Libro de notas

Edición LdN

En Opinión & Divulgación se publican artículos de colaboradores esporádicos y de temática variada.

No hay balance en el 2005: la Historia continúa...

Silvia Banfield

Los suecos se hacen los suecos de una manera admirable, ejemplar. Petrificados en sus gélidas tierras nórdicas, nos hacen un gesto de buena voluntad, cada octubre cuando detonan la dinamita del Premio Nobel. La majestad de la literatura entonces reina este mundo engolosinado por la muerte, tortura y el terror. Hermanos gemelos en triplicado, de la muerte. Las palabras por un tiempo universal son suecas cada año. Caen en este tiempo de cristal y ruedan la bola de nieve que crece en los titulares y parecieran desvanecerse en los bosques de la libertad. El sueño queda en la vitrina y el cristal se rompe en medio de la tempestad. La Academia Sueca trabaja en sigilo, hace silencio detrás del boscoso mundo de todas las palabras y convierte en un puzzle su decisión, hasta que hace sonar la campana de octubre. El mundo hoy está en pleno ruido de armas sordas bajo un sólo gran desierto que atraviesa un largo río y sigue sin rumbo en la orilla de la noche parda de los tiempos grises, ausentes. Quisiera ver una puesta de sol rojo bajo una luna violeta y olvidarme que desciendo del hombre, especie de lagarto en extinción. Lanzar la última llave del mundo en un gran lago al Sur de mis iniciales perdidas. Sur de más al Sur, el límite de mis palabras. Ojos de glaciar, pequeños yuyos, copihues en el confín de tus manos. El Sur clavado en este ventanal de pequeñas auroras, rojos altares de mis insomnios, calendario de estas horas. Miro al Editor en su jaula noticiosa, en el convento de su confesionario personal, con su autoestima rodando en una cancha de Golf. El NYT, lo ha dicho casi todo, hecho y rehecho, ha aplastado con su caparazón de tortuga gigante, la credibilidad de América del Norte. El premio Pullitzer para esa avestruz con su cabeza blanca en la vergüenza de esta historia que construye bajo la solemne e intachable mentira. En el jardín de rosas resuenan los pasos del emperador. Mis ojos están en Colorado, frente a la montaña de Arapahoe, india de tantas lunas desprendidas de un largo sueño. Mi Cuaderno de Colorado, las páginas de este enorme sueño que algún día comenzará.

