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Juan Larralde
A los cien días de su llegada, el indigenista Evo Morales, presidente de Bolivia, uno de los países más pobres de Latinoamérica, da un paso más en lo que anunció hace años: el proceso de nacionalización de sus recursos, comenzando por gas y petróleo. Afectada ¿nuestra? Repsol, que en aquel continente se presenta como Repsol-YPF (el segundo apellido, por Yacimientos Petrolíferos Fiscales, viene por cierta fusión que hizo en Argentina, de la que, dicho sea de paso, también podría arrepentirse si es que el presidente argentino sigue los pasos bolivianos), el Gobierno español se preocupa y el PP se le lanza a la yugular; pero esos son otros temas y volvamos.
Bolivia, sentimos decirlo, es uno de tantos países-finca de la América Latina; con alguno centroamericano, los peores para su gente. El sueño de la independencia hace dos siglos de la madre, o madrastra, España, el sueño de tantos caudillos liberadores, produjo monstruos. Si al Norte tres grandes países se reparten grandes extensiones, sobre todo en el Centro y Sur de América una treintena de muy divididos, incluso diminutos países y el imperialismo yanqui gratificaron a sus poblaciones con muertes y sufrimientos sin fin. ¿Son países, son fincas de la oligarquía respectiva y la yanqui siempre? Los últimos años, al precio de una globalización de pocos beneficiarios allá, la mayor parte de esos países limpiaba la cara de sus clases dirigentes. Pero el discurso sobre ventajas de la inversión extranjera (y por extensión, sobre la iniciativa privada) tiene siglos de descrédito. Vieron el vaciado de Potosí como ahora ven la salida de los hidrocarburos. Nadie en muchos años podrá convencerles de lo contrario. Han vivido miseria y no otra cosa y hasta que no vean otra cosa…
La breve historia de Bolivia gratificó al mundo con algún potentísimo millonario (Antenor Patiño, el rey del estaño) con presidentes que mejor hablaban inglés que español, dueños de muy bellas mansiones allá en la neometrópoli (la yanqui). Con golpes de estado y cuartelazos sin cuento. La plebe, en gran medida indígena, doblemente expoliados. Su pésimamente repartida riqueza, viene a promediar en la décima parte de la renta per cápita española, que a su lado es una maravilla; pero la comparación regional es parecida: la renta per cápita de Perú es el doble, la de Brasil el triple, Chile el cuádruple, Argentina el quíntuple que la boliviana. En Bolivia la olvidada su plebe era además invisible, y en ese país finca de oligarcas blanquitos, la plebe indígena, ni tan siquiera entretenida con panem et circenses. Sólo de vez en cuando, la versión local del ¡Gibraltar Español!: un institucional espectáculo desvitalizado, el cansino exigir a Chile un acceso al mar; un Día del Mar fijo en el calendario y explicar todo su mucho atraso en la falta de acceso al Pacífico que perdieron hace poco más de un siglo en una de tantas guerras y guerritas de oligarcas y bravos milicos a espaldas de su población, que es siempre la que paga la factura de sangre.
Así tenían entretenidos los oligarcas bolivianos a su aburrida finca. Que pidan el mar. Por pedir que no dar … Suiza, la riquísima Suiza, nunca ha tenido mar ni océano. Bellas montañas y lagos, gran limpieza general si excluimos billones en dinero negro inmigrante de todo color; mucho tipismo; relojes de cuco a buen precio. Nadie explicó a los bolivianos que su mar era su rico subsuelo. Señalando con el dedo mucho más lejos, los pacientes bolivianitos a emigrar; y cuando emigran los pobres, qué fea es la emigración.
Y ¿qué, con Repsol-YPF, o también YPF-Repsol, semiespañola? Pues petrolera que es, a explotar yacimientos petroleros, para su refinado y venta en un mundo consumista que pronto colapsará el petróleo habido y el poco por haber. Invertir en cánones (poco) maquinaria (mucha) y personal (poquito: trescientos). Exportar, vender y cobrar.
Ejemplo de la muy corta serie de semimultinacionales de origen español, con Endesa (muy presente en Chile, donde construye grandes presas, pero ¿será pronto Endesa alemana? Eso quieren los incomprensibles peperos. Otro tema, en efecto). Iberdrola (similares inversiones, pero más leves y con mejor imagen), con la gran banca (Santander, BBVA), Telefónica (ya poco española) y poca cosa más, la petrolera Repsol y todas concentraron hace unos siete años, prontas a arrepentirse, sus inversiones exteriores en Latinoamérica. ¿Qué harán en el futuro? Tanto menos preocupadas están cuanto más financieras, menos expropiables, hayan sido sus inversiones, cuanto más volátiles. Y cuanto más difuminadas estén en alianzas locales. BBVA y Santander siguen sus planes de expansión, cada vez están más centrados en USA y Mexico o fuera de América; con la anécdota de un Botín, don Emilio, hace cuatro días malvendiendo (lo digo por la pequeña plusvalía, apenas 20 millones de euros) lo poco boliviano que tenía, visto el panorama. Pero las energéticas… Gas Natural inclusive, comienzan a tentarse la ropa. Es lo que tiene ser más o menos españolas, de país sin yacimientos energéticos.
