrar con preguntas de niños realmente interesantes