Detrás de la memoria, todo vuelve a empezar
Sí, allí, detrás de la memoria donde todo vuelve a empezar. Estas líneas no van al frente de ninguna batalla, ni mis pensamientos. La serpiente aún duerme en el desierto. Boca abajo el pez de la historia, respira con su asfixia sobre la roca. Así, a veces, las personas. La historia es un puñado de hechos ripiosos, reciclados, mutantes, que se reinventan en el caos de quienes manipulan las leyes naturales. Se le ve en los ojos que se va el 2005, con música rabiosa de victrola de otro siglo, en el fuelle rojizo del atardecer, bajo la nieve de este nuevo invierno, ríos, lagos y ausencias. El año se sale por los ojos, detrás de sus negras ojeras, ahí viajan los tsunami, huracanes, las guerras perdidas, batallas inútiles, los desprecios a la libertad de expresión, la caja rota del amor, el monopolio de la verdad, y recorre insomne, levita en lo que ya no fue, como un huérfano recoge sus hombros y marcha. Deja arenas de vacíos campanarios, derrotas, la muerte del soldado desconocido. Son sus ojos de niños muertos, los punzantes clavos sobre sus lápidas, recoge una luz vieja el cuerpo ausente de su memoria. Su carromato visceral rechina por la redacción, siento que va a un matrimonio árabe vestido de muerto, alguien le retoca el espectro a su maniquí de carnaval marchito, qué aire mortal respira la muerte, las crucecitas del Rancho Mi Tumba en Texas, arden, vuelan, y algún vivo amanecerá abrazado a la suya en un pueblito de la Nación, en Loveland, Madison, Red River, Sylver City. Me digo, qué se cierren todos los ataúdes por un instante y las fábricas de bolsas de plástico hagan mutis por el foro, señor Editor. Para qué un balance de fin de año. No sería mejor un ¿Fin de muertos? Prefiero mirar hacia el Sur, en las copas de los árboles mi infancia, la de todos los sueños. Higuera de mis piernas y brazos. Me marca la poesía, el tiempo visible. La nostalgia invade el presente y traza un nuevo camino. El año termina mal, dijo un comentarista en fuga verbal, en el cristal de las palabras. Diciembre bota la última hoja del calendario como en un desagüe de tuercas mal ajustadas y los balances de los falsos pronósticos ruedan, como cascabeles endiablados en algún paraíso, con su olvido eterno. Ya no hay limbo, porque todos vivimos en él. La literatura no es Dios, en un mundo disputado por las armas de dioses coléricos, iracundos, despiadados, sin fe en el hombre. ¿Los libros sagrados aran en el desierto? Falsos profetas, dioses de cristal, bibliófilos del desastre, museólogos del futuro, sargentos de las noches frías, emperadores del último atardecer, señores de la guerra no tienen nada mejor que disputarse el mundo como si fuera una sortija que carga el dolor en una mano. El mundo contra el mundo, el fantasma de la muerte y destrucción, lo recorre como un atleta griego, olímpicamente, de punta a punta. La Usura bebe un shop, como si la espuma hiciera al canalla, que alquila el sueño de la miseria y lo viste en frac de última moda. La plaza pública agoniza degollada como la paloma de la paz, que ha muerto en paz. El mundo es un pañuelo sin puntas, a punto de decir adiós. El tango es una esquina demolida/una calle sin fin/de punta a punta se muere/no hay porvenir… tarareé en el vacío una letra del poeta, mientras el Editor, se paseaba con una sola frase en la cabeza: balance, balance, y yo me monologaba, de un mundo de papel/sólo un incendio para Babel/En Babilonia se raja el imperio de Lucifer/Mundo de risa, olvidos, sin ley/embudo de papel/la ley no es la ley/se ha perdido el sueño/la rosa de papel/ adonde va el rey/no camina el súbdito/no hay tiempo para saber/cuanto es dos por tres/o sin son seis las palabras de tu nombre/No seas canalla/mundo cruel./Los diarios son de papel/las palabras se oxidan/mar, el mar…

