Julio Emilio Vicente Martínez
(Dpto. Investigación de Mercados de Grupo Editorial SM)
Recientemente se ha publicado el Anuario de Literatura Infantil y Juvenil correspondiente al año 2006. En la presente edición se aborda con una amplitud de monográfico todo lo referente al ámbito de los libros que rodean a los niños de entre 0 y 6 años de edad.
El artículo pone de manifiesto cómo un incremento paulatino del número de nacimientos, junto con otros factores sociolaborales favorables ha traído consigo una oferta de productos infantiles más sólida, entre los que destacan los libros infantiles.
Para ello se cuenta con la opinión de diversas personas vinculadas al sector que han sabido plasmar sus vivencias personales y profesionales sobre el mundo infantil. Padres, cuidadores, libreros, autores, editores, ilustradores,…han aportado su visión. Así:
Los niños tienen más presencia social que en años pasados porque…
- según Padrón Municipal de Habitantes a 1 de enero de 2005 somos 43.975.375 de españoles, de los cuales, 2.837.944 tienen entre los cero y los seis años de edad. Durante el año 2004 nacieron 234.219 niños en España y 219.059 niñas, lo que hizo un total de 453.278 nuevos nacimientos. También durante el año 2004 nacieron 62.150 niños y niñas de madres extranjeras en España.
- y además, el mayor poder adquisitivo de las familias, unido a un menor número de hijos donde “volcar” dichos recursos, también parecen ser elementos que están potenciando la existencia de un mercado cada vez más especializado en ellos.
El mercado ha reaccionado rápidamente…
- especializándose. Como es el caso de empresas de investigación de mercados cuyo ámbito de trabajo son los niños, agencias de publicidad con divisiones específicas, empresas que ofrecen servicios integrales para la infancia, la banca como fuente de inversión futura y certámenes de publicidad infantil.
- creando nuevos espacios comunicativos. 8 de cada 10 niños menores de 6 años ven la televisión a diario. Los niños de hasta 6 años se estrenan como consumidores de Televisión a edades muy tempranas, entre los 2 y los 3 años.
- creando nuevos productos para hacer la vida más sencilla a los padres (ludotecas, centros de educación infantil, casas de juegos,…), y para estimular el desarrollo de los hijos (tiendas de juguetes de estimulación precoz, educación infantil temprana,…). En el primero se pone a la venta el tiempo, mientras que en el segundo se vende la competitividad.
Y el mundo editorial también…
- gracias a la apuesta en prelectura que desde mediados de los 90 (coincidiendo con el repunte sociodemográfico) hacen editoriales, libreros e instituciones.
- añadiendo a la oferta de elementos educativos infantiles un producto que además de aportar funcionalidad, valor educativo y componente lúdico a los niños, también les ofrece afectividad, gracias a que necesita la figura de un mediador/ educador/ padres para su correcto uso.
- haciendo que la lectura sea extensivo a la infancia con libros que se permiten leer con los cinco sentidos.
Pero no lo tiene todo ganado. Hoy la Literatura Infantil se enfrenta a/al…
- ego de los propios editores, autores o ilustradores, que muestran posturas enfrentadas al defender que los libros son para educar o para hacer reír, que son arte o estereotipo social, que son censura o diferencia.
- su propio crecimiento; ya que tras el rápido éxito, se augura un periodo de consolidación y maduración de todo lo andado. Una época donde las grandes innovaciones dejarán paso a una amplia oferta poco diferenciada.
- la escasa información estadística que las distintas fuentes oficiales ofrecen al sector, debido a que no se manejan datos tan acotados para esta franja de edad.
- las carencias informativas de los compradores, que no saben que se editan libros para un público que no sabe leer, ni saben dónde acudir para informarse.
- limitado espacio y recursos que el librero dispone en su librería para mostrar correctamente las bondades de un material complejo en forma, tamaño, promoción y contenido.
- ejemplo de los hábitos lectores de todos nosotros.
Por todo ello, es importante recordar cinco claves para seguir creyendo en la Literatura Infantil:
- Trabajar con padres y madres por su función ejemplificadora sobre los hijos en la actividad de leer, y por servir de mediadores necesarios de las acciones destinadas a los niños.
- Trabajar más profundamente en el entorno educativo. Tanto las editoriales como las instituciones deben aprovechar la situación de una escolarización cada vez más temprana.
- Intentar aprovechar los espacios ganados por otros elementos de estimulación infantil ubicando al libro en espacios multiproducto, como espacio complementario a la librería.