¿Importa a España la nacionalización energética boliviana? En realidad poca cosa: el mayor componente del precio minorista de la gasolina son impuestos, y maleducada la población por políticos de derecha y de izquierda que la han convencido que los impuestos son siempre malos, ay, suicida el político europeo que eleve el IRPF o el IVA para compensar cierta bajada en los impuestos sobre hidrocarburos y así dejar el precio de éstos como solía. O dada la catastrófica situación, jamás vista y sin visos de mejora, en la Balanza comercial española, llena de importaciones y flaca en exportaciones (que si ya fabricábamos poco y exportábamos menos, ahora deslocalizamos o cerramos industrias, pero no falte el consumo en productos extranjeros o el tirar el dinero en ladrillo indígena), aprovechar para de paso, corregir el rumbo del país, aunque no lo veremos tampoco, ni la oposición dará facilidades.
En resumen, con la nacionalización de hidrocarburos bolivianos que en fondo nos toca muy de lejos, a los españolitos de a pie nada pasará pues el escaso petróleo boliviano que nos traía Repsol no era a mejor precio, ni dejó de subir, que el de cualquier otro suministrador; y en cuanto al varapalo sólo empresarial de Repsol en Bolivia, que de Repsol y de sus accionistas es, ahórrenos la empresa el hacernos compartir sus lloros, aguante mejor que Boabdil los malos momentos y mejore la estrategia. Que ya hace dos años el pueblo boliviano aprobó nacionalizar sus recursos. Algo había frenado Repsol-YPF sus nuevas inversiones, pero no gustó…
¿Qué pasará en Bolivia? Las fotos de las primeras horas tras la nacionalización son chuscas. Ausentes en el acto los expertos de imagen (o la versión occidental del hecho-imagen, más bien) el ver al ejército boliviano, tan vencido a lo largo de su historia —tal es el sino de los ejércitos sudamericanos, unos por otros siempre vencidos y siempre sus pueblos las víctimas— ver al presidente Morales, decíamos, rodeado de militares felices, formados y pertrechados ante las puertas de las refinerías, cual si fueran objetivo militar ¿lo son? es una imagen que anuncia la nada. Mayores serán los ingresos del Estado boliviano, y bienvenidos los tenga que las necesidades sociales son grandes.
Una merecida lotería, sí. Pero ¿cabe esperar en el concreto caso boliviano otra cosa sino más gasto –que no más inversión-, más ejército —viste mucho; los desfiles quedan cosa muy patriótica— como factor nacional, sea eso lo que sea, o como garante de la explotación estatal del petróleo, que es su nuevo cometido? Todo ello presuponiendo limpieza (eso es la ausencia de corrupción), que la corta historia neopetrolera de Guinea Ecuatorial es como para ponerse a temblar…
Tras un frío y eficiente plan de satisfacción de necesidades sociales básicas, nos gustaría ver en Bolivia la actual experiencia petrolera de Noruega. Un país asentado, de fuerte sociedad civil, de poca población y protestante, nada propensa a fastos patrióticos; y austeros que son los noruegos, ahorrando en fondos de inversión por todo el mundo, pensando ya en el día en que se les acabe el petróleo. Resumen: llegada la lotería petrolera, eficiencia y solventar graves necesidades sociales del presente; y luego agotado el petróleo, ayudarse con las rentas, no vivir del capital… venido de la lotería. ¿Lo veremos, si es que en la sufrida Bolivia hay flaca sociedad civil, los pobres mirando al mar y la oligarquía a USA?
2006-05-09 19:47
Bien, de lo poco coherente que se ha podido leer estos días… tanto lloriqueo y baboseo daban ganas de vomitar… ¿lástima repsol? ¿Han visto cuáles son sus beneficios anuales? Sencillo, esos beneficios significan que sólo ganan dinero, no pierden, así que no les pasa nada, nadita. Y la conclusión, pa Noruega.
2006-05-13 01:31
¿Por qué los medios de comunicación no publican estas cosas?, en fin ¿para qué pregunto?. ¿Somos tan pocos los que pensamos así?. ¿Es posible que nos pillen más por los “colores patrios” que por otro tipo de valores como la solidaridad o la lucha contra la pobreza?. Quiero decir, ¿el barça es catalán?. Quiero decir, ¿antes una multinacional, porque se llama REPSOL, que dar de comer a gente que se muere de hambre sólo porque nos dicen que la empresa es española (aunque sea mentira) y los hambrientos son bolivianos?. Afortunadamente, Juan Larralde ha sabido poner en muy clarificadora prosa lo que muchos (espero) pensamos y no sabemos expresar de forma tan certera. Gracias, compañero de planeta por decir lo que pienso y no sabía decir. Ojalá Evo yChávez aguanten tanto como Fidel y otros más se sumen. ¡Que no decaiga!.
2006-05-16 01:45
¿Qué opinión tendrá el presidente Morales de Españo, si cuando vino, recién nombrado presidente, los ilustres tertulianos se reían de su jersey??? La flor de la intelectualidad española, dedicada a criticar a un jersey. Y ahora, los “socialistas” que nos gobiernan, a criticar a un país pobre, que sencillamente, quiere que Repsol y otros, dejen de robar sus recursos. Qué verguenza de país, España.