¿Cómo pinta Pinter el mundo?
¿El mundo es una tragedia? ¿Máscara usan sus protagonistas? ¿Todo es teatro? El sainete en el escenario, drama, el monólogo del gran sacristán. No es la Scala de Milán, sino es un nuevo Viet nam, gritan en las graderías. Actores, impostores, esta Ópera no vale un centavo, Bertold Brecht, qué desaguisado, que pase el duende y comience la función. Háganse un lado, esto huele mal. Que nadie apriete el botón, aún no ha terminado la función, y esta huele más mal que Dinamarca, Sir Williams S. No hay que bajar el telón, la guardia antes de tiempo. Los extras se abrazan en un rincón, nadie los toma en cuenta. El utilero se mira al espejo y descubre que detrás, alguien, lo mira a lo lejos. Música maestro, la fiesta del verbo, la palabra, va a empezar. Que pase Harold Pinter, el amo del diván. Estocolmo, Estocolmo, es el colmo, gritan en sus frías calles los dueños de la verdad. ¿Qué pinta Pinter en este mundo pintado en la pared? El mundo en su tinta, calamar y no camaleón. ¿Pinta lo que la realidad no quiere ver? Se va el tren de la realidad a ninguna estación. Alguien sube al vagón de la cola, una Mezquita, Catedral, una Sinagoga, un Templo hindú, un Buda, un cajón de Biblias y Corán. Vamos al desierto a predicar donde nadie nos escuche. Sin Sacristán, sin Sultán, a nadie quien insultar. Palabras muertas en el Mar Muerto. Que el telón siga arriba, como un calzón. Que el telón, nos enseñe a mostrar este mundo rapaz. Pinter nos ha pintado la realidad. Allá en el Rancho Grande, donde yo vivía, está Cindy Shehaan contra la muerte, por la paz. Desierto no le hables al pecador (Coro). En el rancho de Crawdorf no se ve una flor/apaga el televisor/la nación está de duelo/no hay consuelo para Cindy /y muchos más/la muerte es Bagdad/nos viene desde allá/su viento negro/tibio el corazón/que queda de la ilusión/la libertad/Suban, suban el telón (Coro) /No vaya a ser que se caigan/del vagón/y comiencen a rodar/a rodar y rodar.
El primer Acto, tiene comienzo, pero no fin. Aparecen dos payasos y su hijo. Dicen: La invasión es un dolor de cabeza. El coro: hay que cortarle a todo el mundo la cabeza. El que no tenga, que deje caer su sombrero. Ni las plumas, que vuele todo, pasan gritando otros payasos. Clo, clo, clo. Las gallinas se hacen eco. Un payaso dibuja en una pizarra el mundo. Lo bautiza: World. Da una vuelta alrededor de él y cae. Se vuelve a parar y cae. Aparece un cartel: La pista está resbalosa. Insiste y se abraza a él. El mundo comienza a subir. Se va transformando en un globo encendido, le sale humo por la cabeza, cruje, se cae la calcomanía que envuelve los continentes, montañas, ríos, lagos, quebradas, la tierra que es la más pequeña proporción del planeta, empieza a salir un chorro de agua como un grifo, el payaso se sostiene de memoria, imaginando el mundo, ríe, piensa en el paraíso, (los restantes payasos comen manzanas frente a él) se le comienzan a caer los pantalones, ríe, ríe, ríe, cree que es un sueño, busca la almohada, toca un cuerpo de mujer, la silueta se le dibuja en el aire, quiere suspenderse con ella, sólo se escuchan las mascadas de las manzanas, el mundo eructa, gritan los payasos: El Paraíso está perdido, se va juntando el payaso en el aire con el entorno femenino, el aire se pone tibio, más caliente, el mundo gotea negro, hielo pudrido, arena, ripio, aserrín, caen latas de cerveza, un saco de palabras vacías, una réplica de la Casa Blanca, un par de muñones comienzan a asomarse, (pasan gritando unos payasitos: Dios salve al Rey) –no vayan a bajar el Telón, murmura el Director H. P. Se suben al escenario unos duendes colorados con unos cartelitos luminosos y algunos solo con antorchas y gritan: Libertad. Pinter, lanza una gran carcajada, el mundo se parte de Norte a Sur, de Este a Oeste, suena una sirena que es más bien un lamento, trece palomas revolotean la elipse del escenario, el público comienza a aplaudir, forman un círculo alrededor del mundo que se convierte en una tarjeta de plástico con capacidad para comprar un pasaje a cualquier lugar fuera del planeta. El payaso ya partió con el cuerpo de la belleza, que llevaba un pasaje para dos en sus manos. Harold Pinter se levanta de la primera fila y apaga el interruptor. Para qué ver más mundo, con lo que hay basta, y es más que suficiente. Agujero negro/corazón de escarcha/lago sin fin/hacia donde se fue tu corazón/ojos de papel de incendio/ a punto de arder. Se enciende el telón y vienen las palabras de H. Pinter, Estocolmo, Premio Nobel de Literatura 2005. Pintó los últimos 60 años del mundo hegemónico anglosajón y no dijo nada nuevo o que no se haya dicho de una u otra manera. Lo que importa es de donde viene el mensaje, y quien lo envía, y por qué ha causado tanto revuelo en la prensa mundial. Un Nobel de literatura es una autoridad moral y su condena es escuchada por millones de personas en el mundo. Es el representante mundial de la palabra en ese momento.