- Los libros para niños son para eso, para niños. Las exigencias de sus manipuladores-lectores deben estar por encima de los intereses personales y profesionales de editores, autores o ilustradores, y más allá de estilos, modas o tendencias.
- Apoyar más arduamente la labor del librero, puesto que con el amor hacia los libros como único argumento, han creído en el potencial de un público que no sabe leer, han apostado por un producto que no les cabe en las estanterías, y luchan por ganarse a una sociedad miope.
2007-05-29 05:50
que se hable de los niños por sus edaades
2007-05-29 12:28
No estoy seguro si lo suyo es un ejercicio de hipocresía o de ignorancia.
Los libros para niños no lectores y en aprendizaje, tienen por lo común precios desorbitados, que no se justifican ni remotamente por su contenido y malamente con el pretexto de costes editoriales (papel especial, tiradas reducidas, colores y bla bla bla).
Que un libro de 32 páginas de dibujos con mínimo texto cueste el doble que la edición especial de “100 años de soledad”, no es el mejor estímulo para que los padres inoculen a su prole el amor por los libros; lastimosamente es infinitamente más barato sentarlos frente a las obscenidades de Sin-chan.
El problema es que un niño que haya alcanzado los 8-10 años sin roce continuo con el libro, muy difícilmente lo aceptará como compañero en su adolescencia y para el resto de su vida.
Tal vez si editoriales, distribuidores y libreros redujesen sus beneficios en esta etapa, digamos, del 400% actual a un morigerado 150%, sacrificarían —Dios mío— seis años de un cliente en aras de que posteriormente fuese ávido lector-pagador durante los próximos ochenta años.
Y ya de paso… si su editorial pusiera un poco de sensibilidad en el precio de los libros de texto… uy, perdón, que ese tema no toca.
2007-05-29 13:13
Ahí le has dao, Miguel…
2007-05-29 17:16
Y eso que después me he dado cuenta de que estos comentarios llegan un año tarde… Si lo llego a coger en fresco :)
2007-05-29 20:02
Totalmente de acuerdo con las protestas: desde luego es un abuso el precio de los libros de cuentos para niños. Pero se les puede acostumbrar, desde muy pequeñitos, a frecuentar las bibliotecas públicas, a que se sienten allí, en silencio, a hojear cuentos, a que tomen prestados ‘sus libros’, que saben que deben devolver a la semana siguiente. Libros que deberán serles leídos, claro está.
2007-05-29 23:08
umm, había escrito algo esta mañana, pero se traspapeló.
A ver, en relación al primer comentario, algo agresivo: el dato del que partes no es cierto. El margen de un libro para una editorial es del 35-50%. A partir de ahí, eso que llamas excusas, si no usases prejuicios en lugar de información, te parecerían obviedades: son productos díficiles de almacenar, empaquetar y distribuir, con costes de ilustración elevados y habitualmente de licencia y traducción (la producción española es escasa), y con facilidad para estropearse y deteriorarse.
He trabajado muchos años en el sector editorial. Si quieres, efectivamente, hablamos de los precios de los libros de texto, cuando quieras, pero con datos, no con prejuicios.
2007-05-30 00:00
Felipe:
De verdad, con todo respeto. Hablo con alguna información. No he trabajado en editorial pero sí he costeado ediciones y conozco el precio aproximado de un ejemplar “a pie de imprenta”, incluyendo fluctuaciones por el número de ejemplares y calidades.Entiendo que otros costos asociados (publicidad, almacenamiento, derechos, distribución, retiradas, etcétera) perturban estas cifras y sería maniqueo sacar el detalle. Concédotelo.
Además te remito a la textualidad de lo que he escrito, donde incluyo entre los beneficiarios al distribuidor y al librero, que me consta que no son moco de pavo y que tampoco están dispuestos a renunciar a ellos en aras de una inversión en pequeños lectores. No les culpo, solo digo que luego no se quejen de que la gente no compra libros.
Te recuerdo que estamos hablando de libros infantiles, ni siquiera “juveniles”. Ciertamente mi comentario fue agresivo, pero el “análisis” de la situación que le da pie no plantea ni con mínima sensibilidad un esfuerzo presupuestario de los productores para los nobles objetivos que parece buscar.
Lo de los libros de texto es muy otra historia, donde buena parte de la culpa, como diría Alber, la tiene el gobierno.
De todas formas, y ya que te veo puesto, y no dudo que con datos contrastables, estoy seguro que LdN estaría encantado de dar cabida a tu opinión y valoración de un estado de las cosas donde podemos constatar que el mercado está francamente insatisfecho. Lo cual, en un producto como el libro, es malo para todos.