Desnudó la hegemonía anglosajona
H. P., descabezò literalmente hablando a Washington y el Reino Unido, con una historia conocida que nadie se atrevía a refrescar en la memoria de la humanidad, bajo las florecientes cabezas de avestruz de la intelectualidad global, viajera de la nada, zombi, soñadores bajo el sombrero alón de la banalidad.
El viejo, enfermo, exitoso y ahora “Nobelado” dramaturgo británico, no pudo acudir a la cita en Estocolmo, pero grabó un video que sacó ronchas entre los más conservadores de Suecia, Estados Unidos, Gran Bretaña y el mundo. Desnudó el circo romano de las dos potencias hegemónicas que asaltaron Irak y el mundo árabe con un cuento que supera Las Mil y Una Noches: las armas de exterminio masivo que Sadam Hussein poseía y sus inexistentes también vínculos con Al Qaeda. Estados Undios acaba de reconocer que esos dos errores de percepción le han costado 30 mil civiles a Irak, 10 veces las Torres Gemelas, aunque ese país nunca estuvo involucrado en su atentado el fatídico 11 de septiembre del 2001. H. Pinter pasó revista desde la II Guerra Mundial hasta la invasión de Irak, con el telón de fondo, el enfoque de un alegato a favor de la verdad y la dignidad humana. Sugirió, asimismo, que se siente al primer ministro Tony Blair ante el Tribunal Penal Internacional. La denuncia del dramaturgo tiene la prominencia y el aval del Nobel, por eso sus palabras han retumbado más allá de la Academia y de sus lámparas de cristales. Hace una diferencia rotunda entre la literatura y la realidad, más bien bajo que prisma la verdad se encuentra y mueve en ellas. La verdad, digo yo, es una palabra envuelta en hechos, hoy, sepultados por la mentira. Pinter, un experimentado guionista, autor de 29 obras de teatro, entre ellas El portero, La fiesta de cumpleaños, Ashes to Ashes (Polvo eres), puso en la agenda sueca el drama de la vida en el siglo XXI: la mentira global. Nos subió al carrito de golf de Goebbels. Mentir, mentir, que algo queda. Dijo Pinter, interpreto: Las diferencias entre la literatura, donde “no hay grandes diferencias entre lo que es verdad y lo que es mentira” y de hecho ambas pueden coexistir, y la realidad, en la que el ciudadano (incluido el artista) debe plantearse qué es verdad y qué es mentira. “A la mayoría de los políticos, por lo que se ha podido ver, no les interesa la verdad, sino el poder y cómo mantenerlo”. “Para ello, tienen que mantener a la gente en la ignorancia de la verdad, incluso en la verdad de sus propias vidas”, subrayó el dramaturgo, y puso en escena el mundo real, sin pelos, ni pepitas en la lengua. La reacción de la prensa conservadora sueca fue despectiva, escribió con desmesura, ofensiva, contra el dramaturgo vivo más relevante de la tierra y que ha obtenido todas las premiaciones deseadas en la carrera de un escritor. Los medios calificaron sus palabras como “la última representación de un cómico que sabe que va a morir» Pinter ya había denunciado con anterioridad la guerra en Irak, y era de esperar que aprovecharía la tribuna del Nobel para reiterar sus principios morales en un mundo descarrilado y con el freno de mano trancado, en el antiguo limbo, cuando existía. La tragedia es humana, nos ha vuelto a decir Pinter, y la comedia, divina. Algunos medios calificaron sus palabras como las de un hombre a punto de morir, seguramente bajo los efectos de la droga. Un país endrogado permanentemente, es poco lo que puede aportar moralmente. Es notable, como el periodismo “serio”, bastardea la verdad, la ética, la profesión. Los medios, que se hicieron eco al principio de la guerra, apoyaron información reconocidamente falsa hoy, ayudaron a ir a un conflicto armado de locos.
Vestido de negro, sentado en una silla de ruedas, con las piernas cubiertas con una manta roja, Pinter, que padece desde hace años un cáncer de esófago, dejó la cama del hospital para realizar la grabación. Con pocas fuerzas, pero gran convicción, peguntó: ¿Cuántas personas hay que matar antes de ser calificados como criminales de guerra? Lo cierto es que las bajas norteamericanas pasaron los 2 mil hombres y son más de 15 mil los heridos. Pinter recitó un poema de Pablo Neruda, «Explico algunas cosas», sobre la Guerra Civil española. «En la poesía contemporánea no he leído otra descripción tan poderosa y visceral del bombardeo de civiles», enfatizó. Generales traidores: mirad mi casa muerta, mirad España rota: pero de cada casa muerta sale metal ardiendo en vez de flores, pero de cada hueco de España sale España, pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos, pero de cada crimen nacen balas que os hallarán un día el sitio del corazón.
Nicaragua, la patria de Darío y Ernesto Cardenal, la hacienda del horror de los Somozas, el país del festival del fracaso sandinista, ocupó buena parte de la atención de Harold Pinter en su mensaje, que no dejó de enumerar a todas las dictaduras de derecha apoyadas por Washington: Un abanico geográfico y de terror envidiable de regímenes criminales: Indonesia, Grecia, Uruguay, Brasil, Paraguay, Haití, Turquía, Filipinas, Guatemala, El Salvador, Chile». La Academia, por su parte, no ha tardado en reaccionar y uno de sus miembros, haciéndose portavoz de la real institución, aseguró a la televisión sueca que «los caballeros Nobel son libres de decir lo que piensan, aunque la Academia no necesariamente coincida con sus opiniones. La Academia y la libertad de expresión, no pueden hacerse cargo de sus homenajeados, naturalmente, que están en el derecho de decir lo que piensan. Si no hay una conciencia crítica respecto de los problemas de la humanidad, el mundo será una intocable bola de fuego y estiércol. Pinter denunció asimismo, los «constantes crímenes cometidos por los Estados Unidos en todo el mundo, sistemáticos, despiadados e infames, que han dejado cientos de miles de muertos» y se preguntó si podían achacarse esas muertes a la política exterior de aquella nación: «La respuesta es sí, pero poca gente piensa que es la culpable. Estados Unidos es una nación brutal y su presidente, un maestro en la seducción, que hace uso del lenguaje para mantener a su pueblo contento. El pueblo americano es como una almohada en la que los ciudadanos reposan confiados, algo que no atañe a los 40 millones de americanos que viven bajos mínimos y a los dos millones encarcelados en todo su territorio». En su opinión hay una gran manipulación, «un acto de hipnosis, a través del cual Washington se hace pasar por defensor de las bondades universales”. El dramaturgo denunció las atrocidades del Gobierno estadounidense, pero también la inacción de sus ciudadanos, a los que se les permite seguir repantigando en sus sofás sin tener que ponerse a pensar sobre ello. Como consecuencia de todo eso, la primera víctima o quizá la última, es la conciencia, hasta el punto de que Pinter se pregunta si alguna vez alguien la tuvo. Y procede a señalar casos actuales como la prisión de Guantánamo, que apenas ocupa espacio en los medios, porque Estados Unidos lo ha planteado como una cuestión de “estás conmigo o contra mí”. “Y Blair se calla”.
Fue un repaso de historia y presente. Todo se ha dicho.

Auster, hoy somos el país más odiado
Paul Auster, escritor norteamericano, ha señalado recientemente: “La administración Bush nos ha hecho retroceder a un lugar donde nunca debimos haber estado. Su manejo económico, su política energética, su apoyo a la industria petrolera, la supresión de las noticias, la guerra de Irak y sus consecuencias, la inflexible determinación por institucionalizar la tortura como algo que los Estados Unidos deberían poder hacer… Es espantoso. No podemos descender a un estado animal. Si no respetamos las leyes, aquí no hay país. Los Estados Unidos no son como España o Alemania, sino una nación de inmigrantes del mundo entero a quienes sólo une la igualdad ante la ley. Si hacemos excepciones, no somos más los Estados Unidos, sino alguna otra cosa.
El país está dividido en dos mitades que no hablan entre sí. Lo único que ha cambiado es que, cuanto más se percibe la fealdad del gobierno, los que no prefieren lado alguno se vuelven contra Bush. Por supuesto, el huracán Katrina tuvo mucho que ver, al revelar su incompetencia y su dureza de espíritu” Y no soy el único: somos millones los que creemos que es urgente robustecer los principios sobre los cuales se fundaron los Estados Unidos. Eso es patriotismo. No digo que seamos una nación perfecta. Los crímenes que cometimos en distintos lugares del mundo (por no hablar de aquí adentro, como la esclavitud y la sistemática masacre de la población. indígena) son manchas en nuestra historia. Pero ahora nos hemos vuelto monstruosos ante el mundo en apenas cuatro años. El 11 de septiembre de 2001 la solidaridad internacional fue enorme. Hoy somos el país más odiado.”