2007-05-30 00:43
No creo que con ese tipo de libro se fomente la lectura, si acaso se fomentará el gusto por las ilustraciones. Los textos son, en general, insufribles. Sosos, sosos, sosos, con esos mensajes planos de la solidaridad, el amor, la amistad,... Carecen de la fuerza que tienen los cuentos de toda la vida.
Si de verdad pensara que le van a gustar a los niños, los compraría aunque no fueran muy baratos. Pero me limito a enseñarles las ilustraciones y luego les cuento los de siempre.
Cuando tenía 7 años me operaron y una amiga de mi madre me regaló dos tomos con fábulas de Esopo, Iriarte, Samaniego y La Fontaine. No creo que fuera nada barato y lo recuerdo como uno de mis mejores regalos. Acordándome de él fui a comprar uno para mi hija y cuando empiezo a leerlo, me encuentro con una versión “light” de las fábulas, que no hay quien la aguante. Creo que le gustó tanto como cuando me oye hablar con alguna vecina en el ascensor.
Y de los libros juveniles, tres cuartos de lo mismo.
Yo creo que no se cuidan los textos, sólo las ilustraciones y las ediciones, que algunas son preciosas.
2007-05-30 01:51
María José:
Por un lado tienes razón. Lo único que anima a la lectura es que el texto cuente algo interesante y lo cuente bien. Lamentablemente, esa vanidad en los contenidos no es exclusiva de los libros para jóvenes, lo que pasa es que encima el estilo es pacato.
Pero los libros de prelectura debieran tener la misión de habituar al niño con un medio de ocio e información que tendrá que competir con TV multicanal, Videojuegos y otras lindezas. Si lo consigue o no, tú lo sabrás mejor que yo.
Me temo que tú y yo, que tuvimos un universo de lectura a los 7 años somos especie en extinción. Para los niños que manejo con 8-10 años la lectura es muchas veces una tortura lenta y la comprensión de lo leido brilla por su ausencia.
2007-05-31 00:58
Miguel:
Yo de esto sé lo mismo que tú. Además mi opinión no es la que se considera políticamente correcta.
Tal y como lo planteas, los libros han tenido que competir siempre, en última instancia tienen que competir incluso con lo que en los pueblos se llama “apredrear perros”. En mí competían con “Starsky y Hutch”, “Poldark” o “Los ángeles de Chalie”, y te aseguro que no les ganaron nunca. Pero es que yo considero que estas cosas pertenecen a ámbitos mentales distintos. Si me pasaba horas y horas leyendo y lo sigo haciendo es única y exclusivamente porque me produce placer. Por lo tanto, la única forma de fomentar la lectura tiene que ir por ahí. ¿Cómo? Ni idea. Pero he visto a niños absorbidos durante horas con “Harry Potter”.
Tampoco soy de las de “cualquiera tiempo pasado fue mejor”. De hecho, yo era un ejemplar un tanto raro, no recuerdo un entusiasmo general por la lectura. La diferencia es que no era visible, si estabas en tu cuarto mirando el techo tus padres podían pensar que estabas leyendo, pero ahora si entran es patente que están con el ordenador, vidojuego,...
Pero para que no parezca que desprecio el trabajo de los demás, sí hay libros de 0 a 6 años que han enganchado a niños de mi entorno:
“Mis primeros descubrimentos” de SM, tiene más de juego que de libro pero se familiarizan con el formato y les encanta.
Los libros de colores de la editorial Bruño. Los blancos son los cuentos de toda la vida y los negros son los personajes secundarios. Recomiendo especialmente el de “Ferocín”, donde se da una explicación de por qué el lobo feroz era tan malo con los cerditos. Claro que no sé si me divierte más a mí que a ellos.
2008-04-13 12:08
pienso que en esto no hay nada escrito , y todo son verdades a medias ,pero difiero de los comentarios anteriores ya que estar pensando en pesos o centavos para comprar un libro no debe ser nada comparativo a los PESOS que nos gastamos en ropa o fiestas entonces darle un valor netamente monetario a un libro el cual debe con llevar tanto trabajo no es justo , precio es lo que te cuesta valor es lo que obtienes.
2011-08-25 21:26
Excelentes libros no cabe duda que inculcarles a los niños la lectura desde muy temprana edad es bueno para desarrollar su inteligencia, yo les quiero compartir este link http://www.1001consejos.com/familia/bebe/10105_15-cuentos-para-bebes/ en donde vi una lista de libros muy buena para que los niños se diviertan un rato, espero les gusten.
2011-11-30 13:44
Tengo un gran problema.
Soy una maestra y tengo un alumno y no puede ni ver pintado un libro