De aquí a la eternidad
Ya no son las palabras de Pinter y hay mucho más en el carrusel de este 2005, que expira por fecha en unos cuantos días. Diciembre muere de hechos torcidos, mentiras, engaños múltiples, del falso y trizado espejo de la verdad. Alguien ha perdido sus pasos. Tengo nostalgia de un nuevo futuro. La geografía está cambiando. Siento el hielo hundirse bajo mis ojos. Todo el silencio me lleva a la Patagonia, un tiempo por recobrar, frente un acantilado el Sur brama con su mar contagioso de un nuevo amanecer. Para poder describirla hay que buscar la química perfecta y vencer las teorías de la termodinámica y así lograr un ensamble correcto de las palabras que la describan. La Patagonia es todo y es la nada. En algunos lugares, soledad y desamparo, en otros, urbes florecientes día a día con gente con ansias de ganarle al viento y al frío del invierno. Lugar donde habitan personas con profundos sentimientos de amistad y donde se toma conciencia que uno solo está incompleto. Mezcla de muchas tradiciones. Alguna vez alguien la definió así: Sepa usted que hay una tierra mas allá del Colorado, que se hace eco de un grito arisco pujante y macho. Tierra que alarga el destino para el que vive luchando por mil razones de patria y por cuidar lo heredado. Sepa usted que hay una tierra mas allá del Colorado. Es el confín del mundo, mientras algunos buscan su fin. Miro los ojos cansados del Editor. El año se define por la palabra desastre: naturales y humanos. Una época corrida en el oscuro hilvan de su propia orilla. La mutante realidad, sobrecogida en la noche. El invierno es un trapo sucio untado de nieve. A veces pienso que me he vuelto a embarcar en mi ruinoso, frustrante, patético pasado. Hey, me dice el futuro, y lo dejo pasar de largo como un tren del Oeste. Se pierde la identidad en estos grandes paraísos urbanos que rigen los impersonales malls, esas grandes cajas de la nada. Siento que alguien respira por mí en otro lugar, y me invita. Pienso en la película De aquí a la Eternidad, Deborah Kerr y Burt Lancaster, que dan rienda suelta a su pasión en la orilla del mar. Una playa cálida, arenas blancas, agua transparente, y yo en un lago de hielo mirando el viejo fantasma del amor. Qué ruido hace el mismo pasado y no lo queremos escuchar. Pasa con su tango mordiendo las vísceras, empujando las nostalgias, y sólo veo la nieve caer en su silencio en el sueño. Despido el año con mis nostalgias. Quiero cumplir un sueño. Es una cábala. Un compromiso. Todo comenzó bajo un manzano. Si un crustáceo, me digo, de unos pocos milímetros, con un tiempo de vida limitado a menos de un mes, es capaz de aprovechar ese tiempo para amar, aparearse y sobrevivir la especie bajo las profundidades marinas. Acartia tonsa, la hembra ciega le lanza señales hidromecánicas a su macho y comienza la función. La marcha de la especie. ¿Si estos diminutos seres de paso invidentes, saben hacer las cosas, por qué nosotros no? Estos crustáceos son el 80% del zooplancton marino, alimento básico de los peces. La mayoría de la especie mide alrededor de un milímetro y sus machos recorren más de 200 litros de agua por día, buscando hembras. Distinguen entre la claridad y la oscuridad, pero no ven imágenes tridimensionales. La misión del macho es copular con cuantas más hembras mejor durante su corta existencia, llaman la atención los científicos de este super-enano que actúa solitario. Las hembras, por lo visto, son muy inteligentes. Concentran una dosis potente de feromonas a su alrededor. La estrategia es más amplia y sofisticada. Lanzan impulsos hidromecánicos. vibraciones que se transmiten a través del agua , comparables a sonidos. Los feromonas se utilizan como si fueran penachos de colores y el macho acude a ese llamado, identificando a la hembra. Así perpetúan la especie bajo el fondo marino, la vida, mientras que en la superficie el rey bípedo destruye no sólo a su especie, sino el hábitat de todas las demás especies vivas de la tierra. El hombre no se quiere ni así mismo. Siempre inventa un lugar donde ejercitar su feroz instinto depredador, la miseria de su espíritu derrotado aflora como una gran ruina. Así es el amor cuando es despojado de su dimensión real, la entrega. El mundo hoy se comería la oreja de Van Gogh, los pulmones de Kafka y le arrancaría los ojos a Borges.

Corazón de escarcha
Todo cambia, corazón de escarcha, me dijo una vez el poeta. Los polos pueden a llegar a ser un pan de mantequilla y los océanos cubrir la tierra parte por parte, como en un principio, quizás, el fin. El 2005 se va lastimado como un gato apaleado. La guerra de Irak y Afganistán, y otros conflictos armados por el mundo, tan distantes como Colombia y Chechenia, continúan. El medio ambiente sigue su marcha hacia el precipicio, donde nos encontraremos con los dinosaurios. Nuevas pestes, flagelos, azotan a la humanidad. La pobreza, tan vieja como la corrupción, guillotina la esperanza. Todo balance es ruinoso. Un ejercicio inútil. Pero la mentira, la feroz arma del amo, podría cubrir hasta la última pulgada de la tierra. Ha ejercido el derecho al engaño y al fraude, desde que se montó en la gran pasarela del poder universal. Cuando no ha tenido la complicidad de la gran prensa, lanzado señales de humo para hipnotizar a su audiencia en el terror.
Detrás de la montaña, en algún lago, bajo el glaciar frío de la noche, se oculta el amor. Veo ruinas en sus ojos, en su equivocado camino, un patio de luz artificial cuelga de su espalda. Ya tendremos noticias. Por ahora Estados Unidos, planea construir un doble muro en su frontera mexicana y extenderlo a Canadá. Más sano sería si lo extendieran a toda América latina y se olvidaran de más intervenciones. 11 millones de emigrantes, número fatídico de los sin papeles, estarán bajo la lupa de la expulsión de las nuevas leyes draconianas que se implementarían. Recientemente, Estados Unidos aprobó la construcción de 1.130 kilómetros de bardas en la frontera con México, en zonas de alto ingreso de emigrantes en los sectores entre Tecate y Caléxico en California; Columbus, Nuevo México, y El Paso, Del Río, Eagle Pass, Laredo y Brownsville, en Texas. Las bardas serán dobles, con cámaras, iluminación y sensores. El representante de Colorado, Tom Tancredo (republicano) se congratuló por la aprobación del fortalecimiento del cerco fronterizo. “¿Qué mejor regalo de Navidad para los estadounidenses que las fotografías de hormigón que está siendo vertido para la construcción del cerco?”, se preguntó. El presidente mexicano, Vicente Fox, había rechazado enfática y previamente la posibilidad de que su vecino construyera un muro a lo largo de la frontera entre ambos países. “Creo que esta situación que estamos viendo en este momento oprobioso, vergonzante, de construcción de muros, el Estado reforzando más y más los sistemas de seguridad, el estar violando más y más derechos humanos o derechos laborales no va a proteger a la economía de Estados Unidos ¿Es lo que ha quedado del mundo? Este pareciera ser el futuro? ¿Todos atrapados en nuestras propias cavernas.? Cámara, luz y acción, un mundo que comienza a ser vigilado antes que usted nazca.


EPITAFIO DE PELÍCULA, ADIÓS 2005
El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos. Una de las últimas frases del filme King Kong, una historia de amor, del realizador Peter Jakson.
El mundo se divide en dos: los que encañonan y los que cavan. El revólver lo tengo yo, así que puedes coger la pala”. El bueno, el feo y el malo. Amo el olor del napalm en la mañana”. Apocalypsis Now. Hice lo que hice porque tenía que hacerlo”. Matriz “¿Cómo hacer para que una gota de agua no se evapore? Arrojándola al mar”. Samsara. Es terrible matar un hombre. Te llevas todo lo que es y todo lo que alguna vez podría tener”. Imperdonable.”No soy mala, es que me han dibujado así”. Quién engañó a Roger Rabbit. Veo gente muerta”. El sexto sentido.
Ella se enloquece a veces. Todos nos enloquecemos a veces. ¿Tú no?”, dice Norman Bates, en Psicosis. No subestimes el poder del lado oscuro”. El imperio contraataca.
Forrest Gump: “Mi mamá siempre me dijo que la vida era como una caja de chocolates. Nunca sabes lo que vas a encontrar ”.

Silvia Banfield | 21 de diciembre de 2005

Comentarios

  1. Lío
    2005-12-21 20:16 “Diciembre muere de hechos torcidos, mentiras, engaños múltiples, del falso y trizado espejo de la verdad” Así es, tristemente, y como parece atinar el título, no hay atisvos de que vaya a cambiar el próximo año el panorama. A pesar de todo, felices fiestas.

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